El alto el fuego permanente acordado entre Israel y los palestinos en Gaza era respetado este miércoles, tras 50 días de sangrienta guerra que ambas partes aseguran haber ganado.
Dentro y en torno a la Franja de Gaza, millones de palestinos e israelíes pasaron una noche tranquila después de que entrara en vigor la tregua, el martes, tras una guerra que dejó 2.143 muertos palestinos y 70 del lado israelí, además de una gran devastación en el enclave.
«Desde la entrada en vigor del alto el fuego, no hubo ningún disparo de cohete hacia territorio israelí y ningún ataque aéreo en la Franja de Gaza», confirmó a la AFP un portavoz militar israelí.
El acuerdo prevé la apertura de pasos fronterizos entre Israel y la Franja de Gaza y una flexibilización del bloqueo impuesto desde 2006 por Israel, que asfixia a los 1,8 millones de habitantes del enclave.
Israel debería asimismo levantar sus restricciones impuestas a los pescadores de Gaza, en concreto la limitación de navegar a 3 millas náuticas para ampliarla hasta 6 millas (11 kilómetros) y posteriormente a 12 millas, según fuentes palestinas.
Las cuestiones más sensibles, como la desmilitarización y las medidas para impedir a Hamas rearmarse, así como la reapertura de un puerto y un aeropuerto en Gaza, se discutirán en El Cairo en las negociaciones previstas dentro de un mes.
El alto el fuego suscita esperanza, aunque los puntos de divergencia entre israelíes y palestinos siguen siendo numerosos.
En todo caso, tras proclamarse la tregua tanto el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu como los palestinos cantaron victoria.
La tregua fue recibida con escenas de alegría en las calles de Gaza.
El movimiento islamista Hamas, que controla el territorio y ha infligido las más graves pérdidas al ejército israelí desde 2006, con 64 soldados muertos, aseguró haber deshecho «la leyenda del ejército israelí que se declara invencible» y se felicitó por obtener una flexibilización del bloqueo, su principal reivindicación.
En el otro campo, Liran Dan, un portavoz de Benjamin Netanyahu, proclamó en la radio militar que Hamas “recibió los golpes más duros desde su creación” y “sufrió una derrota militar y política”.
La prensa israelí, por su lado, era más cautelosa.
«Empate», titula el diario Maariv (centro derecha). «Demasiado poco y demasiado tarde» opina el Yediot Aharonot sobre el balance de la operación «Barrera Protectora» lanzada el 8 de julio. El diario Israel Hayom, pro Netanyahu, afirma que «Hamás se rindió pero sobrevivió».
Según la prensa hebrea, Netanyahu rechazó someter a voto en el seno de su gabinete de seguridad un alto el fuego. Al menos cuatro de sus ocho miembros se oponían a la tregua.
Este desacuerdo quedó expresado en el seno del gobierno por Uzi Landau, ministro de Turismo y miembro de Israel Beitenu, un partido ultranacionalista.
«El sentimiento general es que el terrorismo es rentable», afirmó a la radio pública. «Israel dio la impresión de que queríamos la tranquilidad a cualquier precio, lo que disminuye nuestro poder de disuasión».
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, aplaudió la tregua y deseó permita lograr una solución a largo plazo entre ambos bandos. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, esperó que el alto el fuego sea «duradero» y conduzca a «un proceso político».
Por su parte, Irán felicitó este miércoles a los palestinos por su «victoria», que «ha puesto de rodillas al régimen sionista». La República islámica no reconoce al Estado de Israel y apoya a los dos movimientos islamistas palestinos de Gaza, el Hamas y la Yihad Islámica.
En fin, Catar, uno de los principales aliados de Hamas, se felicitó por la tregua y se dijo dispuesto a participar en la reconstrucción del enclave.
Los bombardeos han alcanzado 55.000 casas de Gaza. Entre ellas, 17.200 fueron destruidas por completo o casi por completo, según Naciones Unidas.