Un año soñado que terminó con un campeonato. Así vivió el fútbol femenino de Newell’s este 2019 que coronó con el primer título de su corta historia, pero que ya tiene varios logros en su haber.
Este último año la Lepra no sólo se coronó en el torneo de la Rosarina, sino que además terminó de conformar la segunda línea para comenzar a competir también en la Primera B.
Además, fue el único club de la ciudad en participar con la categoría Sub 16 en la Liga de Desarrollo (NdR: torneo organizado por el Consejo Federal de la AFA y Conmebol).
Y también aportó varias jugadoras a los entrenamientos de la selección nacional mayor y la sub 20. Clarisa Paolorossi, María Eugenia Ramírez, Luciana Ferreyra y Lara López son las leprosas que en las últimas semanas entrenaron y jugaron con la Albiceleste.
Un año soñado, para un grupo que comenzó a trabajar hace apenas dos años y que ya tiene varios logros bajo el brazo.
El triunfo ante Pablo VI hace apenas una semana le dio al conjunto dirigido por Mariano Faurlin la oportunidad de gritar campeón. Y al día siguiente el plantel rojinegro colmó la redacción del diario El Ciudadano para dialogar con El Hincha (algunas jugadoras no pudieron venir por trabajo o por citaciones a la selección).
El primero en llegar fue el entrenador Mariano Faurlin. Con la misma emoción del día anterior, pero ya más relajado, el DT destacó que salir campeón era un objetivo claro en el inicio del torneo, pero que con el correr de las fechas se dieron cuenta de que conseguirlo no era sólo un sueño sino una realidad.
“El partido con Provincial, en la primera ronda del torneo, fue clave para darnos cuenta de que podíamos conseguirlo”, afirmó. El duelo al que se refiere Farulin fue el que la Lepra ganó 3-0 con goles de Luciana Ferreyra y dos de Delfina Andino. Y dice el DT que en ese partido las jugadoras también hicieron un “click”.
Y los números así lo demuestran, ya que después de esa fecha fueron todos triunfos. Y hubo dos partidos clave: el clásico ante Central 3-0 y el 2-1 frente a Social Lux. Este último terminó siendo fundamental en la búsqueda del título, teniendo en cuenta que Mercadito culminó segundo a dos unidades de diferencia.
Terminó un año deportivo soñado para el elenco rojinegro, que puede y tiene con que apuntar a más. ¿Será momento de empezar a competir en AFA? Por ahora la Lepra apunta a continuar por la senda de los triunfos y consolidar el proyecto de fútbol femenino, que encabezado por Virginia Salera como Coordinadora y llevado a la práctica por Faurlin, comienza a dar sus frutos y tiene como idea conformar toda la tira de divisiones inferiores de fútbol femenino, desde baby en adelante.
El cuerpo técnico campeón se completa con Gastón Aguirre (ayudante de campo), Martín Damoriza (preparador físico), Andrés Reible (ayudante PF), Santiago Fernández (entrenador de arqueras), Aranza Castillo (médica), Luciano Paladini (delegado), Érica Pizzutto (prensa y fotografía) y Gabriel Cardinale (utilería).
Camino al título
Fecha Rival Resultado
1 C. Aguirre 4-3
2 Peñarol 4-1
3 Botafogo 3-0
4 Social Lux 1-3
5 Def. Unidos 13-0
6 Semillero 8-0
7 R. Cesarini 2-0
8 Alianza 2-0
9 Central 0-4
10 Argentino 3-0
11 María Reina 5-0
12 San Telmo 5-0
13 Santa María 6-0
14 Provincial 3-0
15 Pablo VI 1-0
16 Coronel Aguirre 2-0
17 Peñarol 7-1
18 Botafogo 4-0
19 Social Lux 2-1
20 Def. Unidos 18-1
21 Semillero 4-0
22 R. Cesarini 5-0
23 Alianza 2-0
24 Central 3-0
25 Argentino 4-0
26 María Reina 4-0
27 San Telmo 12-0
28 Santa María 4-0
29 Provincial 6-0
30 Pablo VI 1-0
Algunos datos
28 triunfos en 30 partidos cosechó la Lepra. Entre ellos se destacan las victorias en el clásico (3-0) y ante Social Lux (2-1). Justamente los únicos dos equipos con los que perdió en la primera ronda.
138 goles marcó el equipo del Parque Independencia en las 30 fechas disputadas y tan sólo registró 14 en contra. En total promedió 4,6 goles por encuentro a lo largo de la temporada.
Premio al esfuerzo constante
Algunas llegan acompañadas por las familias. Otras solas en moto o en colectivo. Son diferentes las historias personales y los caminos recorridos pero las une la pasión por el fútbol. Hoy son campeonas con Newell’s y están citadas a la redacción del diario el lunes posterior al partido para hablar del título conseguido, lo que fue y lo que viene en el fútbol leproso.
El partido con Pablo VI por la fecha 30 del torneo local terminó en triunfo para la Lepra y significó el primer campeonato de la historia para el club del Parque en la Liga Rosarina. Algunas de las jugadoras que conforman el plantel comenzaron hace dos años a patear en Bella Vista, otras se sumaron hace pocos meses. Y todas dicen presente en la convocatoria de El Hincha.
Trajeron las banderas que siempre estuvieron colgadas en los alambrados de las canchas y cuentan que los festejos se extendieron hasta la madrugada. Es que Agustina Amiltrano se graduó esa misma noche de la secundaria de Newell’s y fueron varias las que asistieron a la fiesta. Antes pasaron la tarde en el Jorge Griffa, dónde después del partido con las Canarias festejaron el título con el cuerpo técnico, dirigentes y la familia, que dicen: “Es nuestro soporte”.
Justamente es Amiltrano la que toma la posta para hablar y contar las sensaciones que quedaron después del triunfo: “Mucho orgullo, es también un desahogo, fue un año de mucho trabajo y lo tenemos muy bien merecido”, afirma. Y apuesta por más: “Newell’s tiene que ser protagonista siempre, en todos lados”.
María Victoria Vives, “Tata” como le dicen sus amigas, fue la autora del gol del campeonato y puso en palabras el sentimiento de todo el grupo: “No nos entra la felicidad en el cuerpo”. Como Agustina destaca el esfuerzo para llegar a donde están, que tiene que ver con “mucha constancia, actitud y ganas”.
Clarisa Paolorossi habla de los números y dice que “ganar un campeonato en dos años es un buen promedio”.
Destaca también que si bien el primer año de competencia de Newell’s comenzó “muy bien”, para muchas de las jugadoras era “todo muy nuevo”.
Es que el fútbol femenino en la Liga Rosarina se institucionalizó hace tres años y la mayoría de los equipos, como la Lepra, arrancó de cero.
A la gran mayoría les dijeron que no podían jugar al fútbol, que eso era “cosa de nenes”. Pero la negativa no las paró. Siguieron por la pasión de jugar. Esa pasión que se transformó en esfuerzo y se consolidó con la posibilidad de gritar campeón.
La historia se repite en todos los planteles de fútbol femenino a lo largo y a lo ancho del país. Ese esfuerzo que se mezcla con el estudio, o el trabajo remunerado, con la maternidad en algunos casos, ese domingo en el Ángel Espíndola se materializó en un grito de campeón.