Un perito forense aseguró este martes en el juicio por jurados que se le sigue al hijo de una ex jueza por el femicidio de su novia, Julieta Riera, cometido el 30 de abril de 2020 en Paraná, que la víctima llegó a enviarle un mensaje a la madre del acusado donde le advierte que su hijo le daba «miedo», que tomaba alcohol y que le pegaba.
«Tu hijo me da miedo, toma un poco y me pega. Se pone como loco, yo lo amo pero así no puedo», fueron las palabras que utilizó Riera para contarle, a través de un mensaje de la madrugada del 1 de enero del 2020, a la la ex jueza en lo Civil y Comercial Ana María Stagnaro, madre de Jorge Julián Christe (31), quien está siendo juzgado de «homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y mediando violencia de género».
La conversación, que se registró cuatro meses antes de la muerte de la joven, el 30 de abril del año pasado, fue expuesta este martes por Fernando Ferrari, un perito tecnológico a cargo del área celulares del Ministerio Público Fiscal (MPF), quien en esta cuarta audiencia del juicio por jurados que se le sigue a Christe, analizó cuatro celulares secuestrados en distintos allanamientos realizados en el marco de la causa.
«Hola qué pasa», le respondió Stagnaro, a lo que la joven le remarcó que Christe «toma un poco de más, me pega y se pone violento», por lo que la ex jueza y madre del acusado intentó llamarla, pero Riera no contestó.
«Por qué no me atendés», le preguntó, a lo que la joven respondió: «Cuando te vea hablamos. No le digas nada a Julián de que te hablé».
La madre del acusado le pidió que se quede tranquila y le preguntó si se encontraba bien. «Me siento mal pero sí, estoy bien, Si pensás que estoy en pedo o algo así, no», continuó Riera. «Bueno te dejo porque estoy con el nene (hijo de Christe con una pareja anterior). Cuando quieras avisame y hablamos», concluyó Stagnaro.
Por otro lado, el fiscal Ignacio Aramberry le pidió que muestre otra conversación, entre la exjueza y la expareja de Christe, del 14 de enero de 2019.
«Está mal y lo van a denunciar por violento y demás cosas. Julián está haciendo las cosas mal y si vos no lo ayudas, nadie lo va a hacer, va a terminar con un quilombo de la gran puta», le advirtió la expareja y madre del hijo del acusado.
En tanto, en la audiencia de este martes también declaró Carlos Berón, jefe de escopometría de la Policía de Entre Ríos, quien se encargó de observar, medir y analizar la caída de la joven, tras caer desde el octavo piso de un edificio en el centro de Paraná.
Según este testigo, la joven «cayó a plomo, fue direccionada solo por la gravedad y no tuvo un impulso», y que «no intentó ni pudo agarrarse a algo en el camino de la caída».
El especialista explicó que Christe «no puede explicar la caída, trata de decir cómo cae, y dice que la ve de frente a él sobre el costado del balcón, después dijo que no estaba tan al costado», por lo que eso «se contrapone con los datos, indicios y análisis recopilados», y esa teoría es «de imposibilidad absoluta».
Por su parte, Gustavo Martínez, bioquímico forense y director del Servicio de Genética Forense provincial, también declaró hoy ante el juez técnico Elvio Garzón y los 12 jurados populares, y detalló que en las uñas de ambas manos de la víctima halló ADN de Christe, y también en los anteojos de la víctima.
El femicidio de Riera (24) ocurrió el 30 de abril de 2020, cuando la joven cayó del balcón del departamento 5 del octavo piso del edificio de la calle San Martín 918, entre las 2.20 y 2.50.
La joven, que estudiaba para terminar el secundario y tenía un hijo menor de edad, presentaba más de 31 lesiones, hematomas, hemorragias y excoriaciones en el rostro, cuello, brazos y piernas, según determinaron los médicos forenses, lesiones que, «principalmente en la zona del cuello, fueron anteriores a la caída».
La pareja convivía desde hacía un año y medio y «más de 10 personas» entre familiares y amigos de la chica «sabían que la relación estaba caracterizada por la violencia de género», dijo el fiscal a Télam.
Mientras que Christe está con prisión preventiva desde mayo del 2020, aunque cuatro meses después, la vocal de Juicios y Apelaciones Carolina Castagno le otorgó arresto domiciliario, que cumple en un departamento en calle San Martín al 300, bajo la custodia de su madre.