El Ministerio de Desarrollo Social de la provincia fue escenario ayer de una trifulca que protagonizaron militantes de la Corriente Clasista y Combativa con empleados de esa repartición. Como saldo, un agente policial sufrió contusiones menores, al igual que trabajadores que lo socorrieron. Los empleados del edificio gubernamental piden más seguridad, ya que el lugar de trabajo es un punto clave de reclamos sociales.
En la mañana de ayer, unas 100 personas de la CCC se manifestaron en el ingreso del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, en 27 de Febrero y Alvear, en reclamo del pago de los cheques por trabajos de desmalezamiento en las zonas carenciadas de la ciudad. El pago debía efectivizarse el viernes pasado, pero como no ocurrió, la organización social marchó con la decisión de volver a casa con el dinero en mano. En el medio hubo escenas de violencia denunciadas por los trabajadores de esa repartición.
Eduardo Delmonte, responsable de la CCC, dialogó con El Ciudadano y negó hechos de violencia. “Las personas que habían realizado su trabajo necesitaban cobrar ese cheque que llegaba con retraso y nos acercamos al Ministerio con la decisión de cobrar sí o sí. Necesitamos el dinero, no pedimos nada más”, sostuvo. A su vez, aseguró que el grupo ingresó al Ministerio “de manera tranquila”. “Como siempre hacemos”, dijo, y negó rotundamente la agresión al personal de seguridad del edificio y a los empleados del lugar tal como denunciaron empleados.
“Delmonte puede negar lo que quiera, lo hace siempre”, retrucó Jorge Mosca, integrante de la comisión directiva de UPCN y delegado coordinador del Ministerio de Desarrollo Social de Rosario.
El dirigente, en defensa de los empleados del Ministerio, expresó a este diario que “las autoridades no responden ni por el Ministerio ni por sus propios empleados, sabemos que este edificio es un lugar de mucho riesgo dado que la mayoría de las manifestaciones de este tipo se realizan en 27 de Febrero y Alvear”.
Por otra parte, el delegado coordinador reclamó más seguridad para los trabajadores. “Las oficinas de la planta baja no tienen puertas, por ende cualquier toma del lugar se concreta de inmediato, ya que la gente entra directo a las oficinas y la seguridad queda anulada por la toma”, señaló.
En tanto, Delmonte siguió con su versión: “El Ministerio trabajó con total normalidad, nosotros estuvimos allí esperando que nos pagaran nuestro trabajo, no es cierto que hayamos increpado a los empleados”. Y siguió: “Son 210 personas que han gastado su boleto del colectivo el viernes y el lunes den vano, no podemos dejar que sigan gastando dinero por la omisión de quienes deben pagarle por su servicio prestado en los barrios, de manera comunitaria”.
Mosca, en cambio, apuntó: “Delmonte no le pegó a nadie, eso es cierto, pero le decía a su gente que golpeara a los efectivos de seguridad, ése es su modo de trabajar”.
Gustavo Ramírez, uno de los delegados de UPCN, manifestó a LT8: “Si esta gente tenía que cobrar unos cheques, que es lo que ellos aparentemente reclaman, y desde la provincia sabían que no iban a tener plata y que iban a venir para acá, entonces nos hacen poner la cara a los empleados, porque personal policial hay un solo masculino y uno femenino. ¿Cómo hacen para detener a diez personas o cien como en este caso que vienen? Entonces tiene parte de responsabilidad el gobierno que no cumple ni siquiera con la seguridad del Ministerio de Desarrollo Social”.
El edificio de 27 de Febrero y Alvear es escenario constante de reclamos. Además, la salida de emergencia está a escasos metros de la entrada principal, con lo cual a los trabajadores les resulta imposible abandonar el lugar en caso de una protesta social.
Por ello, hoy se realizará una asamblea en la que tanto trabajadores como delegados gremiales estudiarán la situación que los afecta desde hace años y sigue sin solución. “Éste es un espacio muy arriesgado para trabajar y sus responsables, como Cecilia González hizo esta mañana (por ayer), no están en le lugar; y si vienen, ven un conflicto desde su auto y siguen de largo. Mientras tanto los trabajadores son agredidos”, denunció Mosca.
“No estoy en contra de los pagos sociales –aclaró Mosca–, pero necesitamos un vallado en el ingreso para proteger a los empleados y quien se acerque a hacer algún trámite, porque esta gente, encabezada por Delmonte, no sabe reclamar si no es con violencia”.
“Hemos tenido mucha paciencia en este tema y estamos en un punto complicado que debemos resolver de inmediato, se trata, nada menos, que de la seguridad de los trabajadores”, finalizó el delegado.