La Justicia condenó esta tarde a las penas de entre 24 y 33 años a las cuatro personas acusadas por el homicidio de tres militantes sociales ocurridos en 2012 en Rosario. El fallo, que fue unánime, recayó sobre Sergio «Quemado» Rodríguez, a 32 años de cárcel, Brian «Pescadito» Sprío, a 33 años, Daniel «Teletubi» Delgado a una pena de 30 años, y Mauricio Palavecino a 24 años de prisión.
El triple crimen ocurrió en la madrugada del 1° de enero de 2012 cuando un grupo de personas llegó a bordo de una camioneta hasta el barrio de Villa Moreno y ejecutó a tiros a Jeremías Trasante, de 16 años, Claudio Suárez, de 19, y Adrián Rodríguez, de 21. Las audiencias de este juicio oral y público comenzaron el pasado 12 de noviembre y finalmente hoy se llegó a las condenas dictadas por el Juzgado de Sentencia número 5. El tribunal estuvo presidido por Gustavo Salvador e integrado por los magistrados Ismael Manfrín y José Luis Mascali. Se anunció además que los fundamentos del fallo unánime serán dados a conocer el próximo 12 de diciembre.
Rodríguez, de 44 años, fue encontrado culpable del delito de «coautor homicidio agravado por el uso de arma de fuego». La misma imputación recayó sobre Sprío, de 26 años, quien en su condena se unifica una sentencia previa de 5 años y medio por infracción a la ley de estupefacientes. Delgado fue también considerado coautor del triple homicidio y Palavecino, de 23 años, fue considerado partícipe primario por haber manejado el vehículo en el que viajaban los autores del crimen.
La lectura de la sentencia fue seguida desde la puerta de los Tribunales de Rosario por un grupo de amigos y familiares de las víctimas, quienes realizaron un campamento durante las últimas tres semanas para seguir el juicio junto a los integrantes del «Movimiento 26 de Junio».
El triple crimen fue perpetrado durante los festejos de Año Nuevo, a las 4.30, en una cancha de fútbol ubicada en la intersección de Dorrego y Presidente Quintana, en la zona sur de Rosario. Allí, tres personas armadas que llegaron en un automóvil dispararon contra los militantes, que estaban sentados en un banco detrás de un arco.
Los familiares de las víctimas y cientos de militantes celebraron las condenas en la puerta de Tribunales, donde siguieron durante varias semanas todas las instancias del juicio.