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Trasplantes: el Estado apunta a la salud privada por la caída

El ministro Cappiello dijo que el problema se debe a que hace años se dejó de denunciar a posibles donantes.

Por: Pablo Moscatello

El ministro de Salud provincial, Miguel Ángel Cappiello, salió al cruce ayer de las acusaciones lanzadas desde algunos sanatorios privados de la ciudad en torno a la política del gobierno santafesino en materia de procuración de donaciones y trasplantes de órganos. En rigor, el funcionario señaló que entre los motivos de la disminución en la cantidad de operaciones en territorio santafesino encuentra el hecho de que desde el sector privado han dejado desde “hace años” de denunciar posibles donantes para la “procuración”, término con que se denomina la obtención de órganos. “Si médicamente no acordamos con que la procuración es una práctica más dentro de lo que es una institución muy poco podemos hacer aparte”, sostuvo el jefe de la cartera sanitaria. En ese sentido, Cappiello hizo especial hincapié en el papel que deben cumplir los profesionales médicos. “Es el profesional que estuvo con el paciente el que tiene que preocuparse de conseguir el sí de la familia”, sostuvo el máximo responsable de la salud pública santafesina.

Desde hace algún tiempo, distintas organizaciones no gubernamentales ligadas al tema, ex funcionarios del Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio) y sanatorios privados donde se llevan adelante trasplantes han venido cuestionando la política que lleva adelante el Ministerio en la materia.

Sin embargo, las críticas de las instituciones privadas de la ciudad en los últimos tiempos se han profundizado, en especial por parte de una. En concreto, quien más ha venido cuestionando sobre el asunto es la subjefa de Trasplantes del Sanatorio Parque. María Vázquez, quien  fue recibida junto a otras organizaciones y referentes por integrantes de la comisiones de Salud del Concejo Municipal y de la Cámara de Senadores de la provincia. Básicamente, las diatribas apuntan a la fuerte caída en cantidad de procuración y trasplantes sufrida en Santa Fe en los últimos años en relación al resto de las provincias.

El Ciudadano publicó hace siete días una nota en donde se informaba que según datos que figuran en el Registro Nacional de Procuración y Trasplante del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), el 40 por ciento de los trasplantes de riñones realizados en Santa Fe en lo que va del año se hicieron con órganos traídos de provincias vecinas. En  la misma lógica, en los últimos cinco años la provincia cayó del segundo al sexto lugar en el ranking nacional de operaciones renales.

Ante la fuerte repercusión del tema, y luego de que en una primera instancia la Casa Gris optara por un silencio de radio, Cappiello salió a responder ayer. En concreto, el funcionario señaló entre los motivos de la disminución en la cantidad de operaciones en la provincia el hecho de que el sector privado ha dejado desde “hace años” de “denunciar” defunciones para procuración de órganos. “Las terapias intensivas de esas instituciones no denuncian a posibles donantes”, explicó.

“Los privados no están obligados a procurar, y de hecho no lo hacen. Hace años que sólo lo hace el Estado”, explicó en diálogo con este diario el ministro. Pero de igual modo apuntó que, a pesar de la no obligatoriedad, la obtención de órganos sí debería ser una “responsabilidad profesional”. Es decir, que los médicos tendrían por su propia profesión el mandato de denunciar toda defunción, para que así el Cudaio pueda iniciar el proceso de procuración.

En rigor, el Cudaio advirtió que lo que sí están obligados a hacer los privados es a declarar la muerte de cada paciente que se produce en un sanatorio. Y que esto hace mucho tiempo que no sucede.

“Algunos puede ser que no lo hagan porque no están comprometidos con el hecho de la donación. Y otros porque en algunos lugares piensan que una institución que genera donantes queda desprestigiada”, dijo a este diario la titular del Cudaio, María Teresa Ferreira. Y lamentó que haya “tantos mitos alrededor de la donación”.

Cappiello hundió el bisturí más profundo: directamente acusó a los privados de no querer integrarse al sector estatal. “Lo único que quieren es que el sector público les dé los órganos para que ellos trabajen”, se enojó.

En ese contexto el ministro puso en relieve el papel que deben cumplir los propios médicos en el proceso de donación y trasplante. “Son el motor principal a la hora de encontrar donantes”, dijo. Y avirtió: “Si médicamente no acordamos que la procuración es una práctica más dentro de lo que es una institución, muy poco podemos hacer. Quien estuvo con el paciente es el que tiene que preocuparse de conseguir el sí de la familia”.

Con todo, así las cosas el Cudaio sólo cuenta en Rosario –que tiene más de un millón de habitantes– con cinco coordinadores hospitalarios. Estos se ocupan de la procuración en el Hospital Centenario, el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) y en el Víctor J. Vilela. Y por ello requiere la colaboración de los privados. En tanto, en la ciudad operan actualmente tres centros de trasplantes en el sector privado. Uno de ellos funciona en el sanatorio Parque, donde se especializan en trasplantes renal y cardíaco; otro en el Sanatorio de Niños, dedicado al trasplante pediátrico hepático, y el ICR, donde se practican trasplantes cardíacos y hepáticos. Por el lado del sector público de salud, el Hospital del Centenario trabaja en trasplantes renales.

Según datos del Incucai, el riñón es el órgano que más demanda tiene. En Argentina hay más de 5 mil pacientes en lista de espera, de los cuales 350 están en Santa Fe.

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