El comercio internacional amenaza con desacelerarse durante 2014, en un contexto de crecientes necesidades energéticas para la Argentina y de retraso en el tipo de cambio real multilateral.
El saldo de la balanza comercial del país arrojó entre enero y noviembre un superávit de 8.752 millones de dólares, una caída de 24,5 por ciento en comparación con el mismo lapso de 2012. Las ventas externas crecieron 3,9 por ciento, en términos interanuales, mientras las importaciones escalaron 9,2 por ciento.
“Si la balanza comercial se comportara en línea con la estacionalidad de los últimos años, los resultados estarían apuntando a un cierre del año de alrededor de 9.500 millones de dólares (céteris páribus), 2.900 millones menos que el resultado de 2012”, proyectó un informe del Ieral, el Instituto de Investigaciones Económicas de América Latina, de la Fundación Mediterránea.
¿Por qué ocurrió ese deterioro en el saldo comercial? El trabajo realizado por la investigadora Constanza Pérez Aquino explica que gran parte de la caída radica en el déficit en combustibles y energía. El saldo comercial sin combustibles fue superavitario en 14.898 millones de dólares en los once meses a noviembre, apenas 659 millones por debajo del acumulado a noviembre de 2012 (-4,6 por ciento). “La brecha entre el saldo con y sin combustibles fue agrandándose desde 2011, y en 2013 prácticamente duplicó el valor de ese año”, explica el documento económico.
Al considerar las exportaciones sin combustibles, se observa que aumentaron 6,4 por ciento interanual en los tres meses a noviembre, mientras las importaciones subieron 2,6 por ciento, en el mismo período. Sin embargo, cuando se incluye la balanza energética, el saldo de la balanza comercial se acota. Las exportaciones de combustibles cayeron 24,6 por ciento interanual en el trimestre móvil a noviembre, mientras las importaciones aumentaron 9,5 por ciento en el mismo período (hubo moderación respecto a la expansión de 30,5 por ciento del tercer trimestre). “De todas formas, la balanza energética alcanzó un nuevo déficit record en los doce meses a noviembre, de 6.238 millones de dólares, con importaciones por 11.431 millones”, precisó el Ieral.
El documento económico también incluyó una variable clave a la hora de analizar el comercio exterior del país: el “tipo de cambio real multilateral”, que refleja la capacidad de compra relativa de bienes y servicios entre países. En su versión multilateral se realiza la medición con respecto a los principales socios comerciales del país.
El Banco Central elabora todos los meses un índice de tipo de cambio real multilateral (ITCRM), pero lo deflacta sobre la base de la inflación medida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Pero el Ieral ajustó el indicador por el nivel de precios relevados por las estadísticas provinciales.
El instituto concluyó que, desde noviembre de 2007, esta medición del tipo de cambio refleja una apreciación del peso de 35,7 por ciento. Y completó que, en los últimos 18 meses el índice se ha estabilizado debido al mayor ritmo de devaluación de las últimas semanas. Aunque advirtió que el efecto neto puede no ser tan significativo, por la inflación local y cierta depreciación adicional de algunas monedas que forman la canasta (el real brasileño, por ejemplo).
El Ieral finalizó que los datos de noviembre reflejaron que el peso se encuentra apreciado 15,5 por ciento respecto del promedio 1998-2013.
