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Un asesino serial eterno y una víctima poco fiable

“Las luminosas” ofrece un thriller sobre la caza de un asesino serial que escapa a las convenciones del subgénero y plantea una atractiva trama conspirativa y fantástica. Sobresale Elizabeth Moss en el protagónico de una ex periodista sobreviviente del ataque de un sádico agresor

Especial para El Ciudadano

No resulta fácil, a estas alturas, abordar el esquema ya bastante remanido del thriller focalizado en la cacería de un asesino serial. La repetición incansable de los recursos y su consecuente agotamiento hacen que, desde el comienzo, no se pueda evitar cierta desconfianza con respecto a la posibilidad de que un nuevo relato en esta línea pueda renovar, cuanto menos, algo de interés en esos trayectos ya tantas veces recorridos.

Sin embargo, más allá de la lógica desconfianza, y un poco de modo sorprendente, la nueva serie de Apple TV+, Las luminosas, lo logra desde el inicio al introducir ciertos elementos capaces de producir un sutil extrañamiento en lo que serían los habituales lugares comunes de este subgénero. Lo fantástico, elemento privilegiado en el mundo contemporáneo de las series, se introduce sutilmente y, en principio, con la ambigüedad suficiente como para darle otro aire al viejo esquema procedimental de la cacería del asesino. Algo en todo esto recuerda a la también muy lograda The outsider, serie de HBO que adaptaba, en una línea similar, una novela de Stephen King.

Las luminosas adapta la novela homónima de Lauren Beukes. La responsable de llevar adelante el proyecto, bajo el amparo de Apple TV+, es Silka Luisa, casi desconocida hasta esta destacable irrupción en el universo de las series. Y el sello de la atracción, o cuanto menos lo que en primera instancia obliga a acercarse a la serie a pesar de cierta desconfianza, es el rol protagónico de la siempre fascinante Elizabeth Moss (Mad Men, El cuento de la criada), quien además dirige dos de los ocho episodios que completan la serie. Junto a ella, Wagner Moura (Narcos) y Jamie Bell, aquel entrañable Billy Elliot que aquí, se sabe desde el arranque, es el escurridizo y sádico asesino.

Una realidad que se filtra entre las manos

En sus aspectos genéricos propiamente identificatorios y archiconocidos, el relato se centra en la historia de Kirby (Elizabeth Moss), una archivista en un periódico de segunda línea que vio truncada su carrera periodística, años antes, tras sobrevivir al ataque de un sádico agresor y quedar, como consecuencia, en una situación psicológica inestable.

Al cometerse un crimen con características muy similares al del ataque por ella sufrido, Kirby cae en la cuenta de que no se trata de casos aislados, sino de una serie de innumerables asesinatos de mujeres ocurridos a lo largo de varias décadas, todos desoídos y archivados. A partir de ahí, apoyada por un oscuro compañero del periódico, Dan Velázquez (Wagner Moura), iniciará una investigación que, claro, amenaza con recalar pesadamente en los clásicos y estereotipados mecanismos de la cacería del asesino serial escurridizo.

Ahora bien, ¿cuál es el juego propuesto que hace que Las luminosas escape con cierta soltura al duro corset del clisé procedimental? Los puntos inusuales son varios, y se irán articulando en el transcurso del relato hasta componer sutilmente una trama conspirativa y fantástica. Primero, y tal vez esto sea algo secundario, el asesino se da a conocer desde el comienzo (en la apertura misma del primer episodio). No hay intriga alguna al respecto, la cosa no pasa por allí.

Sin embargo, más allá de ese detalle algo anecdótico, lo que realmente produce en primera instancia un movimiento notable en el relato es el hecho de que Kirby, tras el ataque sufrido, vive en una realidad inestable y cambiante. Todo lo que es de determinado modo para ella (su vida misma) puede cambiar de un momento a otro. Desde lo más anodino (su escritorio en el trabajo), hasta lo más significativo, como su vida conyugal.

De un golpe, su vida se puede revelar como totalmente diferente a la que suponía hasta el momento. Kirby, en apariencia por el trauma suscitado tras el ataque, ha perdido cierta capacidad de anclarse en la realidad, esta se le escabulle, se le filtra entre las manos y ante los ojos dando giros insospechados en los momentos menos pensado. En primera instancia y videntemente, tal condición, no la deja en el lugar de una “narradora” fiable.

Una Cassandra cuyas afirmaciones serán siempre desoídas

Pero hay otro elemento extraño que desestabiliza la tradicional lógica investigativa. El asesino, a quien vemos desde el comienzo, ha cometido sus crímenes a lo largo de varias décadas, pero permaneciendo siempre igual, sin envejecer ni cambiar apenas su aspecto físico. Presentado este detalle y sumado al anterior, ya estamos claramente en un terreno algo incierto en el que los posibles elementos fantásticos se van articulando de modo sutil y algo ambiguo, abriendo incluso aristas en las que lo fantástico funciona como alegoría sin perder jamás su condición ni su anclaje en el género.

El mayor logro de Las luminosas es justamente el modo en que esos elementos fantásticos se articulan coherentemente en torno al tema central y al tono general adoptado. Los cambios repentinos en la realidad vivida por Kirby parecen ser una consecuencia del trauma sufrido tras el ataque. La realidad se le escapa, y quizás simplemente porque ya no quiere retenerla, porque el mundo se le ha revelado atroz y ella se ha vuelto incapaz de habitarlo. Pero también, claro, cabe la posibilidad de que esa realidad esté efectivamente cambiando por circunstancias incognoscibles, como el choque de universos paralelos, la confluencia de temporalidades diversas, o lo que sea.

De todos modos, tal situación, sea esta la que sea, la deja a Kirby, obviamente, en el lugar de una suerte de Cassandra cuyas afirmaciones serán siempre desoídas. Está loca, su relato (el de la víctima) no es fiable. Por el lado del asesino, cuya extraña singularidad es permanecer siempre igual a lo largo del tiempo, su figura se torna ejemplar, como el “hombre” atemporal e indistinto que comete el mismo crimen a lo largo de la historia. Pero claro, allí también, Las luminosas sabrá ir articulando estas figuras en una trama coherente que juega con los códigos del género, sin dejar que caigan toscamente bajo el peso evidente de la alegoría, y para instaurar un relato coherente donde lo fantástico se desborda a sí mismo y desata, con cierta sutileza, sus costuras habituales.

Cabe volver a remarcar que Apple TV+ sigue siendo la plataforma que más riesgos asume en sus propuestas y que más personalidad logra en cada proyecto. Las luminosas vuelve a mostrarlo con solvencia. Pero para afirmarlo, se puede ver también la recientemente estrenada La serpiente de Essex, otro relato que flirtea con lo fantástico de la mano de Clio Barnard (The Arbor), y con el protagónico de otra grande, Claire Danes. Quedará para la próxima.

Las luminosas / AppleTV+ / 1era. Temporada 

Creadora: Silka Luisa

Intérpretes: Elizabeth Moss, Wagner Moura, Jamie Bell, Amy Brenneman

 

 

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