El paro nacional contra las políticas económicas del gobierno de Iván Duque finalizó con un cacerolazo espontáneo
El saldo de la represión estatal a las protestas y el paro nacional de este jueves en toda Colombia fue más dramático de lo esperado. El ministerio de defensa del gobierno de Iván Duque aceptó en las últimas horas que hubo tres muertos, casi tres centenares de heridos, entre 148 militares, 122 civiles y tres policías.
El gobierno colombiano había lanzado un descomunal despliegue de fuerzas, a la vez que ordenó el cierre total de las fronteras durante la huelga y las masivas movilizaciones que tuvieron epicentro en diversas ciudades del país y, aunque las versiones corrieran desde un principio, este viernes al mediodía el gobierno reconoció que se produjeron dos muertes durante las protestas en Buenaventura y una más en Candelaria, ambos municipios del departamento Valle de Cauca, en el oeste del país.
«En las últimas horas las autoridades han confirmado la muerte de dos personas en Buenaventura en medio de disturbios y una más en Candelaria, ambos en municipios del (departamento) Valle del Cauca», en el oeste del país, dijo ayer al mediodía en rueda de prensa el ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo.
El funcionario aseguró que los fallecidos en Buenaventura, principal puerto de Colombia sobre el Pacífico, murieron en medio de «una intención de saqueo», la noche del jueves a un centro comercial al que la fuerza pública «acudió a hacerle frente».
Trujillo aseguró que a la zona se desplazó una comisión de la fuerza pública para «analizar de primera mano los procedimientos realizados» por los uniformados en medio de los enfrentamientos. El funcionario no dio detalles sobre el fallecido en Candelaria, a unos 93 kilómetros de Buenaventura, aunque se supo que también se produjo en medio de la represión.
Además, el jefe de la cartera aseguró que las autoridades abrieron once indagaciones preliminares por «posibles actuaciones irregulares» de miembros de la policía contra manifestantes en Bogotá, Cali, Manizales y Cartagena.
Cali fue el principal foco de violencia, con saqueos y «actos vandálicos», que llevó a la alcaldía a decretar toque de queda hasta las madrugada de de ayer. Aunque las autoridades aseguraron que ya retomaron el control.
El gobierno de Duque, quien tras quince meses en el poder luce debilitado, afrontó la mayor protesta callejera que ha ocurrido en Colombia en los últimos tiempos. Aunque las autoridades reiteraron el carácter mayoritariamente pacífico de las movilizaciones, al cierre de la jornada se presentaron fuertes enfrentamientos entre la fuerza pública y los manifestantes, que dejaron 122 civiles con heridas leves y 151 miembros de la fuerza pública lesionados, según el balance oficial.
De hecho, se trataron de las movilizaciones más contundentes desde de las movilizaciones por el proceso de pacificación con las Farc y las guerrillas.
En la noche de este jueves, luego de la jornada de paro y de la brutal represión, se dieron cacerolazos en repudio al discurso oficial (del gobierno pero también de los medios hegemónicos), que hablaba de saqueos y disturbios violentos. Eso también fue un hecho inédito ya que en el pasado se habían realizado cacerolazos por hechos puntuales pero nunca a escala nacional como el jueves por la noche.
Además, se trató de una respuesta espontánea y transversal: las cacerolas sonaron tanto en barrios de clase alta, como en los de sectores medios pero también en los más humildes.
Ayer por la noche se estaba dando una convocatoria por redes sociales para mantener las protestas y seguir luchando contra las políticas de ajuste del gobierno de Duque.
Luego del paro
Al menos 68 estaciones del sistema de transporte público Transmilenio de la capital permanecían cerradas después de haber sido dañadas con palos, piedras y pintadas.
En Bogotá también se cancelaron las clases en la Universidad Nacional hasta el lunes.
Al final de la protesta, en la capital colombiana algunos de los manifestantes se enfrentaron a la Policía en la céntrica Plaza de Bolívar y atacaron con piedras y pintura el Capitolio, el Palacio de Justicia y el Palacio Liévano, sede de la Alcaldía.
Manifestarse libremente
El Duque dio un mensaje a la Nación en el que celebró que la gente se pueda manifestar libremente, pero no dijo nada de los reclamos y de la represión.
“A pesar de los actos de violencia, atribuibles a personas que no representan el espíritu de los manifestantes colombianos, demostramos que este país puede ejercer las libertades individuales sin vulnerar las libertades de los demás”, declaró Duque.
Sin embargo, en redes sociales se difundieron imágenes en las que se observa a miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) golpear en el rostro a una mujer y videos en los que más de cinco policías patean y golpean con bastones a una pareja en una calle del centro de Bogotá.