Un tren de alta velocidad chocó este jueves contra una locomotora de control de vías en las afueras de la capital turca, Ankara, provocando la muerte de nueve personas y 47 heridos, según informó el ministro de Transporte, Mehmet Cahit Turhan.
El accidente se produjo cerca de Ankara cuando un tren que iba de la capital hacia Konya (centro) chocó con una locomotora que efectuaba controles de rutina en el mismo tramo, aunque se desconoce la razón por la que se encontraba en la vía de alta velocidad precisamente a esa hora, indicó el gobernador de Ankara, Vasip Sahin.
El ministro de Transporte, Cahit Turhan, dijo a la prensa que en el lugar del accidente murieron seis pasajeros y tres maquinistas. Otras 47 personas resultaron heridas.
El siniestro se produjo en una pequeña estación del distrito de Yenimahalle, al oeste de la capital. La locomotora y los dos primeros vagones del tren accidentado saltaron de las vías con tal fuerza que derrumbaron un puente peatonal que cayó sobre un vagón.
La formación se desplazaba a 90 kilómetros por hora, una velocidad baja para lo que puede desarrollar el tren de alta velocidad que puede superar los 300 kilómetros por hora. Este hecho fue determinante para que la tragedia no fuera aún mayor.
En el tren viajaban más de 200 pasajeros y el accidente se produjo sólo unos minutos después que partiera de la estación central de Ankara, según la prensa turca.
La línea del tren bala Ankara-Konya fue inaugurada en 2011.
Los equipos de rescate trabajaban en el lugar y lograron evacuar al menos siete cuerpos, constató la <AFP>. Una ligera capa de nieve cubría los rieles.
El gobernador indicó que la búsqueda y rescate de víctimas continuaba y que se inició una “investigación técnica” para esclarecer las causas del choque.
Turquía lanzó en los últimos años un plan de modernización de su red ferroviaria, inaugurando varias líneas de trenes bala para que los pasajeros escojan el transporte antes que el avión o los colectivos.
En 2014 se inauguró una línea de tren bala entre Ankara y Estambul que redujo el tiempo de viaje a tres horas y media, contra la duración anterior de más de siete horas.
Durante los últimos años, la red ferroviaria turca registró varios accidentes. En julio, 24 personas murieron cuando un tren de pasajeros descarriló en el noroeste de Turquía.
El tren, que transportaba 362 pasajeros, provenía de Kapikue, en la región de Tekirdag, en la frontera con Bulgaria, y se dirigía a Estambul cuando seis vagones descarrilaron.
El accidente más grave de los últimos tiempos fue en julio de 2004. Un tren bala descarriló en la provincia de Sakarya, en el noroeste del país, donde murieron a 41 personas.
Turquía comenzó a desarrollar su red ferroviaria a mediados del siglo XIX, durante el Imperio Otomano. Las grandes potencias de entonces, Gran Bretaña, Francia y Alemania, construyeron la red.
La leyenda dice que las compañías extranjeras cobraban por kilómetro, lo que explicaría los itinerarios tortuosos de las líneas de trenes.
El fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Ataturk, desarrolló el entramado ferroviario, pero su mantenimiento decayó en los últimos años debido la delicada situación económica del país.