Los transportistas especiales de Rosario protestaron hoy frente a la sede local del Pami, ubicada en San Lorenzo al 900, porque no cobraron sus servicios de las prestaciones de las personas discapacitadas durante los meses de cuarentena.
La manifestación causó problemas de tránsito. Por eso, se dispusieron desvíos en San Lorenzo y Sarmiento y en San Lorenzo y San Martín, lo que generó un gran embotellamiento de coches.
La jornada de protesta es impulsada a nivel nacional por la Asociación de Transportistas Especiales. Carlos Caballero, titular de la Delegación Rosario, dijo que el motivo de la manifestación es por «la falta de respuestas a los reclamos que plantearon el 11 de junio. Nos prometieron una reunión y no cumplieron».
En declaraciones a la emisora LT8, el representante de los transportistas local remarcó: “Hoy estamos frente al Pami, pero hay otro grupo de transportistas frente a la Superintendencia de Seguros en distintos puntos del país”.
Caballero advirtió que los aranceles que pagaban las obras sociales «ya eran inadecuados y con la inflación quedaron desactualizados. Cuando llegó la pandemia, el directorio sacó resoluciones que avalaron el trabajo, que si bien no consistía en el traslado de personas, sí tenía que ver con transportar viandas, medicamentos, material didáctico y de rehabilitación, documentación en general de las personas discapacitadas».
Y siguió: «Esas actividades nos permitieron estar siempre al lado de la persona discapacitada. A pesar de que hay una resolución ratificada por declaración jurada, firmada por los padres, el instituto y todos, en al que se dispone que tenemos que cobrar el 100 por ciento de nuestras prestaciones de marzo y abril. Hay obras sociales y entes financiadores como el Pami que no lo quieren reconocer», expresó Caballero.
El representante de los transportistas de Rosario dijo que los prestadores del servicio «tenían un contrato firmado con las obras sociales desde antes de la pandemia. Asumimos los compromisos de trabajar todo el año y hoy en día ante, por la pandemia, las obras sociales no quieren reconocernos un trabajo que seguimos haciendo».
Según Caballero, en Rosario hay 600 transportistas y en el país alrededor de 3.600 «que están afectados por esta situación. El problema lo tenemos hoy, pero se profundizará después de la pandemia y tengamos que transportar a la persona discapacitada. Cuando tengamos que arrancar, no vamos a tener ni para el combustible».