“Cambiemos, y el PRO en particular, es una propuesta minoritaria institucionalmente. Tiene el apoyo sustantivo de la estructura de poder económico de la Argentina, la validación del capitalismo financiero internacional y la protección de los medios pero en términos políticos generales es una propuesta minoritaria”, expresó el economista Claudio Lozano. El dirigente de Unidad Popular señaló un “trípode de gobernabilidad” entre el PRO, la UCR y una parte del PJ que permitió sancionar un presupuesto “impresentable” al que se llegó después de la “crisis del endeudamiento” del gobierno de Mauricio Macri.
Lozano pasó por Rosario donde realizó una actividad junto a Carlos Del Frade y Sergio Arelovich y, en diálogo con El Ciudadano, señaló que este año 2018 cerrará como el de “mayor pérdida de poder adquisitivo” para los trabajadores desde la salida de la convertibilidad en 2002.
—El gobierno pregonó un presupuesto de “déficit cero” pero no habló del déficit financiero, es decir el peso que tiene el pago de la deuda.
—El presupuesto es el resultado de una crisis del endeudamiento argentino, de una política que puso en cesación de pagos a la Argentina a finales de 2017. De cada 10 dólares que la Argentina necesitaba para su funcionamiento, las exportaciones aportaban solamente 6. Los otros 4 tenía que conseguirlos 3 por vía de endeudamiento y 1 vía ingreso de capital financiero. En la práctica esos 4 dólares equivalen anualmente a 40 mil millones de dólares, esa era la necesidad de financiamiento a finales de 2017: 30 mil millones de endeudamiento puro y el resto por ingreso de capital financiero con tasas de interés monumentales en el marco de las Lebac. Ese proceso, coloca a la Argentina en default y el gobierno recurre al FMI, que lo único que hace es posponer la discusión de la restructuración de la deuda entregando financiamiento hasta después de las elecciones de 2019. El presupuesto es una herramienta de la estrategia recomendada por el FMI. Esa estrategia lo que hace es colocar como prioridad N°1 dentro del presupuesto el pago de los intereses de la deuda pública, que representa el 30% del gasto público de la administración central. Es un presupuesto decididamente impresentable.
—¿Quiénes se benefician con este presupuesto?
—Los exportadores fueron beneficiarios directos de la corrida cambiaria, ya que no se les capturó la renta extraordinaria que realizaron vía duplicación del dólar en el curso del 2018. Las primeras 30 firmas apropiaron 450 mil millones de pesos adicionales a los que iban a cobrar sin que se les hubiera movido un costo. De solo haber tomado esos recursos o una parte de ellos, la envergadura del ajuste habría sido mucho menor. El segundo beneficiario directo es el oligopolio petrolero, que dentro del presupuesto tiene incorporados 114 mil millones de pesos de subsidios vinculados al reconocimiento de precios para la extracción del gas. Con lo cual, los tres actores principales del proyecto en curso son acreedores vinculados al capital financiero, exportadores y el oligopolio petrolero. Para un gobierno minoritario como Cambiemos, no debería haber sido votado el presupuesto. Si lo fue es porque esta propuesta no la sostiene solo el PRO sino también la UCR y sectores importantes del PJ. Ese es el trípode que define el acuerdo de gobernabilidad de un régimen de saqueo y desigualdad.
—El 2018 va a terminar como uno de los años de mayor pérdida de poder adquisitivo en el último tiempo…
—En términos de pérdida de poder adquisitivo será similar al 2002, el año de la ruptura y la crisis de la convertibilidad.
—Por eso, teniendo en cuenta ese panorama tan complicado, la dirigencia sindical y opositora no parece estar a la altura.
—Es que hay una dirigencia política y sindical que está comprometida con este régimen. Ese es el tema. Cuando digo que hay un acuerdo de gobernabilidad, es que el PRO, la UCR y sectores muy importantes del PJ, forman parte de esto. No es que no están a la altura, están a la altura de defender este tipo de políticas. Con esto no quiero decir que no existan peronistas y radicales que en realidad quieren otra cosa pero las estructuras, como tales, están funcionando absolutamente asociadas a esto. Han sido parte sustantiva del oxígeno que ha tenido Cambiemos para poder llevar adelante toda su estrategia política desde que asumió. Cambiemos, y el PRO en particular, es una propuesta minoritaria institucionalmente. Tiene el apoyo sustantivo de la estructura de poder económico de la Argentina, la validación del capitalismo financiero internacional y la protección de los medios pero en términos políticos generales es una propuesta minoritaria.
“Hay que buscar una nueva síntesis política”
Se acerca el 2019, un año electoral donde se va a definir el futuro gobierno del país y donde ambos sectores de la grieta, macrismo y kirchnerismo, pugnan por que se mantenga esa polarización que les es tan rentable a ambos. Sin embargo, Lozano advierte por la irrupción de diversos actores sociales, que es necesario canalizar en una oferta política para superar el “escenario acuerdista”.
“Lo más importante que pasa en la Argentina es la vitalidad que tiene el movimiento social desde que asumió Macri y como contrapartida del escenario institucional acuerdista que sostuvo la gobernabilidad”, expresó Lozano y agregó: “Hubo un nivel de movilización social realmente muy significativo. Han emergido sujetos políticos múltiples y diversos que van construyendo agenda y fijando temas”.
En ese sentido, enumeró: “No es menor la expresión del movimiento de Derechos Humanos en la pelea frente al asesinato de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel o el 2×1 de la Corte; tampoco lo que pasó con el movimiento de mujeres desde el «Ni una menos» a la discusión de la interrupción voluntaria del embarazo. Lo mismo ocurrió con el movimiento de los trabajadores que no son parte del circuito formal o el movimiento ambiental que cuestiona el modelo productivo de la Argentina”.
“Hay mucha riqueza y agenda en la sociedad y hay que transformarla en propuesta política. Es lo que hace falta y desde Unidad Popular estamos comprometidos con ese rumbo”, agregó.
—¿Con qué sectores están dialogando?
—Venimos conversando con el Movimiento Evita, con Libres del Sur, estamos abiertos a conversar con la izquierda, hemos tenido reuniones con el PTS y el PO. Hay que abrir un juego transversal por fuera del acuerdo de gobernabilidad. Construir un bloque social que sostenga una propuesta transformadora involucra identidades diversas hoy en la Argentina. Las viejas identidades, tanto de los grandes movimientos populares como de la propia izquierda, están en crisis. Son paradigmas ya superados por el momento actual y hay que buscar una nueva síntesis política.