La perseverancia y la disciplina son fundamentales para los deportistas y el deporte. No sólo vale para los jugadores. También, para los entrenadores y los árbitros. Para los últimos, y a pesar de ser un trabajo, la actividad suele estar más cercana a la vocación que a un sustento económico. El waterpolo no es la excepción, y la dedicación, a veces, tiene gratificaciones, como la de Germán Möller, el único rosarino que dirige competencias internacionales y ahora fue elegido como «árbitro neutral» para las próximas competencias olímpicas de Tokio 2020.
Germán tiene 41 años y comenzó a jugar waterpolo a los 11 años en Gimnasia y Esgrima de Rosario (GER). Casi como una extensión natural y sin verlo como una profesión, a los 17 empezó a dirigir partidos en el club de sus inicios y, enseguida, en campeonatos de categorías inferiores a la suya. “No había hecho ningún curso, pero cuando dirigí mi primer partido internacional tuve que hacer una capacitación en la escuela Fina (Federación Internacional de Natación). Es la organización que nuclea todos los deportes acuáticos. Esa formación se repite cada cuatro años, hasta el fin de la carrera de un árbitro”, explicó Möller.
En la escuela Fina se actualiza la información sobre las reglas del juego, que van cambiando, se reiteran las recomendaciones y se enseña a aplicar las normas. En el polo acuático hay dos árbitros. El primer torneo internacional de Germán fue un sudamericano sub-20 en João Pessoa, capital del estado brasileño de de Paraíba. Su carrera como árbitro fue creciendo: ya estuvo en tres mundiales y el año que viene sumará su tercera participación en juegos olímpicos.
Por el mundo
Möller cuenta cómo surgió esta nueva oportunidad. Hace dos semanas salieron las designaciones y fue notificado por el comité técnico de la Fina que estaba seleccionado árbitro neutral para los JJ.OO Tokio 2020. Neutral, porque la Argentina no va a participar en la disciplina waterpolo. En total designaron a unos 8 árbitros neutrales entre los que figura Germán. “Va a ser mi tercer juego olímpico. Participé en Londres 2012 y en Río 2016. Es un orgullo muy grande representar al país desde el lado del arbitraje”, se entusiasma. “Estoy muy contento, siempre es difícil mantener el nivel y esto habla de perseverancia, de la dedicación, y es una responsabilidad”, resumió el rosarino.
Germán participó como árbitro de tres mundiales de waterpolo: en Barcelona (España) 2013, Kazán (Rusia) 2015 y este 2019 en Gwangju (Corea del Sur).
El rosarino recuerda su participación, fuera del agua, en numerosos torneos sudamericanos, panamericanos, mundiales juveniles y ligas mundiales. Esa fue, recalca, la base que asentó y perfeccionó su carrera internacional.
Hasta el 30 de noviembre, Möller participará de los XXI Juegos Deportivos Nacionales en Cartagena, Colombia. “Me invitaron a los juegos nacionales. Están todos los deportes reunidos y estoy muy orgulloso de poder participar, la verdad que desconocía las dimensiones del torneo y es increíble”, admite su sorpresa.
Vocación más que trabajo
Hay deportistas que consiguen vivir de lo que, en muchos casos, es una profesión. En el arbitraje eso no sucede. Si bien se cobra por partidos, no se trata de un sueldo –por monto y regularidad– y no puede transformarse en el sustento económico principal. German Möller reparte sus días y horas entre el comercio y el arbitraje de partidos de waterpolo entre otras cosas. “Soy viajante de relojería y joyería. Eso es lo que hago todos los días. Los arbitrajes en Argentina son generalmente los fines de semana y algún que otro partido entre semana. Para las competencias internacionales hay un calendario y eso depende del torneo que toque”, dice y reconoce: “Si bien no es un trabajo, lleva preparación. La experiencia da tranquilidad, pero cada partido es un desafío nuevo”.
En Argentina el arbitrar un partido tiene diferentes costos: depende de cada categoría y a nivel internacional los árbitros cuentan con un viático diario desde el inicio de la competencia hasta el final de la estadía.
La agenda de este 2019 se completará en diciembre ya que del 12 al 20 de diciembre Möller está convocado a arbitrar el mundial de waterpolo sub20 a realizarse en Kuwait.
Metas
“Me gustaría seguir sumando torneos, la edad límite del árbitro es de 60 así que tengo camino por recorrer”, se anima Möller y sueña con pitar la final de algún mundial o de algún juego olímpico.
El duro papel del árbitro
Dirigir un partido no es cosa fácil. Ser árbitro conlleva mucha responsabilidad ya que puede definir un partido por su buena o mala actuación. Möller piensa y recuerda que el partido más difícil fue la final de la liga mundial de varones el año pasado en Budapest (Hungría) ya que el equipo local jugó con Montenegro. “En sí fue un partido muy difícil y se decidió por penales. El detalle es que en Hungría el waterpolo es el deporte nacional y las tribunas estaban colmadas, había alrededor de 5 mil personas observando el juego y por suerte salió todo bien para mí como para el otro árbitro. Este año también dirigí la final de la liga mundial de mujeres y el desarrollo del juego también fue un desafío para mí”, rememoró.
Rosarinos en el arbitraje
En la ciudad hay muchos rosarinos que se están iniciando en el mundo del arbitraje. Möller agregó que hay una mujer, la única por ahora en ese lugar, porque waterpolo femenino hay desde hace un tiempo. “Todos participaron de sudamericanos juveniles, que es como empecé yo. Es el proceso de iniciación: primero en el área local, después campeonatos argentinos y, con los niveles adecuados, comenzás a dirigir competencias internacionales”, recrea Möller el itinerario.
En el país son varios los argentinos árbitros con experiencia internacional: en la lista Fina figuran unos 6 árbitros que se renuevan cada año y además, según Möller hay algunos más con los que serían en total 8 argentinos en el mundo del arbitraje de waterpolo a nivel internacional.
Waterpolo en Rosario
Para Möller, el watepolo en la ciudad está en su punto más alto. “Hay tres equipos jugando en la Liga de Honor (máximo torneo nacional del deporte). La final se decidió entre Gimnasia y Esgrima y Sportmen Unidos”, ambos de Rosario, recordó los partidos disputados entre el 8 y 9 de noviembre de este año, en los que los Mens Sana se impusieron y salieron campeones por tercer año consecutivo de la liga.
Para Möller, tanto Gimnasia y Esgrima como Sportmen y Provincial aportan muchos jugadores a la selección nacional de waterpolo y los tres clubes son protagonistas de todos los torneos que se llevan a cabo en el país.
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Qué es el waterpolo
El waterpolo o polo acuático es un deporte que se practica en una pileta, en el cual se enfrentan dos equipos. El objetivo del juego, es el de marcar el mayor número de goles en el arco del equipo contrario durante el tiempo que dura el partido. Los equipos cuentan en el agua con siete jugadores, un arquero y dos árbitros.
El waterpolo se juega en cuatro tiempos de 8 minutos con descansos de 2 minutos ente juego y juego.
Un poco de historia
La historia del waterpolo nace a finales de 1800. En esa época se llamaba polo y se practicaba en barriles de cerveza que lanzaban en un río donde los jugadores se montaban en ellos y golpeaban una pelota hecha de cuero con un mazo para anotar un punto. El juego era muy similar al polo de caballos y con el tiempo los jugadores empezaron a sumergirse en ella, eliminando los barriles y jugando directamente con la pelota, utilizando sus manos y pies.
En 1877, el escocés William Wilson escribió las primeras reglas básicas del juego al que llamó waterpolo. Con el tiempo, el juego fue desarrollándose poco a poco en Europa y en el año 1900 se jugó por vez primera en las olimpiadas de París, donde el Reino Unido ganó la medalla de oro. En 1908 se crearon las reglas internacionales de waterpolo continuando así su propagación por todo el mundo.
En la actualidad el waterpolo es regulado por medio de la Federación Internacional de Natación Amateur, fundada en 1908, a través de su Comité Internacional de Polo de Agua, que emite las reglas del deporte.