Por Juan Pablo Estévez / Noticias Argentinas
La brecha cambiaria que existe en Argentina está potenciando el auge del turismo estético: cada vez más extranjeros vienen a nuestro país para realizarse tratamientos y cirugías de belleza porque pueden llegar a costarle la mitad de donde son residentes.
Los datos surgen de un relajamiento realizado por El Cronista, publicación que asegura que europeos y estadounidenses son los ciudadanos extranjeros que pican en punta en este fenómeno, que se duplicó durante el último año. Además crece la llegada de pacientes de países limítrofes que llegan para realizarse tratamientos no invasivos.
Los tratamientos exprés son los que más demanda tienen: la mayoría de ellos son ambulatorios y no quieren reposo o cuidados prologados de internación. La rinomodelación es una de las prácticas estéticas que más se buscan junto al Botox.
Una rinomodelación en Argentina cuesta $130.000, lo que serían 281 dólares en el mercado Blue. Un relleno de Botox, aproximadamente, puede costar U$D 153 ($70.000). Estas prácticas, en otros países del Mercorsur como Uruguay y Brasil, por citar dos ejemplos, pueden llegar a costar un 50% más.
Los extranjeros que vienen a nuestro país a realizarse cirugías estéticas tienen un postoperatorio de dos semanas, tiempo en el que se les realizan las curaciones pertinentes. Las prácticas más requeridas son el implante de siliconas, las liposucciones abdominales y los retoques faciales.
Una operación mamaria con las prótesis incluidas puede oscilar en nuestro país entre un costo de 4 y 5 mil dólares y son las ciudadanas europeas y las estadounidenses quienes más la demandan, pagando siempre en dólar billete.
La Cámara Argentina de Turismo Médico especificó que antes de la pandemia generada por el Coronavirus ingresaban a nuestro país 14 mil personas por asuntos médicos, de los cuales se calculaba que el 40% de esos extranjeros venía por cuestiones estéticas.