Con estreno en Rosario en el circuito INCAA, es decir, en la sala Arteón de Sarmiento 778, este jueves 11 a las 19 y el martes 16 de agosto, a las 17, el film documental Un bolso lleno de carteras, dirigida por Leonardo Petralia, aborda pasajes de la vida de Celia Argüello Rena, bailarina, coreógrafa y dramaturga, que «se propone trabajar artísticamente con la basura que su madre acumula de manera compulsiva. Al embarcarse en la creación de una nueva obra, madre e hija se involucran en una experiencia que transformará sus vidas. Un bolso lleno de carteras es una imagen y un recorrido, es el punto exacto en el que se entrecruzan la vida y el arte».
“El bolso al que apela el nombre de la película efectivamente existió. Era un antiguo bolso de viaje de cuero negro, lleno de carteras de los más variados diseños, carteras de charol rojo, cuero marrón, color crema, de mano, de cinta…dentro de otro objeto. Es una proyección al infinito, es una mamuschka de objetos donde uno puede inferir la angustia y la soledad de la persona que ejecuta la obra.
Un bolso lleno de carteras es llegar a descubrir ese punto y desandarlo desde el amor”, explica la gacetilla de la película debut de Leonardo Petralia, egresado de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido de la UBA, que desde hace 15 años trabaja en la industria audiovisual. En esta ópera prima, su realizador “pone en escena el proceso creativo de dos artistas (Celia Arguello Rena y Juan Pablo Gómez) en busca de crear a partir de elementos acumulados que no son precisamente bellos, sino fruto del padecimiento de Noemí, madre de Celia. La casa cordobesa donde Celia pasó su infancia, hoy la interpela hasta el punto en que decide accionar desde una gran necesidad”.
Petralia explica así el espíritu de Un bolso lleno de carteras, que también puede verse en la plataforma de Cine.ar, en carácter de estreno: “Los vínculos humanos son el factor cohesionante principal de los hechos de la película. La fortaleza de los vínculos humanos entrelazados con el amor por el hacer artístico, quedan resonando en el espectador, proyectándose como una manera de comprender la vida. Me propuse retratar el entrecruzamiento de lo artístico con lo cotidiano. Es una mirada sobre la potencia transformadora del arte cuando lo artístico es necesidad, donde lo que se dice no podría ser dicho de otra manera. De estética cruda, sin búsquedas esteticistas, mi película retrata un proceso artístico liberándose de la pesadez de lo canónico. Es lo artístico desde lo humano, es el juego transformador e infinito que propone la creación desde la honestidad”.