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Último adiós al poeta Juan Gelman

Los restos del poeta, periodista y militante argentino Juan Gelman, fallecido el pasado martes por la tarde en México a los 83 años, eran velados ayer en el Distrito Federal, donde vivió las últimas dos décadas tras el exilio al que lo obligó la última dictadura militar argentina, y hoy serán cremados.

Los restos del poeta, periodista y militante argentino Juan Gelman, fallecido el pasado martes por la tarde en México a los 83 años, eran velados ayer en el Distrito Federal, donde vivió las últimas dos décadas tras el exilio al que lo obligó la última dictadura militar argentina, y hoy serán cremados.

Los restos del autor de Cólera Buey y Gotán eran despedidos desde la mañana de ayer (mediodía en Argentina) en la Funeraria García López, ubicada en General Prim, en la colonia Juárez, informó el diario mexicano El Universal.

La familia de Gelman informó que hoy al mediodía llevará a cabo la ceremonia de cremación, luego de que arribe a esa ciudad su nieta María Macarena Gelman García (hija de Marcelo Gelman y María Claudia Iruretagoyena, desaparecidos durante la última dictadura militar argentina), quien partió ayer por la madrugada desde Montevideo, Uruguay.

En tanto informó que “no se planean actos oficiales” en homenaje a Gelman, quien preparaba un poemario que sería ilustrado por el pintor Arturo Rivera.

El dolor de los colegas

Escritores de todo el mundo recordaron al poeta argentino. Su amiga Cristina Pacheco dijo: “Frente a la muerte de Juan, las palabras guardaron un minuto de silencio”.

Su compañera de vida, Mara La Madrid y otros familiares se reunieron en la sala de velatorio, adonde llegaron escritores como José María Espinasa, Daniel Goldin, Myriam Moscona, Rolo Díez, Eduardo Langagne, Philippe Ollé y Adolfo Gilly.

En tanto, el español Antonio Gamoneda remarcó que “Juan era una persona con una biografía realmente dramática, por no decir trágica, pero se comportó siempre sin hacer ningún tipo de galardón de esa tragedia”.

Mientras que el mexicano Eduardo Lizalde, amigo personal de Gelman, lo recordó como “un gran poeta, personalísimo, y un hombre muy valiente que padeció persecuciones, cárceles, dictaduras, por expresar sus puntos de vista contra los totalitarismos, sobre todo contra la dictadura militar argentina, de la que tuvo que huir”.

“Supo conciliar un tono latinoamericano y encontrar una forma personal de expresarse conjugando el conocimiento de su propio timbre argentino y las lenguas españolas que conocía con mucha amplitud”, resumió Lizalde.

Duelo argentino

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner decretó ayer tres días de duelo nacional por el fallecimiento del poeta, indicó la Secretaría de Información Pública en la Casa de Gobierno.

Personalidades de la cultura nacional se sumaron al duelo. Uno fue el director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Eduardo Jozami, quien valoró que en la obra de Gelman “se puede leer la historia del siglo porque fue un hombre que vivió intensamente su época, un militante comprometido con las causas políticas y los derechos humanos que sufrió en su propia familia las consecuencias de la represión”.

“Sus últimos textos lo muestran como alguien que se animó a pensar más allá de sus circunstancias, a pensar en los grandes temas de la poesía y el mundo. En ese sentido, digo que si todo gran poeta es un filósofo, Juan lo fue”, se despidió Jozami.

Griselda Gambaro, una de las dramaturgas más destacadas del país, que en 2011 recibió con Gelman el Premio Azucena Villaflor de Devicenti a los Derechos Humanos, destacó “su lucha contra los abusos dictatoriales y por la plena vigencia de los derechos humanos y la paz en el mundo”.

Por su parte, el escritor Vicente Battista remarcó: “Gelman era excepcional como poeta y sujeto político, su ética es indiscutible. Sabemos que tuvo una juventud comunista, luego pasó a Montoneros, después se fue a México y jamás hizo la menor concesión, mantuvo siempre su postura progresista y de izquierda. Un ejemplo indiscutible como político y poeta”.

“Entre los escritores contemporáneos hay dos que están insertados para siempre en la literatura argentina, uno es Jorge Luis Borges y el otro es Juan Gelman; es interesante porque están en veredas opuestas, pero sé que Gelman admiraba a Borges y Borges era lo suficientemente inteligente para estimar a Gelman”, concluyó Battista.

“Miente la muerte cuando dice que Juan Gelman ya no está”, escribió ayer el uruguayo Eduardo Galeano en el diario Página/12. “Él sigue vivo en todos los que lo quisimos, en todos los que lo leímos, en todos los que en su voz hemos escuchado nuestros más profundos adentros”, relató en el mismo matutino en el que Gelman publicaba su columna semanal, desde el primer número.

En el mismo medio, el escritor Mempo Gardinelli escribió: “Se murió Juan, el poeta. El más grande de todos, el de Violín, el de Gotán, el que nos enseñó a gozar de los diminutivos para la sonoridad contundente de versos inolvidables (…). Descansá en paz, maestro. Ninguna palabra sonará igual después de vos”.

Mientras que desde la ciudad alemana de Bonn, el escritor Osvaldo Bayer dijo a la agencia de noticias DPA que Gelman es el gran poeta de los argentinos. “Fue un luchador social, no el intelectual que se encierra en su torre, salió siempre a la calle a defender a los pobres, a los necesitados y lo pagó muy caro”, afirmó Bayer.

El poema que anunció su muerte fue para Sabina

Juan Gelman escribió un último poema en octubre pasado en México que le regaló y dedicó al cantautor español Joaquín Sabina, donde aventuraba la proximidad de su muerte.

Publicado ayer en el sitio digital del diario español El País, Verdad es, un testamento que refleja con humor y profundidad lo que vendría, fue entregado “en secreto”, contó Sabina.

“Cada día / me acerco más a mi esqueleto. / Se está asomando con razón. / Lo metí en buenas y en feas sin preguntarle nada, / él siempre preguntándome, sin ver / cómo era la dicha o la desdicha, / sin quejarse, sin distancias efímeras de mí”, se lee en la primera parte del poema firmado por Gelman y fechado en La Condesa, DF, el 28 de octubre pasado. “Ahora que otea casi / el aire alrededor, / qué pensará la clavícula rota, / joya espléndida, rodillas / que arrastré sobre piedras / entre perdones falsos, etcétera. / Esqueleto saqueado, pronto / no estorbará tu vista ninguna veleidad. / Aguantarás el universo desnudo”, concluye.

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