Ansol (*)
El sector hotelero y las agencias de viajes confirmaron que una de las peores temporadas había llegado cuando el presidente Javier Milei impuso el DNU 70/2023.
Hace casi diez días, el golpe al sector fue doble: se desreguló completamente la actividad tal como se la conocía y las consultas por alojamientos, micros o paquetes están frenadas. Si este escenario golpea a los grandes agentes, más aún al turismo mutual y cooperativo, una propuesta que había crecido en los últimos dos años a lo largo y ancho del país.
El DNU derogó las leyes N° 18.828 (de reglamentación de Hotelería), 18.829 (que creó el “Registro” de “Agentes de Viaje” y reglamentó su actividad a partir de una “licencia habilitante”, motivo por el cual ya no están obligadas a contar con un profesional idóneo) y 26.356 (de “Sistemas turísticos de Tiempo Compartido”).
“Aún estamos analizando todo”, señaló Héctor Acosta, secretario de Relaciones Internacionales de Confederación Argentina de Mutualidades (CAM) a la agencia Ansol.
“Hemos sufrido cambios muy fuertes, porque pasamos del sistema regulado a otro totalmente desregulado y no todos los actores tienen la misma fuerza ante la libre competencia”, insistió el dirigente, quién además recordó que “uno de los planteos del sector era que existían muchas exigencias para que las cooperativas y mutuales lleguen a ser agencias de viajes y se habían logrado modificar algunas cosas con el (ahora ex) Ministerio de Turismo”.
“Nosotros creemos que deben existir controles y reglas del juego, que no deben ser extremas, porque el público quiere tener un servicio de calidad y que se le va a cumplir, algo que las cooperativas y mutuales de turismo siempre han sido responsables en el manejo del servicio”, Remarcó Acosta.
Y destacó que en el caso de ellos “hay un plus, porque la mayoría de las personas que usan el servicio son los propios trabajadores del sector cooperativo y mutual que forman parte de las asambleas donde se resuelven las cosas”.
Por su parte, Federico Tonarelli, presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta) y síndico de la agencia de turismo Cooperativa Rutas Argentinas contó ante la consulta de este medio: “El turismo cooperativo y mutual está inmerso en el esquema general del mercado interno, y depende en gran medida de los asociados a cooperativas y mutuales que toman el servicio que sus entidades brindan, que son trabajadores que están sufriendo el terrible impacto del ajuste, por lo que esperamos una fuerte caída de la actividad turística de nuestro sector como así también ocurre a nivel general”.
En ese marco, Tonarelli remarcó que “tenemos porcentajes muy por debajo de lo esperado en esta temporada, lo que es una prueba más de que lo que se dijo en campaña por el presidente era al revés, porque no existía el ajuste a la casta o grandes poderes económicos, sino que lo pagan los trabajadores”.
Vale recordar que el Catálogo de Turismo Cooperativo, Mutual y de Base Comunitaria en su última edición actualizada en agosto, confirmó que hay en el país 221 prestadores de la economía social para estas vacaciones de temporada, es decir, cooperativas y mutuales con ofertas de alojamiento, transporte, excursiones, gastronomía, propuesta cultural, complejos, hoteles y agencias de viajes con paquetes turísticos.
Este es el sector que más endeble quedó ante el DNU de Milei y que buscará resistir este verano 2024.
En dicho Catalogo bajo el titulo “Retos del Turismo cooperativo, mutual y de base comunitaria” se señala:
El turismo cooperativo, mutual y de base comunitaria se encuentra con desafíos específicos para su propio desarrollo en el país.
En cuanto a estos retos específicos, se encuentran la difusión y visibilización de las ofertas y propuestas, mejorando sus canales comerciales y la llegada a quienes demandan estas prestaciones.
Otro desafío es lograr incrementar la articulación interna entre los agentes del Turismo Solidario y Sostenible (TSS), fortaleciéndose como sector.
En términos de oportunidades, la actividad turística está en crecimiento, con demanda constante pero con centralización de recursos.
El desafío consiste en lograr articular una demanda creciente, que busca alternativas sostenibles y responsables con el entorno y con las comunidades, con una oferta que viene organizándose y fortaleciéndose.
En este sentido, promover un TSS permite dar una disputa cultural en el ámbito del consumo turístico, en el que a partir de prácticas comprometidas con los agentes y los entornos, impulsen procesos de transformación.
Este catálogo entonces surge de ese espíritu, para contribuir a la distribución democrática de recursos con impacto real en las comunidades receptoras, facilitar el fomento de un consumo turístico que tenga en cuenta no solo los intereses y motivaciones de quienes viajan, sino las consecuencias de sus prácticas en los diversos entornos.
Un modelo turístico solidario y sostenible, que visibilice las consecuencias y también considere las oportunidades que puede generar para el conjunto de la sociedad.
(*) Agencia de Noticias Solidarias