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Triunfazo de la Lepra en Bolivia: derrotó a Blooming 3-2 y sigue líder de su grupo

El equipo de Heinze se repuso de una desventaja inicial y quedó a un paso de la clasificación a octavos. Rafinha anotó para el local al inicio y a los 35 minutos igualó Iván Gómez. En el segundo tiempo, Latorre en contra y Recalde adelantaron al Rojinegro que aventaja a Audax por cinco puntos

Cuatro jugados, cuatro ganados. Puntaje perfecto, paso arrollador. La Copa Sudamericana parece ser un bálsamo en el ciclo Heinze. Sin importar rendimiento, sin deslumbrar, pero con una efectividad asombrosa producto de un impulso anímico lógico, Newell’s atraviesa el certamen continental con la frente en alto y la chapa de candidato colgada al cuello. Fue 3-2 ante Blooming para quedar con doce puntos, mantener la diferencia de cinco con Audax y estar con un pie en octavos.

Jugar en Bolivia ya no es un susto para nadie. Mucho menos si no hay altura, como en Santa Cruz de la Sierra. Pero no deja de ser un partido de visitante, donde no está el apoyo de un Coloso repleto. Y por más modesto que parezca el rival, como sucede con este Blooming, ganar no es un trámite. Y Newell’s es un equipo que además carga con una mochila de no hacer pie fácilmente cuando se aleja de Rosario.

La Lepra salió a jugar sabiendo que una victoria no le aseguraría el boleto a octavos con anticipación, ya que Audax Italiano derrotó a Santos 2-1. Pero ganar le iba asegurar al menos estar entre los dos mejores del grupo sin importar lo que suceda en las dos próximas fechas. Por eso salió a jugar sin tanta carga emocional, aunque la flaqueza del rival le cedió balón y terreno.

Pudo anotar de inmediato, pero Iván Gómez le dio débil tras un centro de Sordo que lo había puesto de frente al arco en la medialuna del área. El inicio era prometedor, pero la defensa leprosa durmió y se complicó. De una jugada con pinta de intrascendente, hubo un centro largo, Méndez se despreocupó del uruguayo Rodríguez, Velázquez y Ditta acompañaron la siesta del lateral leproso, y Rafinha se encontró con la pelota frente al arco sólo para empujarla a la red. Newell’s pasó de dominador a estar abajo sin darse cuenta.

Blooming pareció conformarse con el regalo y se propuso aguantar cerca de su arco. Y la Lepra se dio cuenta que no se le caía una idea. Menéndez, insulso, dejó en claro porqué juega tan poco; Sordo estaba en una noche pifiada; y Recalde aparecía mucho fuera del área. Hasta que Ditta se mendó una trepada, combinó con Ferreira y Recalde (pase de lujo), y Gómez tuvo su revancha. Otra vez el volante recibió de cara al arco en la puerta del área, pero ahora abrió el pie y la puso al ángulo, golazo y 1-1.

El partido mostraba indicios claros para que Newell’s terminara al frente, aunque la falta de claridad en los metros finales del equipo de Heinze atentaba con esa idea.

Hasta que una pelota parada destrabó todo. Velázquez cabeceó al área chica y Pittón peleó la pelota cuando parecía que salía del campo. Y en su afán por evitar el gol, Latorre anotó en contra. Y le solucionó el problema a Newell’s, que se encontró en ventaja antes de lo previsto.

Blooming se quedó sin esperanzas y la Lepra se sintió ganador. Y para ratificar esa supremacía, Méndez metió un desborde donde arrasó con todo lo que se le cruzó en el camino y Recalde, en posición de nueve, tocó la pelota al 3-1.

Tanta supremacía mostró la otra cara leprosa, la de un equipo sobrador que prefirió dormir la pelota antes que golear a un rival en la lona. Y el descuento sobre el final de Fenga fue un llamado de atención para el futuro. Por ahora, el paso copero es perfecto en los números y los hinchas tienen derecho a ilusionarse.

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