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Lucha territorial

Un búnker debajo de un arco de fútbol, la lucha por el control y un intento de homicidio

Un pago de 100 mil pesos por balear un búnker. La imputación contó que Pandu Aguirre ordenó la balacera al punto de venta de su ex por una deuda lo que generó un caos que quedó plasmado en escuchas telefónicas


“El Arco” es un punto de venta de drogas que está literalmente en un potrero que yace sobre un terreno fiscal en inmediaciones de las vías del ferrocarril de Deliot entre Cerrillos y Manantiales. Ese lugar supo ser un lugar de esparcimiento que se convirtió en un búnker al aire libre en la zona oeste. Allí balearon a un joven que fue a comprar estupefacientes. Esta tentativa de homicidio fue uno de los tantos hechos que se le imputaron este miércoles a Nelson “Pandu” Aguirre, cabecilla de un subgrupo de la organización que maneja Ariel “Viejo o Pelo Duro” Cantero y su pareja Rosa Bibiana “Bibi” Montero, según explicó la fiscalía.

El fiscal Gastón Ávila contó que a las 22.30 del 4 de diciembre pasado desde la cárcel Pandu, donde cumple condena por un homicidio, encargó a su entonces mano derecha Nazareno Uriel “Naza” Gauna un ataque a ese lugar. El objetivo era matar a, al menos, una persona que estuviera en ese punto de venta de drogas, explotado por su ex pareja Romina Berón, contó.

Según la pesquisa, el objetivo era intimidar a un joven apodado Marilú que se ocupa del narcomenudeo en el Arco para que pagara las deudas que tenía con Ariel Cantero y Rosa Montero.

La coordinación de ese hecho la hizo Gauna desde la casa de Brenda Barboza, actual pareja de Pandu, describió la acusación para señalar que fue esta mujer la que determinó los atacantes y les brindó logística para concretar la balacera que se produjo sólo a 10 minutos del pedido. Esa noche, dos hombres, uno de ellos apodado Puchero, llegaron en moto al lugar y le preguntaron a Jesús D. que esperaba para comprar si estaba Marilú. La víctima le dijo que no y el acompañante de la motocicleta sacó un arma y le disparó en el estómago, recordó el fiscal.

Cuando arrancó la moto, el tirador disparó otras cinco o diez oportunidades hacia las otras personas que estaban en el lugar. Al día siguiente, Barboza, cumpliendo órdenes de Pandu, le pagó a Gauna cien mil pesos: cincuenta mil para el tirador, veinticinco mil para el conductor y el resto se lo quedaba.

Un testigo de identidad reservada que estaba en el lugar contó que fue a comprar marihuana. Indicó que en el arco sur de una cancha de fútbol de once que está en el lugar, donde a veces juegan algún picado, venden drogas todos los días, todo el tiempo, contó.

No había drogas, mientras esperaba el abastecimiento del lugar en una esquina vio aparecer la moto que atacó a tiros a la víctima. Sumó que no conocía a los agresores pero que se relacionan con otro búnker que está del otro lado de Felipe Moré. Dijo que en la manzana de la canchita hay como cinco o seis búnkers. “Me parece que la Romi es la que maneja todo por ahí”, señaló que el arco es de ella y que lo trabaja Marilú para ella.

Le preguntaron por Naza, dijo que lo conoce, que anda siempre en la zona “pero los que manejan todo son los de adentro, como Guille Cantero como todas esas personas, los otros son los encargados, los que están afuera”. El testigo aportó que ese pibe trabaja para Pandu, que tenés que comprar e irte a otro lado “lo vi que más de una vez, los agarró a palazos a los que se drogan ahí”.

También hay gente cuidando para que no le roben a los clientes del búnker. En cuanto a Pandu dijo que es conocido en la zona, que hay varios quioscos que son de él “porque maneja toda la zona”.

Hay comunicaciones telefónicas de antes y después del hecho entre Romina Berón y su ex pareja Pandu. Ella tenía la información de que podía haber un ataque por parte de su ex. “A donde tiren un tiro en lo de Marilú mirá, por mis cinco hijos agarro y voy a lo de la Bibi, porque la Bibi ya sabe. Voy y le digo que fuiste vos. Vos a mí no me vas a perjudicar. Sabes porque yo tengo que pagar un millón y medio de pesos. ¿Sabés? Vos a mí no me vas a perjudicar, que se vayan ya…”, le reclamó Romi a su ex.

En otra conversación le aseguró que salía derecha porque estaba pagando sus cuentas. Y en una escucha, la mujer le dijo que no habían llevado nada al negocio y Pandu le preguntó cuánto le pagaba a los pibes. “Yo le pago por paquete, ahora le bajé porque le dije que la mercadería me aumentaron”, dijo Romina.

En esa comunicación, Romina aclaró que pagaba por paquete porque “ponele, yo le pagaba tres mil quinientos por día y a mí, me sirve, me sirve de todos lados porque yo le doy doscientos pesos por paquete. Y ellos se hacen cargo del cuidado, todo, a la pasa paquete le doy dos mil, me entendés? y así, y a la piba le doy veinte mil pesos. Y es todo plata es. Es todo plata, es que yo a veces no agarro nada pero sé que pago. ¿Entendes? Y ya están largando el último medio”.

La noche del 4 de diciembre, según la pesquisas interceptaron conversaciones donde Gauna le dijo a Pandu que “fueron a hacer eso”. A las 23.12, Romina Berón llamó a Pandu: ¿Cómo bardeaste, estás re loco, dejaste tirado como a cuatro afuera de Marilú. Estás re loco vos. Ya sabe la Bibi, por mis cinco hijos que los tenga que llevar al cementerio de La Piedad a enterrarlos yo misma. Ya sabe la Bibi, ahí me mandó un mensaje. Esta re loco Pandu puso. Esta re loco Pandu lo que hizo, ahí dejaron tirados a cuatro a fuera de Marilu.

¿Qué estás diciendo?, contestó Pandu y recibió como réplica: “Yo te aviso. Ya me lavé las manos. Le dije a Bibi, vos ya te dije que yo no tenía nada que ver, corta”.

Unos minutos más tarde lo vuelve a llamar y le dice a Pandu que estaba gente del Guille y los de la Bibi, que no querían abriera más. “Te dije hijo de puta, cien paquetes tiré, hijo de puta”, fue la queja de Romi.

Al día siguiente Marcos Vera, a cargo de un subgrupo de la organización con asiento en Villa Constitución, era también un nexo entre Cantero y Pandu, según la Fiscalía.

En esta conversación se escuchó una voz femenina que los fiscales Valeria Haurigot, Franco Carbone y Gastón Ávila atribuyeron a Rosa Montero, “una de las dos veces que habló por teléfono con terceros”, contaron.

El hombre le preguntó a Pandu si no tuvo nada que ver. Marcos Vera le dijo que la mujer del hombre estaba con él y tras una breve intercambio le pasó el teléfono. “Hola Doña, ahí apenas se levante el pibe yo le digo que se comunique con Marcos”, explicó Pandu y la mujer contestó: “Y sí porque ustedes saben que acá también está todo podrido y se la mandan, se la mandan y nos siguen ensuciando a nosotros”.

“Si, si lo que pasa que el muchacho ese le debía una platita”, se justificó Pandu y recibió como respuesta una advertencia. “Sí, pero primero tiene que preguntar si arreglando de otra manera se puede, si vos sabes que hacen algo y lo ensucian a nosotros”, explicó la interlocutora para remarcar que “encima acá todavía está todo podrido, no está todo bien y yo no voy a dejar que rompan de nuevo mi casa por las cagadas que se mandan ustedes”.

“No, no yo la entiendo doña, aparte yo también, me perjudica”, reconoció Pandu.

Para la fiscalía esta conversación es una muestra de que junto a Cantero eran quienes manejaban el territorio y daban el visto bueno al grupo.

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