El salario privado podría ganarle a la inflación por primera vez en los últimos cuatro años, aunque el dato no alcanzaría para recuperar lo perdido entre agosto de 2017 y diciembre de 2020. Durante esa etapa el salario real se redujo 20%. Desde entonces, y hasta el mes de septiembre de 2021, apenas se recuperaron sólo 2 puntos porcentuales de esa marcada contracción.
La recuperación económica en distintos rubros y la actualización salarial en los sectores más pujantes posibilitaron un avance en materia de ingresos. Pero el efecto inflacionario que deteriora el poder adquisitivo desde hace años en Argentina se convirtió en un cuello de botella para las aspiraciones de los asalariados.
Según un informe del Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (Cetyd) dependiente de la Universidad de San Martín (Unsam), la relación entre precios y salarios se fue emparejando a partir del segundo semestre de este año. Tanto en agosto como en septiembre, la variación interanual de las remuneraciones de asalariados privados fue superior a la de la inflación.
En julio, agosto y septiembre, los ingresos de los registrados privados acumulados en los últimos doce meses, superaron el índice de precios acumulado en ese mismo período, algo que no sucedía desde 2017.
Los ingresos de las y los trabajadores representan una de las variables que más preocupa al gobierno nacional. Desde aquel discurso de la vicepresidenta Cristina Kirchner a fines de 2020 en La Plata, hasta la campaña del Frente de Todos para las elecciones generales, el tema estuvo en el epicentro de la discusión y por ahora sigue sin resolverse.
Si bien el informe hace referencia al “empate” que lograron empleados registrados del sector privado, hay sectores que no corren con la misma suerte. De acuerdo a datos del Mirador de la Actualidad y del Trabajo (Mate) que conduce Sergio Arelovich, entre fines de 2019 y agosto de 2021, los registrados estatales y los no registrados estuvieron lejos de alcanzar el nivel de inflación. Para ellos aún no se avisora la posibilidad de un empate.
Desde el Cetyd van un poco más atrás en el tiempo para exponer las dificultades que atraviesa la potencial recuperación del poder adquisitivo para privados. El informe expone una brutal caída desde el segundo año de gestión Cambiemos hasta el primer año del mandato del Frente de Todos. A partir de ahí se dio un repunte en el salario de los privados que aún no llegan a percibirlo.
Durante la primera parte de este año la inflación comenzó a acelerarse y en paralelo comenzaron a darse la reapertura de paritarias. La primera pauta inflacionaria para este 2022 rondaba el 29%, la segunda quedó cercana al 45% y faltando poco para que finalice el año, distintas consultoras esperan cerca de un 50% de inflación para todo 2021.
Las paritarias de gremios más fuertes cerraron convenios por porcentajes más cercanos a ese 50%. Pero es cierto también que en muchos casos los acuerdos se dieron de forma escalonada y con los precios ya superando los niveles de ingreso. Es decir, las recomposiciones corrieron desde atrás.
De todas formas, desde la Unsam consideraron: “Como consecuencia de esta evolución, es posible que, por primera vez desde 2017, el aumento de los salarios en diciembre de 2021 supere a la inflación”. Destacaron que ese resultado se alcanzaría aún considerando que durante la primera mitad del año la velocidad de incremento de los precios superó al de las remuneraciones.
Empleo privado
En términos de empleo, el sector privado aún se encuentra en recuperación. Los niveles continúan por debajo de los números de la prepandemia pero el dato auspicioso es que se modificaron positivamente las expectativas empresarias sobre contrataciones.
El informe del Cetyd remarcó que en agosto el número de asalariados registrados en empresas privadas acumuló su décimo mes consecutivo de crecimiento, aunque agregaron que “el ritmo de expansión no ha sido precisamente acelerado”. Como consecuencia de esta evolución, en el octavo mes de 2021 se contaron 74.000 asalariados registrados menos que en febrero de 2020.
El reporte detalló que las expectativas de los empresarios respecto de la evolución del empleo continúan en proceso de leve mejora. En septiembre, el 6% de los empleadores pronosticó un aumento de la dotación de personal para los próximos meses. “Es el valor más importante desde mayo de 2019”, indicó la Unsam.
Uno de los síntomas de la crisis durante la pandemia eran las suspensiones. Este fenómeno se fue revirtiendo con el correr de este año. “Tal es así que en mayo de 2020, el 8,8% del total de los trabajadores asalariados registrados del sector privado se encontraba suspendido. Tras reducirse la incidencia de este fenómeno desde entonces, en septiembre de 2021 el 1,3% de trabajadores estuvo suspendido”, indicó el trabajo.
Recuperación de empleo
Por último, el informe destacó cuáles fueron los sectores que mostraron mejoras en términos de recuperación de empleo desde las flexibilizaciones sanitarias. En ese sentido, señalaron: “Se observa un conjunto de sectores que, si bien aún tienen una menor cantidad de asalariados registrados que al inicio de la pandemia, durante el último semestre registraron un crecimiento que estaría revirtiendo esa tendencia”.
Entre esas actividades se destacan la construcción (cuya cantidad de trabajadores registrados aumentó 8% entre febrero y agosto de 2021, pero continúa 1,8% por debajo de febrero de 2020); y el comercio (donde la dotación aumentó 0,9% en el último semestre, pero aún se encuentra 1,1% debajo de febrero de 2020). En situación similar se encuentran la enseñanza, el sector minero y los servicios comunitarios, sociales y personales.
En el detalle por sectores, el Cetyd mencionó que los que mejor evolución tuvieron desde el inicio de la pandemia son la pesca (+4,9%); las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (+3,3%) y la industria manufacturera (+2,3%). Por oposición, los sectores más rezagados son hoteles y restaurantes (-20,9%); los servicios comunitarios, sociales y personales (- 4,9%); y transporte, almacenamiento y comunicaciones (-4,1%), en coincidencia con una recuperación más rezagada.
