Con miles y miles de camiones detenidos a la vera de las rutas de la región de el lunes, cuando la Federación de Transportadores Argentinos (Fetra) dictó un cese de tareas en reclamo de la actualización de la tarifa de los fletes de granos, las partes llegaron a última hora de esta noche a un acuerdo en la demanda principal: se actualizan un 20% los valores por kilómetro y la gigantesca flota comienza a moverse hacia los puertos.
El acatamiento a la medida de fuerza era prácticamente total: según el sitio especializado Bichos de Campo, lo que también reflejó la Bolsa de Comercio de de Rosario, en las últimas jornadas habían llegado a las principales terminales del de la región apenas 912 camiones, y este miércoles ingresó a descarga solo uno; cuando la capacidad de los puertos alcanza a 19 mil camiones al día, y tras la cosecha gruesa la movilidad se acerca a esa cifra.
La medida era de alcance nacional y en Bahía Blanca, por caso, entraron 56 camiones, y la empresa del sector Williams Agroservicios contabilizó sólo 6 camiones en un puerto de Chabás, y seis más en Villa Constitución.
La actualización de los valores demandada por los transportistas se basaba, en buena medida, en el incremento y escasez del gasoil. Los directivos de Fetra denunciaron que, en un marco de desabastecimiento, y con cargas de entre 50 y 200 litros por camión, el precio está “virtualmente desregulado”, con valores que “que oscilan entre 140 y 170 pesos por litro”, cuando el valor de referencia teórico fijado por la estatal YPF es sustancialmente inferior: no alcanza a los 109 pesos. “Los constantes aumentos de precio del gasoil, y la falta de abastecimiento de combustible tornan imposible seguir trabajando en condiciones razonables”, había advertido la directiva de Fetra.
La gremial transportista elaboró un pliego de demandas, en el que también incluyeron conflictos puntuales con los dadores de carga, que no cumplían con las tarifas vigentes, una denuncia recurrente en la provincia del Chaco. Pero también repasaron la situación de inseguridad en las inmediaciones portuarias, la falta de condiciones de infraestructura en los distintos accesos a los puertos graneleros, y la no reglamentación de la cláusula gatillo acordada en la “mesa de negociación participativa” que consensuó en febrero pasado los valores vigentes hasta la medida de fuerza.
La actualización por inflación firmada dos meses atrás fijó un esquema de 4.233,90 pesos por tonelada transportada para un viaje de 400 kilómetros –por caso, el equivalente a la distancia entre Rosario y Rio Cuarto– en cereales y oleaginosas, y de 4.366,93 pesos en la misma distancia en la llamada “tarifa espiga”.
Estos valores habían quedado actualizados un 50% respecto de los de febrero de 2021. Pero la guerra entre Rusia y Ucrania trastocó todos los mercados, y elevó por caso el valor del más de 25.800 pesos la tonelada a unos 29.000 pesos. Y su transporte, dio cuenta el sitio especializado agritotal.com representaba un 16,6% del valor bruto desde los silos cordobeses a los puertos del Cordón Industrial, aunque la incidencia crecía unos 10 puntos más en el caso que el envío se hiciera desde Salta.
Esa porción declinó con el nuevos precios de cereales y oleaginosas, pero lo tornó todavía más regresivo con el precio de los combustibles y otros componentes de la estructura de costos, una compleja ponderación que abarca desde lubricantes y repuestos hasta neumáticos, mantenimiento de transportes, viajes de regreso de las terminales, personal administrativo y gastos de oficina de las empresas transportistas, etcétera. La ecuación del valor por kilómetro había cerrado en febrero; ahora, para Fetra, ya no: ni alcanzaba a la utilidad del 15 por ciento prevista, por lo que la entidad reclamó una urgente revisión y, al no tener respuestas, lanzó el masivo cese de actividades.
Ahora tras una larga reunión virtual con el área de Transporte de la Nación y las cámaras empresarias y las enteidades agropecuarias, se acordaron las nuevas tarifas que tendrán aplicación inmediata. Y los camiones se empiezan a mover.