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Un “ace” de belleza en la Gran Manzana

La danesa Caroline Wozniacki está llamada a ocupar el lugar de “reina total del tenis” femenino en la actualidad. Afuera del court ya ocupa ese lugar de privilegio y adentro va en camino a conseguirlo, claro que antes deberá quedarse con el Abierto de Estados Unidos.

La nacida en Odense hace 20 años cautiva por su belleza y su juego. Desde su aparición en el circuito, muchas revistas la buscaron para tenerla en su portada. Hoy ya instalada entre las mejores y cada vez más cerca de la cima, algo que logrará si se queda con el Us Open, sigue cosechando admiradores.

Su crecimiento tenístico fue tan vertiginoso como su explosión mediática. El circuito femenino desde siempre tuvo referentes en cuanto a la estética y la belleza. Desde los tiempos de Gaby Sabatini y Steffi Graf hasta llegar a la rusa Anna Kournikova, primera reina de la era “lolitas”.

Claro que no siempre estética llegó de la mano de la calidad. Y en ese caso podría enmarcarse a la hoy pareja del español Enrique Iglesias. Luego su lugar lo tomó su compatriota María Sharapova quien sí combinó belleza con éxitos. Posteriormente tomó la posta la morocha serbia Ana Ivanovic, quien cortó la hegemonía de las rubias.

Pero el reinado de la ex número uno se acabó con su debacle tenístico y la aparición de la blonda hija de padres polacos, fanática de Fernando Torres, de la moda, las fotos y el boxeo. “El boxeo es una manera diferente para mí de hacer ejercicios y las pasarelas de moda me divierten y me ayudan a despejar la mente”, reveló la rubia.

Esta danesa captó la atención de todos los medios en el Us Open revolucionando el torneo con un vestido diseñado por Stella McCartney, que deja al aire su culotte amarillo, del mismo color que sus uñas y que el traje interior. Lo que se dice una coquetería. “Es un vestido muy bonito, seguro que me ayuda sumar muchos seguidores masculinos”, bromea ella.

Si el pasado año pudo realizar una sesión de fotos en la Quinta Avenida neoyorquina sin que nadie le pidiera ni un autógrafo, ahora eso es un imposible. Al punto tal de haberse vuelto en la mimada de famosos como el multimillonario Donald Trump, quien se hizo tiempo para estar en su box viéndola ante Sharapova.

Las ilusiones de Woz o la CW, como se le conoce en el circuito, no se terminan allí. También anhela lanzar su propia marca de un producto del amplio ajuar femenino.

En sus días en Nueva York, Wozniacki ha aprovechado para visitar los numerosos desfiles de moda que se dan en la ciudad, algo en lo que no descarta incursionar en un futuro.

“Es la semana de la moda en Nueva York y tengo que aprovechar. Es fantástico ese mundo y me divierte”, comentó la tenista danesa, que entre puntos y pasarelas no deja de apuntar al título del US Open.

No es la primera tenista que triunfa tanto por su juego como por su aspecto. Caroline está llamada a ocupar el trono que otras dejaron libre hace algún tiempo. Tanto el del juego como el de la belleza. Un “ace” adentro y fuera del court.

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