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Tras 7 años reabre en Rosario el sindicato de las trabajadoras sexuales

La vieja guardia de Ammar se unió con la nueva camada que hoy se identifican como putas feministas para relanzar la sede local del gremio. La apertura llega en un contexto de crisis en el que cada vez son más quienes encuentran en la prostitución una salida

El sindicato Ammar, que representa a las trabajadoras sexuales, reabrirá su oficina en Rosario después de siete años. La inauguración será este viernes a las 18.30 en el Centro Cultural La Toma (Tucumán 1349) y participará la secretaria general a nivel nacional y referente feminista, Georgina Orellano. La oficina funcionará en el mismo lugar del que se despidió en 2012, en el primer piso, los días miércoles y viernes de 16 a 19. Buscan el reconocimiento de los derechos de las trabajadoras sexuales, como el acceso a jubilación y obra social. También pelean contra los prejuicios que pesan sobre la prostitución y discuten con un sector del feminismo que sostiene que el trabajo sexual no es trabajo y debe ser abolido.

La reapertura llegó de la unión entre una nueva camada de trabajadoras sexuales que crecieron bajo la identidad de “putas feministas” y la vieja guardia que trabajó con Sandra Cabrera, la secretaria general de Ammar asesinada en 2003 en un femicidio aún impune donde la Policía fue apuntada como responsable. La vuelta sindical apareció en un contexto de crisis económica que las golpea. “Muchas compañeras de más de 50 años tuvieron que volver a trabajar porque no tienen para comer. Cada vez hay más trabajadoras en la calle y las condiciones de trabajo son inseguras”, contó en diálogo con El Ciudadano, la secretaria general del gremio en Santa Fe, Myriam Auyeros.

Auyeros era compañera de Cabrera en los comienzos del sindicato. Gabriela Hemela quedó como secretaria adjunta. Es una trabajadora sexual de 36 años que viene de la nueva camada de dirigentes de Ammar. El regreso de las trabajadoras sexuales organizadas es un logro de dos años de militancia territorial donde tejieron alianzas con distintos sectores. Según contaron a El Ciudadano, la vuelta fue posible a la unión de generaciones más el apoyo y conducción Orellano y sindicatos y organizaciones sociales y políticas de la ciudad. Necesitó de recorridas en las zonas de trabajo para conocer y relevar los problemas de que enfrentan día a día las prostitutas.

“Es muy importante que Ammar vuelva. La violencia de la Policía no se terminó. Los abusos siguen. Nos piden coimas en un contexto de crisis en el que somos cada vez más en la calle. Las y los funcionarios no pueden ser indiferentes a nuestra realidad. Les exigimos que dejen de tirar la problemática debajo de la alfombra, que nos reconozcan y regulen el trabajo”, explicó Hemela, que ejerce el trabajo desde hace seis años. “Necesitamos lugares para ejercer, no podemos seguir en la calle porque estamos a merced de la violencia. Se tiene que terminar la hipocresía de hacer como si no existiera el trabajo sexual”, agregó.

Para la mujer, identificarse como puta es romper el estigma. “Desde Ammar hicimos propia la palabra. A las compañeras más grandes les cuesta decirla, pero lo importante es que nos reconozcamos como trabajadoras. La otra cara de la moneda es la pibada que se reconocen como putas feministas y nos ayudan a romper con el estigma”, explicó Hemela.

“Estamos recorriendo la calle, viendo lo que pasa con el movimiento feminista y las chicas nuevas que están informadas. Encontramos a compañeras de 50 o 60 años que salieron a trabajar de nuevo por la crisis y les es muy difícil. Deberían estar jubiladas, pero las trabajadoras sexuales no tenemos ese derecho”, agrega Auyeros. La aprobación de un proyecto de reparación histórica es uno de los principales reclamos de Ammar Santa Fe.

Origen

En diciembre Auyeros fue invitada a la presentación del proyecto de ley del diputado Carlos Del Frade para crear una reparación histórica a trabajadoras sexuales y víctimas de la violencia policial. Se trata de una pensión mensual no contributiva, vitalicia y equivalente a la suma de dos veces el haber mínimo de pensión de la provincia. Está pensada para quienes hayan ejercido hasta junio de 2010 cuando se derogaron los artículos 83, 87 y 93 del Código de Faltas de Santa Fe. Eran los que permitían la detención en la calle por las faltas de ofensa al pudor, prostitución escandalosa y travestismo. En la actualidad, la mayoría de las provincias mantiene normativas similares que facilitan la persecución y detención de las trabajadoras sexuales.

El proyecto legislativo fue el puntapié para la vuelta de Ammar a Rosario. Auyeros empezó a llamar las compañeras con las que había trabajado en las calles. Hoy tienen más de 50 años y muchas fueron parte de la filial rosarina de Ammar. El gremio que representa a las putas tenía como líder a Sandra Cabrera, asesinada el 27 de enero de 2003. Después su muerte el miedo a participar llevó a que la sede cerrara de a poco.

El 27 de enero pasado en un homenaje a los 15 años del femicidio asomó el regreso de Ammar a Rosario. Por primera vez en casi una década volvieron a reunirse parte de la vieja guardia sindical en alianza una nueva camada de jóvenes trabajadoras alineadas con la conducción de Georgina Orellano.

Feministas

Ammar nació hace 25 años con un pie dentro de la CTA y en los últimos años se metió de lleno en movimiento feminista. El cambio apareció se ve en que la comisión directiva está integrada de jóvenes. La identidad de “putas feministas” y la figura de Orellano prendieron en un feminismo joven que se metió de lleno en el movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans desde la primera movilización del Ni Una Menos en 2015.

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