El tortugo marino Jorge, que vivió 38 años en cautiverio en la ciudad de Mendoza, fue trasladado este miércoles, en un vuelo privado, a la localidad balnearia de Mar del Plata, donde fue alojado en un centro de recuperación de fauna, en el marco de un proyecto a largo plazo para tratar de que regrese a su medio natural.
El animal, de casi 100 kilos, arribó al Aeropuerto Astor Piazzolla marplatense cerca de las 14 de este miércoles, y desde allí fue llevado por tierra hasta el Centro de Rehabilitación de Fauna Marina (CRFM) que funciona en el Aquarium local, junto al Faro de Punta Mogotes.
El tortugo, de entre 65 y 72 años, dejó el estanque de 20.000 litros de agua del exacuario de la Municipalidad de Mendoza en el que vivía, espacio convertido en un “Centro para la Conservación de la Biodiversidad”, y continuará su adaptación en una pileta ocho veces más grande.
El vuelo que trasladó a este ejemplar macho perteneciente a la especie caretta caretta, había partido por la mañana desde Mendoza, donde el subsecretario de Ambiente y Desarrollo Sostenible local, Sebastián Fermani, definió al operativo como “un hecho histórico”, ya que “Argentina no cuenta con antecedentes como este traslado de un tortugo como Jorge”.
El animal viajó dentro de un contenedor plástico “con una base de colchón húmedo”, según precisó Fermani.
En el vuelo, estuvo acompañado por dos veterinarios, quienes controlaron su comportamiento y condición durante el trayecto de cerca de cuatro horas.
Tras su traslado al Aquarium en Mar del Plata desde el aeropuerto, fue revisado por especialistas del lugar, quienes forman parte del denominado “Proyecto de evaluación, traslado, rehabilitación y eventual reinserción en el mar de la tortuga marina Jorge”.
Según informó a Télam Alejandro Saubidet, director científico del acuario marplatense, “la rehabilitación y eventual reinserción en el mar va a ser un proceso de al menos tres años”, y en caso de concretarse, “será un logro sin precedentes a nivel mundial” teniendo en cuenta “que el animal vivió 38 años en un ambiente artificial y teniendo en cuenta además su avanzada edad”.
Saubidet explicó que, en el marco de este proyecto, en 2021 se inició el cambio de la dieta del animal y de la salinidad del agua, ya que vivía en un estanque de 1,5 metros de profundidad, con agua marina artificial.
La pileta en la que iniciará su adaptación en el Aquarium es casi ocho veces más grande, con 150 mil litros de agua marina natural.
“Más allá del posible éxito de la reintroducción a su medio natural, ya el propio cambio de sus condiciones ambientales a una pileta mucho más grande que en la que estuvo tantos años, con agua marina natural, mayor profundidad y un adecuado manejo para especies marinas, garantizará un salto significativo en las condiciones de bienestar animal de Jorge”, aseguró.
Una vez completada su adaptación al nuevo estanque, podría ser trasladado más adelante a un espacio lindante con el mar, según se indicó.
La Municipalidad mendocina informó que “mantendrá la tutela legal de Jorge y asegurará que cada etapa sea cumplida de manera correspondiente, para que el tortugo goce de mayor bienestar animal”.
El ejemplar vivió en cautiverio en Mendoza desde 1984, cuando fue trasladado tras ser rescatado por un grupo de pescadores en una playa cercana a la localidad bonaerense de Bahía Blanca.
El animal había sido hallado herido y entumecido por el frío, y el Instituto Oceanográfico Argentino, con sede en Bahía Blanca, lo identificó como parte de la especie caretta caretta.
“Fue sugerencia de los expertos buscar una institución en el país para su mantenimiento en cautiverio, sin considerar la posibilidad de devolver el animal a su hábitat natural, acorde a la usanza de la época», explicaron desde la comuna mendocina, y contaron que el Acuario Municipal local «era la única institución con infraestructura adecuada para recibirlo».
Por ello, fue despachado en aquel momento por vía aérea a la Ciudad de Mendoza, en una caja de madera construida especialmente para el animal.
El tortugo fue recibido el 4 de marzo de 1984 en el acuario, pesaba al llegar 40 kilos, y luego de estar en varios sectores, fue trasladado en febrero del 2006 al estanque de 20.000 litros.
Según los análisis realizados antes del viaje hacia Mar del Plata, pese a la situación y extensión del cautiverio, se encontraba «en buenas condiciones generales».