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Triplete de triunfos argentinos en el polvo de ladrillo europeo

Francisco Cerúndolo y Sebatián Báez en Hamburgo y de Tomás Etcheverry en Gstaad ganaron sus respectivos compromisos y se metieron en los cuartos de final

El polvo de ladrillo es la superficie preferida de los argentinos. Tras la gira por césped y antes de los Juegos Olímpicos en París varios tenistas criollas están haciendo de las suyas en suelo europeo. Es el caso de Francisco Cerúndolo y Sebatián Báez en Hamburgo y de Tomás Etcheverry en Gstaad. Los tres avanzaron de ronda y se metieron en los cuartos de final.

Cerúndolo jugó su mejor tenis en Hamburgo y se impuso con un contundente 6-0 y 6-2  ante el alemán Maximilian Marterer.

El argentino venía de cortar su mala racha de derrotas en el debut luego de superar por 7-5 y 6-4 a Francisco Comesaña. Y de esta manera, revirtió su presente para cosechar dos victorias al hilo sin ceder sets.

El tenista de 25 años marcó el ritmo del encuentro y conectó el 62% de los primeros saques, además sumó tres aces. Con una mayor precisión al servicio, continuó dominando el segundo capítulo y aplastó a su rival para sellar su pase a los cuartos.

En la próxima ronda se medirá ante Pedro Martínez, que viene de eliminar a Ugo Blanchet por 6-4, 0-6 y 7-5.

Báez, por su parte, se cargó al serbio Dusan Lajovic (a quien ya había eliminado este año en el Masters 1000 de Roma) por 4-6, 7-5 y 6-2 en dos horas y cuarenta minutos de juego. El tenista oriundo de San Martín, provincia de Buenos Aires, se metió entre los mejores ocho del circuito alemán; ahora, su rival será el italiano Luciano Darderi, número 35 en el ranking ATP.

Báez supo remontar el resultado adverso del primer set, luego de un desarrollo muy parejo en el que Lajovic logró quebrarle el saque y aguantar la ventaja. El segundo parcial fue muy similar; con el bonaerense 6-5 en ventaja y cuando todo indicaba que habría tie-break, el número 19 del mundo salvó dos game-point y rompió el saque del serbio para forzar el tercer set. En esta instancia dominó por completo y se impuso con facilidad (duró 33 minutos, la mitad que los primeros dos juegos) para obtener el pase de ronda en suelo alemán.

En tanto, con pasajes muy sólidos y otros de bastantes errores, Etcheverry necesitó de tres mangas para superar su primer escollo en el ATP 250 de Gstaad. Allí, al borde las montañas suizas, triunfó ante el neerlandés Botic Van de Zandschulp (87°) por 6-2, 2-6 y 6-3 en 2h16m. En la siguiente rueda jugará ante el alemán Jan-Lennard Struff, quien venció a Leandro Riedi.

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