Un nuevo tiempo se avecina y todo indica que será una etapa en la que lo colectivo deberá traccionar para dejar atrás el horror y la oscuridad de una pandemia que se convirtió en una bisagra en la historia de la humanidad.
La vuelta a la presencialidad tiene como gran protagonismo el regreso del convivio para las propuestas vinculadas a las artes escénicas (es complicado entenderlo de otro modo), luego de transitar virtualidades y distanciamientos. Es, precisamente, en este contexto donde el equipo rosarino de Vangart está de regreso, luego de que en 2019 entrara por la puerta grande de la historia del espectáculo local con su propuesta homónima que fue vista por algo de más de 20 mil espectadores e instaló la posibilidad concreta de que en la ciudad se puedan producir espectáculos de calidad, con proyección nacional e incluso internacional, y para una franja ancha de público.
BE, una fantasía urbana es el nombre de la nueva apuesta que se conocerá en el verano y que este martes por la noche tuvo su presentación en el teatro Broadway, ámbito y espacio de formación artística que oficia de coproductor del nuevo montaje junto con Diego Castro, el hacedor y creador de Vangart, que cuenta con el apoyo desde la dirección de Sean McKeown, director artístico del Cirque du Soleil con dos décadas de experiencia en shows emblemáticos como Quidam, Alegría, Dralion, Love The Beatles y las más cercanas sobre la idiosincrasia criolla como Séptimo día (sobre Soda Stereo) y Messi 10, sobre el ídolo del fútbol nacido en Rosario.
Con un eco en una de las frases emblemáticas de la historia del teatro universal, “To be, or not to be, that is the question” (“ser o no ser, esa es la cuestión”), del icónico monólogo de Hamlet de Shakespeare, esta “fantasía urbana” pareciera buscar ahora a sus protagonistas en esa pregunta existencial y en el corazón de una ciudad diversa y multicultural como es Rosario, luego de que Vangart contara la mágica historia de una chica llamada Río y su singular entorno.
“En una plaza debajo del puente hay gente que convive sin darse cuenta de la existencia del otro. Dos personajes van despertando a cada uno de ellos: mostrándoles y enseñándoles a reconocer que cada ser es especial, que tienen muchas más habilidades de las que ellos piensan, ocultas. Que todos tenemos cualidades, que todos podemos y somos mucho mejores juntos. BE nos invita a creer en nosotros mismos, a ir más allá de los límites”, adelantan los creadores acerca de esta propuesta, que pareciera abrevar en un clima post apocalíptico donde la conciencia de finitud ayuda para pensar que la salvación siempre es colectiva.
En el nuevo montaje, dos cantantes y una violinista acompañarán a los personajes principales, aportando música en vivo a la magia de un show que involucrará a una veintena de artistas de la ciudad y la región, con un gran despliegue escénico de vestuario y escenografía, en diálogo con las lógicas del nuevo circo donde el cuerpo es el gran paradigma.
El poder del deseo
Conocido productor local con un vasto recorrido, Diego Castro, al frente de la compañía Vangart, esta vez se asocia con el teatro Broadway, el espacio con más localidades de la ciudad (1800 butacas) para generar esta propuesta que quedará como residente en el teatro en su nueva temporada de verano.
Por su parte, el australiano Sean McKeown es el cocreador de BE, buscando poner a la propuesta, según adelantan, a la altura de grandes producciones internacionales en el próximo verano local.
“Seguramente, gran parte de este show servirá para pensar en la pandemia que quedó atrás, en lo que pasó; es importante en el mundo del espectáculo poder reabrir las puertas, pero hacerlo de una mejor manera para la humanidad. Ojalá todos estemos buscando ahora nuestra mejor versión; esa es, también la idea de BE, de ser lo mejor posibles que podamos ser”, dijo McKeown en una charla exclusiva con El Ciudadano.
El destacado director también analizó la importancia del cuerpo en escena para una estética dentro de la cual se convirtió en el gran paradigma: “En el mundo del circo estamos trabajando con gente con grandes habilidades a partir de sus cuerpos; este es un gran regalo y al mismo tiempo un gran desafío, pero está claro que son habilidades que todos tenemos, hasta cierto punto, más allá de que los artistas tienen que tener una gran disciplina para presentar su arte en la forma en la que lo están haciendo para esta propuesta. El mensaje está también en dejar en claro que el potencial lo tenemos todos, sólo necesitamos de una gran disciplina y una gran energía para seguir con lo que es nuestra misión en este planeta”.
Finalmente, el creador habló del talento de los artistas locales, una nueva generación fogueada al calor de valiosos espacios de formación que se convirtieron en semilleros para este tipo de propuestas. “En Rosario, me encuentro con un gran talento en sus artistas; yo trato de compartir con ellos mi experiencia en grandes producciones en las que he tenido la oportunidad de trabajar en otras partes del mundo”, destacó McKeown.
Y respecto de su cercanía con las producciones que el Cirque du Soleil desarrolló sobre temáticas vinculadas al país, cerró: “Me siento muy afortunado por haber podido estar al frente de Séptimo día y Messi 10, por la cercanía con la Argentina y porque es un país al que amo y me gusta mucho estar y trabajar aquí. Pero recorriendo el mundo, uno se encuentra con gente talentosa en todas partes, como pasa ahora en Rosario; es muy interesante la mezcla de culturas y muy divertido el trabajo con los jóvenes con muchas habilidades. Mi desafío es poder desarrollar ese talento para ponerlos a la par de otros grandes artistas y espectáculos que se realizan en el mundo; ayudarlos para alcanzar un nivel importante en su arte, compartir mis experiencias y conocimiento en relación con los cuerpos y a lo que suceda en el escenario. Pero al mismo tiempo, tengo una voz personal, y BE será un excelente lugar donde poder expresarla tanto como guionista como dirigiendo a los artistas de este equipo local, para poder producir entre todos algo hermoso”.