“A Central no le están cobrando cosas evidentes y quiero defender el trabajo de mis jugadores y del cuerpo técnico”. La frase corresponde a Diego Cocca y la expresó el domingo tras la derrota con Vélez donde hubo un claro penal a favor del Canalla que el árbitro del encuentro no cobró.
Más allá de que el entrenador de Central no tiene marcados antecedentes de expresarse en contra de los árbitros, esta vez fue un punto de inflexión para Cocca. Es que en las diez fechas que se llevan jugadas en la Superliga ha habido al menos siete jugadas donde el árbitro de turno perjudicó al Canalla ya sea por no aplicar el reglamento de manera correcta o por omisión.
Las primeras jugadas polémicas o no tanto, se dieron dese el mismo comienzo del torneo. Incluso en los dos partidos que ganó Central. Hubo una clara sujeción a Maximiliano Lovera en Tucumán que le provocó una caída dentro del área y una semana más tarde Diego Zabala cayó en el área de Talleres y el árbitro Facundo Tello ignoró la infracción.
Llamativamente en esta seguidilla de jugadas que perjudicaron al Canalla hubo tres donde participaron los arqueros rivales: Patronato, Racing y Lanús.
Frente al equipo entrerriano Claudio Riaño fue a buscar un centro y recibió un golpe de Matías Ibáñez salió a rechazar la pelota con los puños. Fue un claro penal que el árbitro Hernán Mastrángelo no cobró. Ante Racing, en el mejor partido que jugó el equipo de Diego Cocca hubo un rodillazo de Gabriel Arias a Lucas Gamba, el golpe se dio adentro del área y se produjo una vez que el arquero ya había tomado la pelota. El juez de ese encuentro fue Jorge Baliño. Ese día también hubo un error del asistente Gerardo Carretero al cobrar posición adelantada de Riaño cuando este había iniciado la jugada habilitado.
La última jugada donde intervino un arquero rival fue ante Lanús. Allí Agustín Rossi golpeó a Diego Novaretti cuando salió a cortar un centro y más allá de que el DT auriazul y el propio defensor declararon luego de que no fue penal, el defensor terminó tirado inconsciente en el área. Pero ese día el yerro más grosero que cometió Diego Abal fue no expulsar a José Sand por una plancha sobre Nahuel Molina.
El último fin de semana la jugada que terminó de despertar la crítica del entrenador de Central fue la infracción que Agustín Bouzat le cometió a Emanuel Britez en el área y que Ariel Penel no cobró infracción.
Claro está que los fallos arbitrales en contra que tuvo Central no es la única causa de que luego de diez fechas no haya podido engrosar su promedio de la manera deseada; pero no hay dudas de que ha sido una situación que lo ha perjudicado y mucho.
