Las chicas de Boca y River no se sacaron diferencias en el superclásico que se disputó en este domingo en el Complejo Pedro Pompilio. Fue 1-1 con goles de Pereyra y Cabrera, quien marcó la igualdad xeneize. Sin embargo, hubo que lamentar un tremendo golpe que no recibió castigo.
El fútbol femenino de Boca y de River jugaron su propio Súperclásico en el complejo Pedro Pompilio, en el marco de la primera fecha del torneo de Primera División. Con un gran marco de público, las chicas del Millonario dieron el primer golpe como visitante gracias al tanto de Mercedes Pereyra, a los 8′ del primer tiempo.
Sin embargo, la alegría les duró poco ya que el Xeneize se recuperó rápido del golpe sufrido y a los 25′ llegó el empate de Micaela Cabrera. Y más allá de que los dos equipos fueron en busca del triunfo, el marcador no se movió y terminaron repartiendo puntos en este duelo interzonal (Boca está en la zona A y River, en la zona B).
La situación negativa la sufrió Bianca Recanati (ex Newell’s, oriunda de Armstrong que se sumó junto a Martina Dezotti), volante xeneize, porque la arquera Florencia Chiribelo se la llevó por delante cuando ingresaba al área y la derrumbó con una cruel patada en el tobillo.
Cuesta entender cómo la jueza Laura Fortunato no vio penal en la jugada que sacó de la cancha a Bianca Recanati. Fue un planchazo tremendo que no terminó en fractura de milagro. Increíblemente para el árbitro no hubo infracción de la arquera de River, Florencia Chiribelo, quien le fue de muy mala manera, sin mediar las consecuencias que pudo haber causado.
Recanati fue asistida de manera inmediata por el médico del club y luego derivada al Sanatorio de Los Arcos, en Palermo, donde le realizaron una radiografía que arrojó resultados positivos: a nivel óseo no hubo daños. Ahora resta la resonancia, estudio que le harían este mismo lunes para determinar el estado de las partes blandas.
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