El grupo de nadadores discapacitados conocido como Los Tiburones se alista para la mayor prueba de su historia, el próximo 27 de marzo, cuando unirá la ciudad de Arroyo Seco con Buenos Aires. El recorrido abarcará 300 kilómetros, pero hace unos días se vio empañado con la negativa de Prefectura Naval, que emitió un comunicado en el que sostiene que por la crecida del río el tránsito no es recomendable para esa prueba de nado. Los organizadores, encabezados por el profesor Patricio Huerga, entrenador del equipo, presentarán hoy un recurso de amparo para rechazar esta negativa al tiempo que denuncian “un hecho de discriminación encubierto”.
En diálogo con El Ciudadano, Huerga hizo oír su queja: “A nosotros nos dijeron que no y a otras pruebas les dieron la autorización, entonces no se entiende qué pasa”.
“Por ejemplo, si el problema es que el río está crecido y hay camalotes y contracorrientes, ellos con ese mismo río aprobaron la prueba Hernandarias-Paraná, de 88 kilómetros, y Santa Fe-Coronda. También tuvo el okey el maratón Ciudad de Rosario y este fin de semana se realiza una de 21 kilómetros en Paraná. Es decir, el río está crecido en todos lados, no sólo para nosotros”, señaló.
Luego, con ironía, deslizó que desde Prefectura “seguro que vieron a un grupo de 80 discapacitados y se asustaron”. Y siguió: “Saben que cumplimos con todos los requisitos que nos pidieron y extremamos las medidas de seguridad para los chicos. Sabemos bien con qué tipo de grupo trabajamos, somos profesionales”.
El instructor señaló que ante la crecida del Paraná la destreza es mejor, dado que “cuanto más crecido está el río, más ancho se hace”. Y razonó: “¿Qué es más segura, una autopista de 2 o de 4 carriles? Obviamente, la de 4”.
Ante la negativa de Prefectura, los padres de los chicos que forman Los Tiburones, más los instructores y los propios nadadores, se reunieron en asamblea y resolvieron recurrir a la Justicia para reclamar el permiso.
El recorrido comprenderá 56 horas ininterrumpidas de nado, con unos 15 grupos de entre 5 y 6 nadadores por turno. “Saldremos el viernes 26 de marzo a las 12 y esperamos llegar a Buenos Aires el domingo 28 a las 14. Para que los chicos no se cansen mucho vamos a relevar los grupos cada 20 minutos y habrá dos embarcaciones de pasajeros que nos van a acompañar, además de la Cruz Roja y Prefectura Naval”, apuntó Huerga, quien enseguida aclaró: “Elegimos esas fechas porque, al nadar de día y de noche, según el Observatorio de Rosario, tendremos luna llena, lo que permitirá una mejor visión nocturna, al margen de la iluminación artificial que nosotros proveemos”.
Semanas atrás, luego del anuncio de esta prueba, Huerga habló de la importancia de la iniciativa, dentro y fuera del nivel deportivo. “En este tipo de actividades, en la que se necesita mucho esfuerzo de todos, se descubren y se practican valores importantísimos. Somos un grupo de profesores que trabaja mucho y con este equipo de atletas maravilloso. Somos en total 120 personas que tiramos para el mismo lado, nos cuidamos entre todos, nos alentamos, eso te emociona profundamente y todo tiene que ver con la convivencia, con la tolerancia, con la solidaridad. Además, nuestra meta es hacer visible lo invisible. Demostrar que ellos pueden, a través de un entrenamiento y planificación de trabajo, desempeñarse perfectamente en lo que se propongan. Es una forma de mirar a la persona con capacidad y ver lo que pueden hacer y no detenerse en lo que no pueden hacer”, expresó.
En tanto, respecto de la respuesta brindada por Prefectura, que aduce que “la masa hídrica se comporta en forma irregular generando corrientes, contracorrientes, remansos en formación intempestiva…”, Huerga respondió: “No existe un solo lugar del Paraná por donde debemos nadar que haga lo que describe el informe sobre la contracorriente”. Y agregó: “Los remansos son lugares donde la corriente se detiene o se hace más lenta; con el aumento del caudal del río, los famosos remansos se hacen más fácil de pasar debido, precisamente, a la crecida que hace minimizar esos efectos”.