El cierre de casi todos los comercios a las 19.30 dispuesto por el gobierno de Santa Fe en el Gran Rosario para hacer frente al aumento de contagios por covid-19 que se registra en los últimos días motivó la reacción de los involucrados. Empresarios de las ramas hotelería y gastronomía convocaron para la tarde de este sábado a una concentración en Oroño y Jujuy donde pondrán en escena lo que sostuvieron apenas se conoció la medida: que las ecuaciones económicas de sus negocios están al límite y que la nueva restricción los condena al cierre.
El presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Rosario (Aehgar), Carlos Mellano, confirmó la movida y adelantó que el sector analiza recurrir a la Justicia con «amparos» contra la medida. Para ello, dijo, ya hablaron con abogados constitucionalistas durante la mañana siguiente al anuncio que comunicó el propio gobernador Omar Perotti.
Freno a la circulación: por 14 días (casi) todo se cierra a las 19.30 en el aglomerado Rosario
«La gastronomía estaba con un respirador y se lo desconectaron», acompañó el malestar con metáfora Alejandro Pastore, referente de los comercios de Paseo Pellegrini.
La decisión compromete a los locales gastronómicos –bares, restaurantes, rotiserías, heladerías y de venta de productos alimenticios elaborados. Podrán permanecer, como antes, abiertos hasta las 23, pero sólo con la modalidad de envío a domicilio. Y hasta las 22 si ofrecen el servicio «para llevar» (take away). Con público o comensales, sólo hasta las 19.30. Y en todos los casos, con la dotación mínima necesaria de personal.
Además de gastronómicos y hoteleros, ya avisaron que se sumarán al rechazo propietarios de gimnasios y canchas de fútbol 5, algunos sindicatos y trabajadores de oficios, como pintores, plomeros, electricistas y hasta taxistas. La movilización se hará bajo el lema «Rosario quiere trabajar».
Pastore admitió que la medida del gobierno provincial puede «tener un justificativo sanitario», pero insistió en que los lleva a una situación terminal. «La forma en la que se dio nos deja sin ningún tipo de herramientas», abundó en las quejas por falta de diálogo y «sensibilidad» hacia los funcionarios provinciales.
