El flojísimo presente futbolístico de Central generó un sinfín de interrogantes con respecto al futuro. Las tres derrotas en fila hicieron que el escenario de cara al sábado no sea el mejor. Y que el encuentro frente a Arsenal tenga la trascendencia similar a la de un partido final.
Claro que lo mejor que le puede pasar a Central es ganar y que ese partido sea un mojón de cara al mejoramiento y a buenos resultados. Pero, ¿qué pasa si el Canalla pierde? ¿Russo debe irse? ¿Los dirigentes deben echarlo?
Sin dudas que en la actualidad es difícil que un entrenador, salvo honrosas excepciones, se mantenga en su cargo después de cuatro derrotas en fila. Y más en un club con tantas presiones como Central.
Entonces, ¿si gana Arsenal se termina el ciclo? A lo mejor sí, si es el propio DT quien decide dar un paso al costado. No, si son los dirigentes los que deben tomar la decisión de prescindir de él.
Si el sábado el partido termina con derrota y la misma lleva a la renuncia del entrenador, será porque el técnico cree que no podrá revertir la situación. Y que los jugadores que él eligió ya no podrán llevar a cabo su idea.
En cambio si la decisión de excluir a Russo de su cargo es de la dirigencia, algo que puede ser factible ya que la campaña es muy pobre, los directivos serán los responsables de buscar una mejor opción.
Sin dudas la última posibilidad es la menos aconsejable. Primero porque a este plantel lo armó el técnico y después porque entre los actuales entrenadores sin trabajo no asoma nadie como “el posible salvador”.
Además, yendo a lo estrictamente político, será un nuevo fracaso, el primero desde que se logró el ascenso y uno más en la lista desde que asumieron. Y esto no haría otra cosa que remover la arena política a menos de un año para las próximas elecciones.
Obviamente que volviendo a la primera hipótesis, también será un dolor de cabeza. Aunque al ser decisión del técnico la cosa seguirá siendo complicada pero no tanto.
Sin dudas lo mejor que le puede pasar a Central es que gane el sábado y Russo continúe con el proyecto.
Un claro antecedente
La temporada pasada, que terminó de la mejor manera, no arrancó bien. Los malos resultados de las primeras fechas, los insultos al entrenador y el recordado “zapatillazo” hicieron un clima totalmente desfavorable.
Sin embargo, el cuerpo técnico capeó el temporal a fuerza de trabajo, haciendo oídos sordos a las críticas, la mayoría fundadas, y realizando algunas variantes de jugadores. Russo y compañía revirtieron la situación y Central ascendió siendo el mejor de todos.
Claro está que existen diferencias palpables entre un torneo y otro, pero el problema de fondo de hoy es el mismo que el de ayer.
Por otro lado, que el técnico no consiga buenos resultados en el comienzo de un campeonato no es nuevo. Hay entrenadores que logran rápidamente el funcionamiento que pretenden y otros que no. Russo está en este segundo grupo.
Poca oferta
Si el encuentro ante los de Sarandí tiene como final un resultado negativo y si Russo decide irse o si la dirigencia lo reemplaza, ¿qué técnico hay sin trabajo? Reemplazar a un cuerpo técnico no es cosa sencilla.
Sin dudas el único que tiene espalda en el “mundo Central” es Edgardo Bauza. Pero el Patón, más allá que no le está yendo del todo bien en Ecuador, como mínimo permanecerá en la Liga hasta diciembre. Por eso ni siquiera larga la carrera.
Luis Zubeldía, José Pepe Romero, Leonardo Rubén Astrada, Claudio Borghi, Blas Armando Giunta y algún otro que anda sin trabajo… ¿Algunos de estos vendría? Tal vez sí. Es más, más de uno diría que sí con los ojos cerrados.
Pero ahí comenzaría el problema de siempre: el que venga se encontrará con un plantel que lo armó otro.
Esto significará un período de adaptación. El mismo que está transitando Omar De Felippe en Independiente o Carlos Ischia en Racing.
Por el clima que sin dudas quedaría tras la ida de Russo, ¿los hinchas auriazules soportarán un período de conocimiento por parte del nuevo cuerpo técnico en plena competencia? Definitivamente no.
Por todas estas razones y porque después del sábado quedarán 90 puntos en juego lo mejor que le puede pasar a Central es que el sábado gane o en su defecto corte la racha de derrotas consecutivas, y que a partir de ese día comience la levantada.