Jorge Fandermole, el grupo Madrigal, Juancho Perone, Martín Neri, Myriam Cubelos, Marcelo Stenta y Leandro Masseroni reinterpretarán canciones de Raúl Carnota en un recital que este viernes, desde las 21, se hará en el Teatro La Comedia (Mitre y la Cortada Ricardone).
El tributo generado por organizadores del Encuentro Nacional de Músicos, que este año concretó su decimosexta edición y con el que Carnota tuvo lazos muy profundos, incluirá la participación de alumnos de danza folclórica del quinto año de la escuela Nigelia Soria, dirigidos por el profesor Darío Kluczkiewicz.
Protagonistas del homenaje al artista a cinco años de su fallecimiento le contaron a Télam sus pareceres acerca de su aporte a la música popular.
“Carnota sostuvo la innovación por los fraseos y por trabajar la guitarra como un bombo de manera tan innovadora, para asumir al folclore de manera dinámica dentro de la música popular de raíz criolla”, resaltó Cubelos.
La soprano Irene Rodríguez, integrante del grupo vocal Madrigal, consideró: “La inmensa obra de Raúl implicó un modo de abordar nuestros ritmos sin reconocer límites de ningún tipo y forzando todos los marcos que se le pudieran imponer y, sin embargo, estuvo siempre arraigado a lo más profundo de nuestras raíces”.
Por su parte, el trovador Fandermole consideró que “dejó una obra muy consistente y muy sólida, que no tiene cosas de más y por ello es tan influyente y valiosa, hasta convertirlo en un ejemplo”.
A cinco años de la muerte del artista folclórico Raúl Carnota se plasma la paradoja de lamentar su temprana ausencia y de dimensionar una obra cada vez más referencial e inspiradora dentro la escena de la música popular.
El músico, compositor, arreglador y cantante nació en el barrio porteño de Almagro el 30 de octubre de 1947 y desplegó un sonido básicamente afincado en los ritmos del noreste para desde allí disparar su genio irreverente y personal.
Carnota fue un creador íntegro e integral que desde el bombo, la voz y la guitarra, la composición o la intervención en clásicos o nuevas obras, abrió nuevas posibilidades expresivas para la música de raíz criolla.
Compuso solo, o en letra o en música, piezas de gran inspiración como “Salamanqueando pa mí”, “Grito santiagueño” (ambas incluidas por Mercedes Sosa en su disco Como un pájaro libre, de 1983), “Por seguir”, “Gatito ‘e las penas”, “La Asimétrica”, “Desandando”, “La rosa perenne”, “Como la luz de un talismán”, “Ña Polí”, “La Llave” y “Camino hacia Quimilí”, por citar apenas algunas.
A partir de 1983 publicó unos 15 álbumes que lo unieron, entre más, con Eduardo Spinassi, Rodolfo Sánchez, Franco Luciani, Lilián Saba, Marcelo Chiodi, Juancho Perone, Juancho Farías Gómez, Willy González y Daniel Maza y estuvo en fraterno contacto con infinidad de colegas de esa escena y aportó protagónicamente a plasmar nuevas resonancias en torno de la tradición folclórica y latinoamericana.
Como ejemplo de esos lazos y el legado de la obra de Carnota, un puñado de voces que dieron testimonio acerca de la figura y la influencia del músico que falleció el 27 de septiembre de 2014 y entre ellas se pudo reconocer la de su manager, Ale Jueguen: “Rescato su obra pero también una ética en cuanto a la trayectoria, su desarrollo como artista, asumiendo compromisos y riesgos con absoluta coherencia, convicción, dignidad y libertad, empujando límites con absoluto respeto por la herencia recibida. Un hombre que vivía como pensaba, arriba y abajo del escenario”. Por su parte, el dramaturgo Fernando Noy recordó: “Tuve la dicha de descubrirlo en 1982 acompañando a la gran Mercedes Sosa que al escucharlo por primera vez interpretando «Grito santiagueño» además de aplaudirlo fervorosamente comentaba en voz bien alta, extasiada de risa, «ese tema ya es mío». Extraño, por algo de egoísmo sagrado, su enorme dulzura, respeto y camaradería pero siempre será un faro inapelable de nuestra cultura”.
Para Eduardo Spinassi su obra musical y poética es “imprescindible”. “Pero su muerte nos ha privado de seguir disfrutando de un fenomenal tipo cuyos principios jamás traicionó ni siquiera en situaciones límite”, agregó. Mientras que, para Suna Rocha, Carnota “dejó una obra importantísima que marcó un antes y un después con una forma de composición, una manera de ver la música y un fraseo muy particular. Fue un gran escuchador de jazz que incluyó una síncopa y una manera de hacer e interpretar muy personal ya que jugaba con las armonías como el gato y el ratón. Lo suyo se va a escuchar siempre porque se insolentaba con la música para salirse de las reglas e ir un poco más allá”.