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Un año sin Gaddafi y Libia aún sin paz

Guerra interna. Magarief, el jefe de Estado libio, admitió que todavía sigue la violencia y que hay zonas en manos de leales al ex líder.

El jefe de Estado en funciones de Libia, Mohamed Magarief, manifestó ayer que, a un año del asesinato de Muamar Gaddafi, no todas las regiones del país fueron “liberadas”. “La campaña para liberar el país no se completó del todo”, declaró Magarief, citado por la agencia Europa Press, quien lamentó “retrasos” en la formación del Ejército y de la Policía.

“Estos descuidos extendieron el caos y atrajeron a los restos del antiguo régimen a la hora de infiltrarse en las instituciones del país”, declaró a periodistas extranjeros.

“Este caos atrajo a otros para cometer secuestros, robos y construir prisiones sin legitimidad alguna”, agregó, antes de poner un ejemplo con los recientes enfrentamientos en ciudades como Beni Walid, un refugio “para los que están fuera de la ley”.

El jefe de gobierno libio se refería en estos términos a los rebeldes atrincherados en esa ciudad de 70.000 personas que lleva días asediada por las fuerzas paramilitares del actual gobierno libio.

También allí se encontrarían los presuntos responsables de la tortura y el asesinato de Gaddafi, donde se refugió en sus últimas horas.

Bani Walid fue uno de los últimos bastiones del coronel y todavía hay grupos armados afines a su antiguo gobierno.

El conflicto entre distintos grupos de ex rebeldes que combatieron contra Gaddafi pone de manifiesto la tensión que aún persiste en Libia entre distintos grupos y comunidades, como también quedó plasmado en los últimos días en Al Kufra, en el sudeste del país norafricano. El domingo pasado, 13 personas murieron en esa área en enfrentamientos entre las tribus Tibu y Zwai.

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