Un juego de chicos terminó movilizando ayer a buena parte de la estructura de la Unidad Regional II, la que recibió la denuncia de un secuestro en zona sudoeste que los vecinos vieron en vivo y en directo. Una vez que los pesquisas lograron dar con el automóvil y sus ocupantes se encontraron con la sorpresa de que en realidad se trataba de una broma de los jóvenes. No es la primera vez que la Policía termina movilizándose por este tipo de hechos, ya que son muy comunes las falsas denuncias y los secuestros truchos.
Fuentes policiales indicaron a este diario que todo ocurrió el domingo a la noche cuando los vecinos de pasaje Spezia y Benito Juárez (Uriburu al 2700) denunciaron un secuestro y movilizaron al personal de la comisaría 21ª, del comando Radioeléctrico y de Seguridad Personal de la Unidad Regional II.
El alerta, según explican los investigadores, llegó junto con un llamado que efectuaron dos vecinos al 911 el domingo, poco después de las 23.30. Según explicaron los pesquisas, los denunciantes sostenían que un adolescente había sido secuestrado.
Los uniformados dijeron que los denunciantes habían presenciado el hecho, y afirmaron que varias personas habían secuestrado al joven mientras caminaba por pasaje Spezia entre Estado de Israel y Benito Juárez. En ese momento, estas personas declararon que vieron que un Renault Megane color gris frenó bruscamente y tres desconocidos se bajaron, agarraron a este chico y lo metieron en el baúl del automóvil, según refirieron los voceros de la URII.
Los vecinos, al ver semejante cosa, trataron de recordar todos los detalles. La patente del vehículo, la fisonomía de los supuestos delincuentes, todo esos datos de los que rápidamente se hicieron los uniformados.
Tras obtener esta información, personal de la comisaría 21ª, del Comando Radioeléctrico y de Seguridad Personal comenzó un operativo para dar con los secuestradores. Lo primero que encontraron tirado fue el celular de la víctima, por lo que aumentó la inquietud de los investigadores.
Sin embargo, cuando los agentes dieron con el paradero del conductor, Federico C., de 17 años, la supuesta víctima, Lionel M., de 15 años, y los otros ocupantes del auto descubrieron que sólo había sido una broma.
Los adolescentes relataron a la Policía que Federico sacó el auto de su padre sin que éste lo notara, y se fue con sus amigos a dar una vuelta. Pero, mientras andaban por el barrio, se encontraron con Lionel y decidieron jugarle una broma metiéndolo en el baúl.
Como consecuencia del chiste de los jóvenes, el papá de Federico quedó demorado y en estos días tendrá que comparecer ante el Juzgado de Faltas en turno para aclarar porqué su hijo siendo menor estaba en posesión del vehículo.
El caso es investigado por la Justicia en turno. Sin embargo, altas fuentes policiales expresaron su preocupación por este tipo de hechos, que movilizan a gran cantidad de uniformados en pos de una travesura adolescente. De hecho, hace dos semanas otro joven fingió su propio secuestro, pidió rescate y mantuvo en vilo a familia y Policía desde la terraza de su casa en donde estaba escondido.