Un creador de buenos momentos. Así era Marcelo Seisas para sus amigos. Ito, como le decían, era un apasionado por todo lo que hacía. Fanático de las motos Vespa empezó a coleccionarlas hace 10 años. Le encantaban las curvas y la historia. Nació en Rosario pero el perfil de Facebook dice que su ciudad natal es Pontedera (Italia), el lugar donde nacieron las Vespa. Con 33 años llegó a hacerse de cinco motos de colección. La última que compró era una de las pocas que circulaban por la ciudad. Con otros fanáticos formó La Colmena, un grupo de amantes motociclistas con los que recorrieron las rutas del país. En dos ruedas viajó a Uruguay y a Chile. Cruzó la cordillera arriba de su Vespa y cuando volvió fue directo a la cancha de Godoy Cruz a ver al club de sus amores, Newell’s Old Boys.
Como las motos Marcelo siempre iba para adelante. Los que lo conocían coincidían en que era soñador y emprendedor. Después de trabajar por 9 años como asesor financiero fue en busca de un sueño y unió dos pasiones: la Vespa y la gastronomía. Vendió la colección y abrió un bar temático en Alvear y Catamarca. Rato era la esquina de Pichincha para compartir charlas con amigos, hablar de motos y comer las hamburguesas más pulentas de la ciudad. Le encantaba cocinar y había creado las variedades de la carta probando nuevos sabores en la cocina. A la par de las hamburguesas los clientes disfrutaban de los cuadros, cascos, y carteles de motos que exhibían las paredes del local.
Le iba muy bien. El mes pasado ganó una encuesta de usuarios donde lo posicionaron como el mejor local de hamburguesas. Pensaba abrir otro local en la zona de Pellegrini y un jardín cervecero en diagonal a la esquina de Rato.
Ito siempre tenía buena onda y mucha energía. Estaba lleno de proyectos junto con su novia a la que conoció hace 15 años. A lo largo de los años y las rutas hizo muchos amigos con los que compartía la pasión por las motos, la comida y el punk rock.
La noche del lunes había ido a jugar un partido de fútbol con sus amigos del Jockey Club de Rosario, donde jugó al rugby por más de 10 años. Volvía para su casa en la Vespa cuando en la intersección de Salta y Ovidio Lagos chocó contra una camioneta. No llevaba casco y el impacto fue fatal. Esta mañana la familia y sus amigos lo despidieron en Caramuto.