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Un buen juez ante el dilema más difícil: o la ética o el amor filial

Protagonizada por Bryan Cranston, el genial Heisenberg de “Breaking Bad”, “Your Honor” plantea una historia donde un intachable juez se ve impelido a tomar ciertas decisiones reñidas con sus puntos de vista luego que su hijo matara al hijo de un mafioso en un accidente

Gustavo Galuppo Alive / Especial para El Ciudadano

Your Honor, estrenada recientemente en diciembre de 2020, es un proyecto llevado a cabo para la cadena Showtime por Peter Moffat, el responsable de la gran The Night of, miniserie de HBO protagonizada por John Turturro. En este caso vuelve sobre el eje de temas judiciales, y apoyándose en la figura protagónica de Bryan Cranston

Quizás, el mayor atractivo de Your Honor, pueda resultar finalmente aquello que haga visibles sus principales falencias. El hecho es que esta propuesta marca el regreso de Bryan Cranston al mundo de las series.

Muy difícil es borrar aquella imagen de su composición del pequeño Walter White y su transformación en el enorme Heisenberg a lo largo de esa interminable caída libre de la que daba cuentas con pulso preciso Breaking Bad.

No muchas series han logrado utilizar su estructura para dar cuenta de modo tan contundente de esa transformación radical de un  personaje. De allí que, el primer problema con Your Honor, es que el personaje interpretado por Cranston es puesto en una situación que guarda muchas similitudes con las de Breaking Bad, convertida ya, y con justicia, en una serie de culto.

La epopeya de Heisenberg alcanzaba una altura sobrecogedora que aquí no parece ni asomarse; no al menos hasta el momento. Lamentablemente para Your Honor, las comparaciones se hacen difíciles de evitar, y la jugada por el protagónico del gran Cranston proyecta la pesada sombra de BB sobre cada traspié de esta nueva propuesta.

La conversión de un buen juez

Aquí Cranston interpreta al juez Desiato, quien ha perdido recientemente a su esposa en un crimen y que, en la práctica de su oficio, no duda en poner en tela de juicio las racistas versiones policiales para defender a la población negra de New Orleans.

Se trata de un hombre justo y de un buen padre, de eso no hay dudas. Incluso, en algún caso, lleva adelante alguna investigación personal para desarmar los argumentos de la policía.

Desiato es intachable, dedicado devotamente a su hijo Adam, quien no ha logrado sobrellevar la muerte de su madre. Todo se derrumba con un accidente y con una serie de decisiones desafortunadas que dejarán a Desiato en una situación irresoluble.

Adam, el buen hijo del justo juez, atropella a otro adolescente en un accidente automovilístico. La situación toma direcciones imprevistas, y ante la muerte sin testigos de la víctima, Adam, respondiendo a un instinto inaprensible, huye de la escena. Al relatar lo sucedido a su padre, el justo juez y el buen hijo se dirigen a la policía para contar el hecho y enmendar la transgresión de la huida.

Pero allí algo lo cambia todo y comienza la caída hacia el abismo. La víctima era el hijo del mayor líder mafioso de New Orleans, un despiadado criminal que no dudará en tomar la justicia en sus propias manos.

Desiato, atribulado por el fatal descubrimiento, desoye las exigencias éticas de su oficio y se retira rápidamente con su hijo de la comisaría sin dar cuentas del suceso, decidido ya a cubrir a Adam con el uso de las herramientas legales que tanto conoce.

El dilema entre la ética y el amor filial

El primer capítulo detalla todos esos acontecimientos, con cierto pulso y cierta tensión, pero recalando ya en la visita de ciertos lugares comunes y en el dibujo de ciertos trazos gruesos que hacen trastabillar al relato en remarcaciones innecesarias.

Desde allí, y en los capítulos subsiguientes emitidos hasta el momento,  la caída de Desiato se hace cada vez más pronunciada, cada decisión es un descenso, cada determinación la rúbrica de una tragedia inminente. El dilema entre la ética y el amor filial, deja al personaje en una situación límite que ya, desde el comienzo, no muestra posibilidad de salida.

Y ese sí es un punto importante, potente de la trama. Se sabe o se intuye que esto no puede resolverse dejando indemne a nadie.  Nadie puede salir ileso de esa caída libre que provoca el juez, que protege a su hijo a costa de otras muertes, de acusaciones injustas sustentadas en el racismo, de una guerra mafiosa que pone en llamas a la ciudad.

Muy pronto, si no inmediatamente, el conflicto establecido deja en claro que allí no hay salvación ni redención para nadie. El dilema de la justicia entre la ética y el amor por el hijo abre un intersticio por el cual se asoma un abismo.

El crimen como punto de partida

Los paralelismos entre el juez Desiato y aquel Walter White son visibles: las malas determinaciones del hombre justo y la caída libre hacia el abismo entre las trampas del crimen.

Pero las similitudes terminan allí, Desiato no parece transformarse en esa otra cosa que era Hesinberg, quien finalmente revelaba el verdadero rostro del buen White (como un Hide que desoculta la naturaleza de Jeckyl). Desiato, por el contrario, queda preso aparentemente y a costa suya de sus propias trampas, pero llevando hasta el final la decisión de proteger a su hijo aunque eso implica una devastación.

Más allá de la pesada sombra que Walter White proyecta sobre Desiato, y que en cierto sentido puede ser secundaria, la verdad es que Your Honor no funciona del todo bien por sí misma.

A la acumulación de ciertos clisés de una intriga judicial, a esta altura insostenibles, se le suma, como principal escollo, una pretensión abarcativa que atenta contra la intensidad del drama. El fatal descenso de Desiato se ve acompañado por una proliferación de situaciones y personajes que intentan dar cuentas del contexto político y social que rodea al hecho disparador: el racismo imperante, sobre todo en la institución policial, los vericuetos legales que reflejan la desigualdad social, y las íntimas relaciones del poder político con la mafia.

El crimen sirve de punto de partida para poner al desnudo toda una trama sociopolítica que lo contextualiza y a la vez lo desborda. Pero es justo allí, en esa pretensión, donde la serie no logra hacer pie de modo efectivo.

Esa apuesta no suma sino que resta. El eje dramático se diluye y el contexto se hace confuso. Los capítulos y el relato parecen estirarse un poco innecesariamente sin aportar una sólida sustancia, y quedándose en lo anecdótico.

Un brillo que invita a continuar

No se puede decir, sin embargo, que la serie no sea para nada atendible. La acumulación de malas decisiones que llevan a Desiato hacia el horizonte de un infierno ya entrevisto es cautivadora, como también el dilema que las suscita.

Es una pena que Peter Moffat no haya encontrado  un balance más justo para desarrollar su relato, pero de todas formas y a pesar de sus problemas, Your Honor ostenta esporádicamente algún que otro brillo que invita a continuar.

 

Your Honor / Showtime / 10 episodios

Creador: Peter Moffat

Intérpretes: Bryan Cranston, Sofia Black-D’Elia, Michael Stuhlbarg, Tony Curran, Hope Davis, Carmen Ejogo

 

 

 

 

 

 

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