Tres hombres fueron detenidos esta madrugada acusados de ser los autores materiales del triple crimen de General Rodríguez. El cuarto, Martín Lanata se entregó hace instantes en La Plata.
Dos de los imputados fueron capturados en el marco de diez allanamientos realizados por efectivos de Gendarmería Nacional y la Policía Bonaerense, mientras que el restante ya estaba detenido en el penal de Sierra Chica en el marco de otra causa.
En tanto, el cuarto sujeto acusado de haber participado en el mismo hecho, negociaba su entrega a las autoridades.
Dos de los procedimientos fueron realizados de manera simultánea en Quilmes, Mar del Plata y otras zonas de la Provincia, por orden del fiscal de Mercedes Juan Ignacio Bidone.
Los detenidos resultaron ser Cristian Lanatta, ya antes preso en Sierra Chica, y los hermanos Víctor y Marcelo Schilachi, quienes, según trascendió en forma extraoficial, están acusados de integrar la banda que perpetró los asesinatos de Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, asesinados a mediados de agosto de 2008.
El último detenido, Martín Lanatta -hermano de Cristian- es un gestor del Registro Nacional de Armas (Renar).
Los hermanos Schilachi tendrían serios antecedentes policiales y de acuerdo con la sospechas habrían sido contratados como mano de obra para concretar los crímenes.
Uno de los lugares allanados, situado en Nicolás Videla al 631, de Quilmes, es la finca en donde la averiguaciones realizadas indican que las víctimas permanecieron varios días secuestradas antes de los crímenes.
El fiscal Bidone aseguró que «existen elementos de prueba» para imputar a los cuatro sospechosos como «coautores de privación ilegítima de la libertad agravado y homicidio agravado».
Bidone reveló que las sospechas apuntan a que los crímenes fueron cometidos por tres móviles: «la efedrina, el comercio ilegal de medicamentos y la mesa de dinero», el tercer punto relacionado con problemas de deudas entre los mentores del hecho y los empresarios asesinados.
Cristian Lanatta, según se supo, es sindicado como el que habría convocado a Forza, Bina y Ferrón al Wal Mart de la localidad bonaerense de Sarandí en el que desaparecieron días antes de que fueran encontrados asesinados.
Para Miguel Ángel Pierri, abogado de los familiares de las víctimas, los detenidos «o son los que ordenaron matar o lo que mataron».
El letrado fundamentó su conjetura en que el fiscal había anticipado que cuando se produzcan detenciones se iba a «trabajar en el marco de la autoría».
Bidone también refirió a la muerte «en circunstancias dudosas» de un hombre que se había presentado como testigo y brindó importantes elementos a la causa.
En forma extraoficial se supo que el hombre murió en lo que primero pareció ser un accidente ferroviario, en el barrio porteño de Villa Urquiza, pero los indicios señalan que podría haber sido víctima de un homicidio.
Bidone también graficó la vinculación entre la causa por la llamada «mafia de los medicamentos» que investiga el juez federal Norberto Oyarbide, al señalar que «son los mismos actores, con distintos escenarios».
El instructor, sin embargo, se encargó de remarcar que «nada indica» que haya relación del líder de la Bancaria, Juan José Zanola, con los crímenes.
Diego Ferrón, hermano de Damián, consideró que el fiscal trabajó «en forma muy seria» y señaló que le había adelantado que «antes de Navidad iba a ve detenciones».
El hombre adelantó que «va a ver nombres que van a sorprender» en el caso porque «son gente de mucho poder».
Por otro lado, el fiscal Bidone reveló que la reunión en el patio de comidas del supermercado Wal Mart de Avellaneda, adonde fueron convocados Forza, Bina y Ferrón, el 7 de agosto de 2008, apenas duró unos diez minutos y que el verdadero cónclave se habría llevado en un domicilio de Quilmes, donde fueron asesinados o quedaron secuestrados.
Los cuerpos de los empresarios fueron encontrados seis días después en un descampado de General Rodríguez, con signo de haber sido ultimados a balazos.