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Tras ser rehabilitados, 18 pingüinos hallados en estado de desnutrición regresaron al mar

Las aves marinas fueron rescatadas entre mediados de febrero y abril de este año en distintas localidades del Partido de la Costa

Un grupo conformado por 17 pingüinos magallánicos (Spheniscud magellanicus) y 1 pingüino de penacho amarillo (Eudyptes chrysocome), regresó al mar en las playas de San Clemente del Tuyú luego de atravesar un proceso de rehabilitación en la Fundación Mundo Marino.

Las aves marinas fueron rescatadas entre mediados de febrero y la tercera semana de abril de 2022 en distintas localidades del Partido de la Costa y en las ciudades balnearias de Pinamar, Valeria del Mar, Villa Gesell, Bahía Blanca y Berisso.

En algunos casos, de los rescates participaron Prefectura Naval Argentina, la Estación de Rescate de Fauna Marina Guillermo «Indio» Fidalgo, de Bahía Blanca, y Fundación Rescate Verdemar, de Villa Gesell. En tanto, del momento de la reinserción participaron Gabriel Terny y Juan Pablo Manchiola, directores de Fauna Silvestre y de Biodiversidad, respectivamente, del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires.

«Estas aves aparecieron varadas en la playa con un cuadro comúnmente conocido como el síndrome del pingüino varado. Se encontraba desnutridos y deshidratados, con cuadros de hipotermia y alto grado de parasitismo. Al no encontrar alimento suficiente, pierden la capacidad de termorregular y salen famélicos a nuestras costas. En algunos casos, también la desnutrición se vio acompañada de problemas de muda de su plumaje», explicó Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino.

En cuanto al tratamiento que recibieron al momento de su ingreso al centro de rescate, Juan Pablo Loureiro, médico veterinario y director técnico de la mencionada Fundación describió: «Lo más importante en primer lugar es la estabilización del animal».

«En estos casos, se logra a través de la hidratación con fluidoterapia y terapia térmica con calor para darles confort, dado que, en algunos casos llegan con hipotermia. Estos animales absorben el agua a través del pescado, por lo que, si ​no encuentran alimento, sobrevienen los cuadros de deshidratación. Una vez estabilizados, les tomamos muestras de sangre y comenzamos a ofrecerles fórmulas de pescado licuado, hasta finalmente darles pescado entero», añadió.

Para darles el alta médico veterinaria y formar parte de un grupo de individuos a ser reinsertados, se les toma una segunda muestra de sangre, se verifica la impermeabilidad de sus plumas, su condición corporal, y actitud comportamental, además de registrar sus medidas morfométricas.

Por último se les coloca un chip subcutáneo de identificación: «El chip, a través de un lector, posee un número que, en caso de aparecer en otra geografía, permite identificar el centro de rescate donde estuvo así como el tratamiento que se le brindó», aclaró Juan Pablo Loureiro.

Acerca del significado de esta reinserción, Andrea Cabrera, vicepresidenta de la Fundación Mundo Marino, sostuvo: «Con ese grupo de pingüinos superamos el número de 10.000 animales atendidos en nuestro Centro desde nuestros inicios hace más de 40 años».

«Fue un momento muy especial. Nos pone muy contentos no solo por el enorme logro alcanzado, sino porque la historia de Mundo Marino comienza antes de la creación del parque educativo, justamente con la atención a un pingüino empetrolado que necesitaba ayuda. Hoy seguimos en esta hermosa y a su vez difícil tarea de ayudar a la fauna marina afectada por causas antrópicas», expresó Cabrera.

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