El gobierno federal de Brasil convocó a una reunión de emergencia con las autoridades de Río de Janeiro para analizar las consecuencias de la operación policial “Contención”, que terminó con al menos 64 muertos y 81 detenidos. El operativo, considerado el más letal en la historia de la ciudad, desató un fuerte cruce político entre la administración que encabeza el presidente Luiz Inacio Lula Da Silva y la estadual que dirige el bolsonarista Cláudio Castro.
Los ministros de la Casa Civil, Rui Costa y de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Lewandowski, se reunirán por la tarde con el gobernador Castro. El operativo, llevado a cabo en los complejos de favelas Alemão y Penha, movilizó a 2500 efectivos que entraron a sangre y fuego a los asentamientos y desataron una ola de violencia que paralizó la ciudad durante gran parte de la jornada.
Las autoridades locales argumentaron que el objetivo del inusitado despliegue, el más letal en la historia carioca, era detener a cabecillas del poderoso Comando Vermelho. Se trata de una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil,. La organización mantiene control sobre favelas, tráfico de drogas y operaciones violentas que, como este martes, desafían a las autoridades.
Tras la masacre, el cruce entre el Gobierno federal y el de Río

Miembros del Comando Vermelho incendiaron más de 50 colectivos para utilizarlos como barricadas durante los enfrentamientos en las favelas de Penha y Alemão. El gobierno federal, encabezado por Lula, negó haber sido consultado sobre la realización de la operación. «No hubo cualquier consulta o pedido de apoyo por parte del gobierno estadual de Río de Janeiro», aclaró el Ejecutivo en un comunicado.
Según la Agencia Brasil, el ministro Lewandowski también confirmó que no recibió ninguna solicitud de colaboración de Castro.
Un operativo inédito y sangriento

Durante la intervención, la policía decomisó 72 fusiles, media tonelada de drogas y detuvo a más de 80 personas. En respuesta, el gobernador Castro, aliado del expresidente Jair Bolsonaro, difundió un video donde se ve un dron lanzando un proyectil. «Es así como la policía de Río de Janeiro es recibida por los criminales: con bombas lanzadas por drones. (…) Es narcoterrorismo», arengó.
La operación desató escenas de caos: más de 50 autobuses fueron incendiados o utilizados como barricadas, el metro colapsó y decenas de escuelas suspendieron las clases.
Impacto internacional
La violencia generó conmoción dentro y fuera de Brasil. La Oficina de Derechos Humanos de la ONU publicó que estaba «horrorizada» por la masacre y recordó las obligaciones del país bajo las leyes internacionales. Desde Human Rights Watch, su director en Brasil, César Muñoz, advirtió: «Una operación policial que resulta en la muerte de más de 60 habitantes y policías es una enorme tragedia».
La ONU y organizaciones de derechos humanos repudiaron la masacre y reclamaron una investigación urgente por las muertes. Amnistía Internacional y otras 30 organizaciones de la sociedad civil afirmaron que la operación «expone el fracaso» de las políticas estatales de seguridad y «pone a la ciudad en un estado de terror».
El CV, alianzas, enfrentamientos y hasta aplicación de viajes
El Comando Vermelho (CV) es uno de los grupos criminales más antiguos y poderosos de Brasil. Surgió en la década de 1970 dentro de las cárceles de Río de Janeiro con la idea inicial de proteger los derechos de los presos y crear una «sociedad de apoyo mutuo» en medio del hacinamiento penitenciario.
Con el tiempo, la organización evolucionó hacia el narcotráfico, los robos a mano armada y otros delitos. Así se convirtió en una de las fuerzas criminales más poderosas de la ciudad. Durante los años 90, llegó a controlar alrededor del 90% de las favelas de Río de Janeiro. Aún hoy, es una pieza central en la guerra por el tráfico de drogas en Brasil.

El CV también tejió alianzas. Mantiene relaciones tácticas con otras facciones como el Primer Comando de la Capital (PCC), con el que a veces colabora para optimizar rutas de transporte de drogas y armas. En contraposición, compite con grupos rivales como Terceiro Comando Puro (TCP) y Amigos dos Amigos (ADA). Las alianzas y conflictos, transitorias y cambiantes, se traducen en una violencia extrema. Ejemplos de eso son los fuertes enfrentamientos armados, los múltiples homicidios y hasta decapitaciones y torturas.
En los últimos años, la facción también ha incursionado en negocios tecnológicos. En colaboración con aliados, llegó a desarrollar la aplicación de transporte Rotax Mobili, diseñada para desplazar a plataformas legítimas y garantizar que los conductores obedecieran las reglas de las bandas. Por ejemplo, con ellas pueden atravesar las barricadas de las bandas sin riesgo de represalias.