Artista trans y no binarie, Ferni de Gyldenfeldt logró que el tradicional Festival Nacional de Folclore de Cosquín anulara las categorías de “voz femenina” y “voz masculina” en su concurso Pre-Cosquín y luego se impuso como intérprete en la sede porteña del certamen, consideró que su accionar “fue una cosa muy revolucionaria” que le permite “acceder a un escenario negado”.
De Gyldenfeldt competirá nuevamente en las noches del 18 y 19 de diciembre en Cosquín para avanzar rumbo a la ronda final sobre el escenario Atahualpa Yupanqui de la Plaza Próspero Molina de esa localidad cordobesa donde conocerá si finalmente clasifica rumbo a alguna de las nueve noches de la 62da. edición del Cosquín.
“Me decían que no podía soñar con cantar en Cosquín pero finalmente se terminó de concretar algo muy hermoso y voy a participar de la final», resaltó Ferni de Gyldenfeldt en una charla con Télam.
Intérprete de formación académica que comparte con su hermane no binarie Luchi el proyecto Ópera Queer y además integra el conjunto Allpa Munay (junto a Nicolás Kamienkowski en guitarra, Pablo Palacios en piano y Nahuel Villegas en percusión) que en 2019 publicó Yupanqui inédito gracias al encuentro y colaboración directa de su hijo, Roberto “Kolla” Chavero.
“Nací en una familia muy musical y así como la ópera aparece como un lugar muy potente para mí, el folclore es un género que me acompañó desde muy chiquitita y desde entonces admiro a artistas como el Dúo Salteño, el Cuchi Leguizamón, Liliana Herrero y Mercedes Sosa”, comentó sobre las dos corrientes musicales que le atraen.
En esa veta nativa, Ferni decidió inscribirse para los Pre-Cosquín, certámenes que se realizan en sedes desparramadas por toda la geografía nacional y que habilitan a nuevos valores a ser parte del encuentro más importante del folclore.
La casa porteña de este año del Pre-Cosquín -en su edición número 50 para nuevos valores- fue el Teatro San Martín, donde De Gyldenfeldt se impuso el domingo 26 de septiembre, pero la reglamentación del certamen entonces no contemplaba que una persona autopercibida de un género distinto al biológico pudiera competir en la categoría escogida.
A Ferni le fue negada su clasificación en el «Rubro Solista Vocal Femenino» a pesar de haber ganado el certamen con el mayor puntaje otorgado por el jurado integrado por Mónica Abraham, Franco Luciani y Marian Farías Gómez, lo que motivó una denuncia recogida por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).
Según se relata en la denuncia, la organización alegó que Ferni no podía competir en la categoría «voz femenina» ya que en su DNI figuraba el sexo masculino. Ferni, a pesar de no tener hecho el cambio registral, se autopercibe trans no binarie y utiliza el pronombre femenino.
“Pusimos todo el esfuerzo para que el festival de Cosquín refleje la composición de la sociedad argentina”, manifestó Victoria Donda, titular del Inadi, quien estuvo a cargo del diálogo con las autoridades de la popular cita folclórica tras la denuncia por discriminación.
Como resultado de esa denuncia, Cosquín anuló las categorías de «voz femenina» y «voz masculina» del Pre-Cosquín y se consagra el rubro «voz solista» sin distinción de género con hasta dos personas seleccionadas.
Tras la intervención del Inadi y la disposición de la Comisión Nacional de Folclore de Cosquín para rever la reglamentación del certamen, la sede porteña volvió a abrirse el 7 de octubre pasado y la intérprete obtuvo por fin su pasaje al tramo definitorio de la competencia.
“Así como cuando me habían dicho que no ganaba en el San Martín todes estaban con un estado de pena, ese jueves fue totalmente distinta la recepción. Me sentí bien tratada, considerada, una cosa muy hermosa que se vivió con este jurado que me pudo abrazar más allá del género», evocó Ferni.
Para conseguir avanzar rumbo a Cosquín, la vocalista -en compañía del guitarrista Nahuel Quipildor- apeló a tres diferentes canciones: en la primera jornada entonó «Grito santiagueño», de Raúl Carnota, y «La Celedonia Batista» de Teresa Parodi; mientras que en la decisiva eligió «Como de zamba», con letra de Susy Shock y música de Leopoldo Caracoche.
«Cantar la zamba de Susy Shock, esta trava nuestra tan importante, conlleva un sentido político profundo», resaltó De Gyldenfeldt sobre la elección de la pieza que terminó de coronar su triunfo.
Para la artista, su presencia, su pelea y su éxito “sirve para sentar un precedente para que estos espacios vayan cambiando”.
“Las identidades binarias y no binarias, fuera de lo hegemónico, también somos legítimas representantes de la música y la cultura”, postuló.
En ese sentido ligó su situación a un contexto más general y apuntó que “definitivamente” se siente “parte de una comunidad que está avanzando, que abraza y quiere seguir constituyendo este «Ni un paso atrás»”.
Pero volviendo al particular contexto coscoíno, Ferni asumió: “La mía es una postura muy política y para que Cosquín no siga quedando muchos años atrás en la historia hay que ver cómo se aplica el cupo y si nos dejan cantar en el horario central para seguir derrumbando estos prejuicios y profundizar el gesto emancipatorio para construir esa otra humanidad”.
Antes de dar el siguiente paso en su camino a Cosquín, Ferni, nuevamente en compañía de Nahuel Quipildor, presentará el próximo 3 de noviembre a las 20 su espectáculo «Folklore en transición» en el porteño Centro Cultural 25 de Mayo, en Avenida Triunvirato 4444.