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Trucos caseros: cómo cuidar, guardar y afilar correctamente tus cuchillas

El cuidado de las cuchillas es fundamental porque son cubiertos que se pueden arruinar fácilmente. Por suerte, hay trucos caseros para su protección

Una cuchilla en mal estado es peligrosa para la salud. Una cuchilla mal guardada puede provocar algún corte inesperado. Y una cuchilla desafilada es un verdadero dolor de cabeza para cualquiera.

Por suerte, para todo hay tips o trucos caseros, que nos van a ayudar para afilar bien, guardar correctamente y proteger nuestras cuchillas de cocina.

Trucos caseros: cómo lavaras las cuchillas

Limpiar un cuchillo de cocina no requiere de mucha ciencia: los únicos materiales necesarios son una esponja, detergente y agua tibia o caliente, pero se requiere disciplina, ya que el cuchillo nunca debe dejarse sucio de un día para otro.

Lo que no se debe hacer es dejar las cuchillas en agua, algo que hacemos muchas veces con el sentido de aflojar las durezas que pueda tener.

La clave que no conocés: es fundamental que una vez lavada la cuchilla la seques bien.

Dónde guardar las cuchillas

Para que el filo del cuchillo dure por más tiempo, nunca hay que dejarlos en un cajón junto a cubiertos u otros utensilios de cocina.

¿Por qué? El roce con otros metales, al abrir y cerrar el cajón, puede desgastar y rayar la hoja. Además, con una cuchilla en un cajón puedes cortarte la mano al buscarlo.

Una manera eficiente de guardar los cuchillos es con una barra imantada. Tanto porque ahorra espacio como porque mantiene el cuchillo fijo y sin roce alguno. Pero si no hay posibilidad de poner una, los llamados tacos de cuchillos son una alternativa: mantienen lo cuchillos en un lugar seguro.

Cómo afilar nuestras cuchillas

Una de las formas para afilar una cuchilla es utilizando una chaira. Se trata de una barra cilíndrica de acero específicamente diseñada para el afilado de cuchillos.

Seguro que en alguna ocasión habrás visto a un carnicero afilar sus cuchillos con este elemento.

Hay que agarrar bien la chaira para que no se nos escape y debemos hacerlo siempre por detrás del mango.

Para el afilado del cuchillo debemos comenzar desde la parte más cercana al mango y acabando en la punta. Hay que deslizar el cuchillo por toda la superficie de la chaira. Se deben repetir los movimientos de forma constante y a buen ritmo, repitiendo varias veces por cada lado del cuchillo.