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Úlceras y heridas de las piernas

El especialista rosarino Armando Schapira y su colega radicado en Estados Unidos Aníbal Gauto, brindaron una conferencia magistral sobre novedosas técnicas para tratar lesiones graves en miembros inferiores que no sanan.

Rosario fue sede del XXI Congreso Argentino e Internacional de Flebología y Linfología.

Uno de los integrantes del Comité Científico de dicho Congreso, Armando Schapira, acercó a El Ciudadano a uno de los invitados extranjero, el doctor Aníbal Gauto, especialista radicado en Estados Unidos. Ambos profesionales estudiaron y se formaron profesionalmente en la Facultad de Medicina de Rosario. El doctor Schapira ejerce su especialidad en Rosario y este reencuentro se dio en el marco del Congreso en el que ambos tuvieron destacada participación: Schapira teniendo a su cargo una conferencia magistral sobre tratamiento adecuado para la insuficiencia venosa superficial. Aníbal Gauto, por su parte, fue invitado a dar dos charlas sobre su trabajo en Estados Unidos, tratando heridas graves de miembros inferiores.

Este profesional que se encuentra radicado hace 40 años en ese país, se ha especializado en el tratamiento de heridas graves en los miembros. Trabaja en el Eisenhower Memorial Medical Center. Se trata de hospital multidisciplinario de alrededor de 500 camas. En 2008, después de años de dedicación y trabajo, fundó, en el hospital, un centro específico dedicado al cuidado de heridas graves en miembros superiores e inferiores.

—¿Cuánto tiempo demanda la curación de las úlceras en los miembros inferiores?

—Nuestro plan y propósito es reducir el tamaño de la herida en un 50 por ciento en las primeras 4 a 6 semanas; reducirla en un 70, a los 8 semanas; y lograr cerrarla a las 12 semanas. Ése es nuestro ideal, al que consideramos un tratamiento de alto rendimiento.

—¿Qué hacen para que ello ocurra?

—En primer lugar, hacer un diagnóstico preciso de qué fue lo que creó la herida. En segundo lugar, estudiar al paciente y detectar los factores de riesgo rápidamente para optimizar el tratamiento respectivo.

—¿Es el caso de los pacientes diabéticos?

—En los diabéticos nos encontramos que las heridas están fuertemente condicionadas por la descompensación que el paciente tiene de su diabetes; por lo que recurrimos a un clínico, a un internista, a un endocrinólogo para que nos ayuden a compensar al paciente para nosotros, luego, encarar el tratamiento de la herida.

—¿Qué otros factores de riesgo conspiran contra el éxito del tratamiento de las heridas graves en los miembros inferiores?

—La insuficiencia circulatoria. En algunos de los pacientes que recibimos, algunas arterias no están funcionalmente bien. No hay cantidad adecuada de sangre oxigenada para llegar a la zona y contribuir a cerrar la herida. Entonces, debemos corregir este inconveniente lo más rápidamente posible. Otro factor de riesgo que vemos incrementado notablemente es la obesidad, ya que el exceso de peso conspira contra la buena evolución de las heridas en los miembros inferiores. Otro factor de riesgo es el de los valores de lípidos altos a los que hay que normalizar de inmediato. Y pacientes con enfermedades inmunológicas, que toman medicación que les disminuye el nivel de sus defensas, todo lo cual debe ser optimizado, para luego nosotros abocarnos a nuestro trabajo de cerrar la herida.

—La cuestión central del tratamiento que ustedes hacen, ¿en qué se funda?

—Una vez que estabilizamos al paciente, tratando a sus diferentes factores de riesgo, comenzamos con los diferentes tratamientos de acuerdo al paciente, a su dolencia y a la gravedad de la misma. Con algunos pacientes debemos recurrir a la cirugía para limpiar la herida. En el Centro de Cuidado de Día tenemos quirófanos adecuados. Disponemos de cámaras de oxígeno hiperbárico, donde al paciente se lo pone dos horas por día, cinco días por semana para recibir oxígeno a presión que tiene por objetivo aumentar la cantidad de oxígeno en la herida para favorecer su curación. Disponemos también de un Departamento de Bacteriología con el que podemos establecer rápidamente qué tipo de infección tiene la herida, para tratarla con los antibióticos adecuados. Hacemos tratamientos con vendajes compresivos para disminuir la hinchazón que producen los edemas. Tenemos un servicio de enfermería a domicilio con enfermeras entrenadas en la materia, para cuando el paciente tiene dificultades en trasladarse hasta nuestro centro. Disponemos de kinesiólogos y profesores de actividad física para instruir a los pacientes en movimientos y actividad física. Tratamos de eliminar la inmovilidad.

—¿En qué consiste lo novedoso de los tratamientos a los que ustedes recurren?

—Hoy podemos disponer de una metodología que es original. Se trata de una venda diseñada especialmente. Es una venda con pequeños canales por los que circula agua propulsada por una pequeña bomba que mantiene la temperatura del agua entre 37 y 40 grados. Con esto se consigue mantener las heridas húmedas y a una temperatura moderadamente cálida, las dos condiciones que requieren las heridas para su cicatrización. Estamos en presencia de una patología grave y rebelde; que se instala sobre todo en pacientes de edad avanzada con deterioros en la circulación venosa periférica, lo que pone en jaque a los buenos tratamientos que siempre dispusimos para esta afección. Por eso, y después de mucha experiencia en este tipo de pacientes, instrumentamos un tratamiento mixto: calor y humedad al mismo tiempo y en forma continuada durante todo el día.

Método original

Justamente, las conferencias dictadas por Gauto en el Congreso citado versaron sobre este método original para tratar heridas graves que no sanan, con la asociación de humedad y calor. En la siguiente conferencia, Gauto se explayó sobre la aplicación de este nuevo tratamiento en una afección muy grave: la enfermedad carnívora que cuenta con una alta mortalidad y alta incidencia de amputaciones.

Es una enfermedad que requiere una solución quirúrgica. “Tres cirujanos en el hospital pusimos a 29 pacientes con esta enfermedad bajo el tratamiento quirúrgico”, explica Gauto, para agregar: “Además, empleamos este nuevo método de tratar a las heridas con calor y humedad, al mismo tiempo y por períodos prolongados. Pudimos mostrar las evidencias: la sobrevida de los 29 pacientes, con un número menor de reintervenciones quirúrgicas”.

Schapira ha visitado el servicio del doctor Gauto, en reiteradas oportunidades: “Es envidiable la cantidad de recursos con los que cuentan para atender a los pacientes”, sostiene Schapira. Y agrega: “Dadas las diferencias que tiene nuestro sistema de salud con el de Estados Unidos, nosotros debemos ir adaptando este sistema a nuestras posibilidades. Nos hemos perfeccionado en esa técnica, adquirimos el equipamiento necesario y, desde hace unos meses, la estamos implementando en nuestro medio y ya pudimos observar avances notables”.

Una enfermedad de difícil tratamiento y cura

Las úlceras en los miembros inferiores pueden presentarse a toda edad, sin embargo, tienen prevalencia en los adultos mayores. Con el aumento de la expectativa de vida de la población mundial, las cifras irán inexorablemente en aumento.

1-Úlceras venosas: representan el 70 por ciento de las úlceras de los miembros inferiores.

2-Prevalencia en la población mundial: 0,06 a 2 por ciento

3-La prevalencia aumenta con la edad.

4-Estados Unidos: 2.500.000 personas sufren de insuficiencia venosa crónica. De ellos el 20 por ciento desarrollan úlceras.

5-Estados Unidos: el gasto para el tratamiento de las úlceras es de 2,5 billones de dólares al año.

6-Gran Bretaña: el gasto oscila entre 300 a 600 millones de libras al año

7-Alemania: se gastan 9.500 Euros por paciente por año.

Información dada a conocer en el XXI Congreso Argentino e Internacional de Flebología y Linfología, realizado en Rosario entre el 6 y 9 de mayo de este año.

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