La oposición de Cambiemos se juega desde el domingo dos estrategias para buscar el voto que alimente al 30 por ciento que el grupo logró en las Paso presidenciales.
Mauricio Macri, como ya se dijo, deberá trajinar provincias y en especial cuatro casos que pueden hacer la diferencia el 25 de octubre. Son casi las mismas que caminará Daniel Scioli con igual objetivo.
Mendoza está entre los primeros problemas para atacar, tanto por radicales como por macristas. En esa provincia, la elección a gobernador, que ganó el combo de la UCR, el PRO, la Coalición Cívica y el massismo, pudo repetirse con la misma intensidad en las Paso presidenciales del domingo. Cambiemos se llevó allí el 36,11 por ciento, pero Scioli se ubicó sólo 3 puntos abajo.
Sobre esa experiencia aparecen dos miradas. A Macri los radicales ya le avisaron que la performance el grupo en Mendoza debe y puede ser mejor. Esa proyección de crecimiento debería sumarse a la base de cálculo de los nuevos votos que busca el grupo.
Mendoza, además, le aportó a los radicales la hipótesis para comenzar a desarrollar una segunda estrategia, que se proyecta sobre buena parte del país, para buscar el voto que falta.
Macri desembarcará en esa provincia y también en Córdoba y Santa Fe. Junto con Buenos Aires, son los cuatro puntos estratégicos.
La experiencia en la provincia, razonan en el PRO y la UCR (paternidad de la idea tanto de Sanz como de Emilio Monzó) da por probado que en los casos en que los radicales pelean la gobernación y cargos locales (tengan o no chances de éxito), el arrastre del electorado es más fuerte que cuando la pelea se da por la presidencial.
Mendoza fue el primer ejemplo con la buena elección que hizo Alfredo Cornejo para la gobernación y el triunfo más moderado de Macri en las Paso presidenciales que, por otra parte, también castigó a Sanz en su propia provincia.
El segundo ejemplo es Jujuy. El domingo pasado, Scioli se impuso en la provincia pero la suma de las listas de diputados nacionales del acuerdo Cambiemos se llevó mas del 50 por ciento de los votos.
Hay cinco provincias donde la elección a gobernador no tiene unas Paso como antecedente: Jujuy, Santa Cruz, Formosa, La Pampa y Misiones. Esas elecciones se harán junto con la presidencial y debe sumarse otro caso: el de Tucumán, que elegirá una semana antes.
Ésos son los casos en los que ahora la UCR y el PRO apuestan a la recuperación de votos apuntando a mejores performances cuando jueguen sus candidatos a gobernador.
Son los casos en que los principales candidatos tienen nombres que, estiman, arrastran más votos aun cuando no hayan entrado en escena hasta ahora.
De ese grupo, el más competitivo es el jujeño Gerardo Morales, casi el único con chances reales para la gobernación.
Pero también estarán en las boletas los nombres de Eduardo Costa en Santa Cruz, Luis Naidenoff en Formosa o José Cano en Tucumán. Ninguno de ellos apareció por ahora en las boletas locales, y de ahí la apuesta a que ayuden a la suma local.
El saldo de la elección dentro de Cambiemos ya fue procesado por los radicales. De hecho, el resultado que relegó a Sanz al segundo lugar dentro de las Paso del grupo es, en sí mismo, el resultado de la estrategia que el propio presidente del radicalismo logró imponer en la Convención Nacional de Gualeguaychú.
El resultado del domingo, en ese sentido, probó algo que la dirigencia media de la UCR sostenía y, en buena medida, que los caciques del interior habían pronosticado como un efecto nocivo del acuerdo con el PRO: el votante radical terminó metiendo la boleta de Macri, interpretando como una orden la estrategia que el propio Sanz había organizado.
La derrota de Sanz –obtuvo sólo el 11 por ciento de los votos totales de Cambiemos–, curiosamente, se debió entonces al éxito de su estrategia de acuerdo con el macrismo: el votante UCR entendió el mensaje y obró en consecuencia, aunque durante la campaña el mendocino continuara dando la pelea para traccionar el voto partidario más duro. No fue una estrategia exclusiva: Elisa Carrió hizo lo mismo para garantizarle también al grupo un candidato presidencial competitivo.
El razonamiento es importante mirando el resultado que el conglomerado espera obtener en las elecciones a gobernador que se juegan el 25 de octubre junto con la presidencial.
Uno de los problemas para terminar de pulir la teoría sobre el incremento de votos en las elecciones a gobernador es, justamente, la ausencia de precisiones sobre el destino de alguna parte del voto radical (en esencia la más “progresista” y anclada en ideales partidarios de antaño, románticos pero hoy impracticables) que responde a quienes en Gualeguaychú bombardearon el acuerdo con Macri.
Está claro que la duda sobre esa franja se fue achicando. Morales, Naidenoff, Cano y hasta el propio Julio Cobos hoy están claramente encolumnados detrás de la candidatura de Macri, aunque algunos de ellos sigan con multiboletas que permiten apoyarlos en sus provincias y al mismo tiempo votar al jefe del PRO, a Margarita Stolbizer o a Sergio Massa.
Para esos casos, de todas formas, las Paso actuaron haciendo un barrido inapelable. Por ejemplo, el 3, 51 por ciento que logró Margarita Stolbizer quita expectativas a que algunos sectores de la UCR corran el voto de Cambiemos sin Sanz ya como candidato.
La atracción de Massa hacia esos grupos en provincias es otro tem