Las muertes de andinistas en las últimas semanas en zonas turísticas montañosas de Argentina se explican porque «se minimizan los riesgos del deporte en altura», por factores vinculados al cambio climático y el fomento de lugares recónditos por redes sociales, dijeron escaladores y guías consultados por Télam, que sin embargo coincidieron en que se enmarcan también en un crecimiento exponencial de la actividad.
Durante esta temporada de verano fallecieron tres turistas en el cerro Aconcagua, en Mendoza; uno en el cerro Hielo Azul, en la localidad rionegrina de El Bolsón; y hubo otras cinco víctimas fatales en la zona de El Chaltén, en la provincia de Santa Cruz.
«En la zona de Bariloche y los lagos aumentaron los accidentes, no todos mortales, lo que tiene que ver con la explotación muy grande de la actividad de montaña, donde cada vez más gente quiere transitarla y año a año esas personas elevan sus exigencias», explicó a Télam Lucas Jacobson, secretario de la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM).
El especialista consideró que se necesita ir de menor a mayor en el alpinismo.
«No puede ser que alguien que nunca hizo actividad en la montaña comience con algo de dificultad media o alta. Si la gente no tiene experiencia siempre recomendamos un guía, pero tratamos de que el tránsito de la montaña sea libre, y apostamos al buen juicio de la gente para no excederse en dificultades», indicó Jacobson.
Por otro lado, mencionó que las condiciones climáticas empiezan a ser «más extremas» con períodos fríos fuertes y también de calor, lo que impacta en las escaladas.
«Hace poco a una mujer se le tuvo que amputar parte de una pierna por un alud de barro y rocas. Algo que sucedió porque veníamos de una sequía grande y pasamos a una tormenta de gran caudal de agua en pocas horas», detalló.
En tercer lugar, el guía de montaña apuntó al «fenómeno de las redes sociales donde se incita a la gente a consumir lugares icónicos de la montaña sin tener en cuenta los peligros que significan esos sitios, como el caso de las cuevas de hielo del Bolsón o lugares que tienen precipicios».
En ese sentido, dijo que hay una lista de recomendaciones de las asociaciones de guías o clubes de montañas que están adecuadas al terreno y a la época del año con pautas de seguridad que «no hay que subestimar».
Por su parte, Leonardo Viamonte, uno de los coordinadores de la Comisión de Auxilio de El Chaltén (Cax), grupo de escaladores voluntarios que se encargan de los rescates de alta montaña, detalló a Télam que en esa zona de Santa Cruz hay, en promedio, un fallecido por año, máximo dos, y sostuvo que se trata «de accidentes de alta montaña o gente que se descompensa en las sendas que no son planas y tienen una demanda física».
Viamonte explicó que «hay más personas que vienen a este lugar porque el trekking es más popular», lo que provoca el registro de más accidentes, pero dijo que «el nivel de fallecidos no ha crecido de forma exponencial» si se considera que «se ha quintuplicado» la afluencia.
«Si bien el alpinismo es un deporte de alto riesgo porque enfrenta objetivos altos, no hay que asociarlo con la palabra muerte», afirmó, y aseguró que los cuatro accidentes recientes fueron por «diversos motivos».
«Es difícil decir que todos se deben al cambio climático marcado. En algunos casos sí hay condiciones más peligrosas, en otros fue mala pericia de los escaladores y en otros se trató de mala fortuna. Hacer un análisis de las razones por la cual tenemos cinco fallecidos este año, cuando nuestro récord fue tres, es difícil; no siempre es lineal, pero analizamos estas cuestiones y trabajamos en prevención», expresó.
En ese sentido, ejemplificó que desde el Cax se informa dónde puede haber riesgos de avalancha, se sugiere que la gente lleve radio vhf a todas sus salidas, y se realicen cursos de auto rescate para que «si alguien se accidenta un compañero sepa hacer alguna maniobra para que pueda salir del lugar».
En sintonía con Jacobson, Viamonte señaló que los consejos y la información que brindan las redes sociales «ayudan a que la gente pueda acceder a lugares que no podía», pero también «pueden ser un problema» porque llevan «a un lugar que no se debería estar o que está más lejos de lo que parecía».
Además las fotos de las redes «son de días lindos, no hay fotos de que no hay señal o de que hay vientos fuertes», completó.
Otro punto que a considerar es que «hay un cambio de paradigma en las edades de los alpinistas, que son más jóvenes, tienen nivel deportivo avanzado en poco tiempo, pero es gente más inexperta en situaciones problemáticas».
Mario González, guía de montaña e integrante de la comisión directiva de AAGM, quien vive en zonas aledañas al Parque Provincial Aconcagua desde hace 25 años, dijo que «en líneas generales viene la misma cantidad de gente que en otros años, pero hay más turistas que montañeses. Hoy hay gente que sube el Aconcagua aun sin haber subido nunca una montaña».
En ese sentido, consideró que «hay gente que subvalora los riesgos y las dificultades de una actividad de riesgo», donde incluso «los caminos tienen riscos con rocas que no son fiables».
«Siempre hay riesgos por factores de la montaña y externos a ella. Ahora se suma el cambio climático que provoca, por ejemplo, que el hielo que mantenía unida piedra por piedra hoy se derrite y se cae», continúo.
No obstante, hizo hincapié en que «desde 1897, cuando comenzaron los ascensos al Aconcagua, hasta este sábado hubo 156 muertes; es decir, 1,25 muertes por año, un número que si se compara con fallecidos en la ruta es bajísimo», lo que atribuyó a las medidas de prevención, como servicios médicos de control obligatorio en los campamentos.