Por: Carina Ortiz
El Rati Horror Show es un documental de Enrique Piñeyro en el que relata el horror de la Masacre de Pompeya, que ocurrió en Buenos Aires, en 2005. Piñeyro narra la historia de un hombre condenado a 30 años de prisión en una causa judicial armada, que tiene su origen cuando personal de la Policía Federal inicia una persecución de un vehículo con dos ladrones que habían realizado una salidera. Los policías confunden el auto y balean el de Fernando Carrera, un hombre ajeno al robo que con una bala en la cabeza pierde el control del rodado y atropella a 6 personas, 3 de las cuales fallecen frente a la iglesia de Pompeya.
En diálogo con El Ciudadano Enrique Piñeyro hizo un repaso sobre la película y desentrañó el papel que cada parte cumplió en el proceso.
— ¿Qué motivó el documental?
—Mi hijo me mostró por You Tube un video del programa de Nelson Castro, en el que están los abogados de Carrera, su mujer y Alicia Pierini, defensora del Pueblo de la Ciudad. Hubo muchísima gente que trabajó en este caso, –Adolfo Pérez Esquivel fue veedor en el juicio por ejemplo–, yo sólo hice un resumen visual.
—A partir de la película ¿qué relación generó con Carrera?
—Un par de veces hablamos por teléfono y nos vimos una vez en la cárcel de Marcos Paz y no mucho más. Él vio el documental. Yo le dije que no iba a sacar nada de la película si él no estaba de acuerdo, la vio, me llamó, y me dijo todo bien vamos para adelante y ahí esta.
— ¿Qué opina del juicio contra Carrera?
—No hay una sola prueba que involucre a Carrera con el robo por el que está condenado. Si bien Carrera no fue reconocido por ruedas fotográficas ni personalmente, en el juicio se dijo que el hecho de no ser reconocido no significa que fuera ajeno al hecho. Se cambia la carga de la prueba. En un momento dicen que si él creyó que lo estaban robando por qué no fue hacia el puente donde había un control policial. Y yo sé por qué no fue: porque había un auto particular con un tipo apuntando con una itaka. Hay hechos falsos en los que se fundamenta la sentencia, como por ejemplo que los fiscales estaban presentes en el lugar apenas aconteció el hecho, o que tres testigos de la causa dicen que vieron cuando Carrera “inicia los disparos”, pero los testimonios concuerdan en que escucharon disparos, nunca los vieron.
—Y los jueces, ¿cómo evaluaron los testimonios?
—Estos jueces tergiversaron la declaración de los testigos. Pegale un tiro en la mandíbula a alguien y dejale el pie en el acelerador, a ver qué pasa. Carrera puede ser cualquier persona. Tiene que terminar esto de que los policías de civil te paren y si no parás te tiran. Tenemos una tolerancia altísima, por eso una tragedia no evita otra. Estamos acostumbrados a vivir así. La Justicia interviene en la inseguridad en el último estadio, cuando ya se cometió el delito. Hay una primera etapa de educación y prevención, son muchos los cambios que tenemos que hacer y estamos congelados. No tenemos una voz ciudadana fuerte, cruzamos una luz en rojo y coimeanos al inspector y no nos damos cuenta que estamos siendo parte.
— ¿Qué valoración hace de la defensa?
—Hay dos etapas de abogados. La primera a cargo de Fermín Iturbide, que es el que defendió a los policías de la 34ª en el caso Ezequiel Demonti y al comisario que estuvo acusado en la causa Cromañón. Éste abogado omitió presentar pruebas, hizo abstener de declarar a Carrera y le aconsejó que se declarara culpable. Cuando lo sacaron de la defensa ni siquiera preguntó por qué. Esta parte de la defensa no estuvo bien. La segunda etapa está a cargo de dos abogados, no estoy en condiciones técnicas de evaluar su trabajo, pero le pusieron una garra y un tesón importantes. Sin ellos hoy no estaríamos acá. La defensa es ad honorem.
— ¿Qué conclusión le merece el fallo judicial que condena a este hombre a 30 años de cárcel?
El fallo de los jueces de casación es lamentable. Los jueces creen que se le están endilgando culpas pasadas a la Policía. Hay un policía de apellido Leyes que declara que no estuvo en el lugar del hecho, que sólo hizo una intervención judicial. Y hay una filmación donde está corriendo a todo el mundo que se acerca al lugar del accidente. Pero en relación a esto, los jueces dijeron que no era falso testimonio porque si una persona afirma una falsedad creyéndola verdadera no es delito. El damnificado dijo que lo asaltaron con un arma Browing que es negra y en el auto le tiran una Taurus que es plateada. No se le hizo un dermotest a Carrera, porque había sangre. La gorra que se encontró en el auto aparece en algunas fotos que saca la Policía y en otras no y el arma que sacan del auto no tiene sangre.
— ¿En que situación está la causa?
—Se presentó recurso extraordinario ante la Corte y una queja. Nosotros (por él y Adolfo Pérez Esquivel) comparecimos como Amicus Curiae, donde presentamos la película y a dos testigos. (Eugenio) Zafaroni me escuchó y dijo que iban a estudiar la causa. Acá no juzgamos la presunción de inocencia. A 27 años de democracia, nos siguen en autos particulares y si no paramos nos tiran un itakazo.
— ¿Qué espera de la Corte?
—Como mínimo que se anule el juicio.
— ¿En el caso que haya una anulación, considera que puede haber un juicio penal contra los magistrados que intervinieron en esta causa?
—Ojalá, porque son unos delincuentes, pero no sé, yo creo que todo el mundo está esperando que se expida la Corte.
—El procurador de la Nación dictamino negativamente en la revisión de la causa.
—La posición del procurador es lamentable, es un dictamen escrito por una persona que demuestra un coeficiente intelectual inadecuado a la función, parece escrito por una persona con un nivel intelectual cercano a la discapacidad. No entiendo. ¡Es tan estúpido lo que dice! Es desconcertante absolutamente, además una voltereta de panqueque.
—Hay un testigo que aparece en la película que fue amenazado.
—La defensora del Pueblo porteña, Alicia Pierini, tomó cartas en el asunto en relación a la amenaza al testigo. Como yo ya había sufrido amenazas, solicité custodia, pero al otro día del estreno de la película me llegó una nota del comisario Córdoba diciendo que el adicional era voluntario y que no había interesados en hacerlo, entonces lo pedí en Gendarmería y me dijeron que no había disponibilidad. Así que mandé una nota a la Policía Federal para que me dijeran si era oficial la negativa, y a los 10 minutos me llamaron diciendo que no sabían quién era Córdoba y que me iban a dar todas las garantías en la medida de los posible. Traje el testigo de vuelta y lo pusieron en un programa, por ahora está todo tranquilo y di por terminado el incidente.
—¿Cual es el mensaje más importante que deja la película?
—Yo creo que la gente sabe que las causas se manipulan, pero cuando la ven en vivo y en directo creo que sienten una impotencia, una bronca que no sabían que tenían adentro, creo que pasa eso.