Dentro de los clásicos del grotesco criollo, Cremona, obra teatral escrita por Armando Discépolo a comienzos de la década del 30, plantea una especie de fractal acerca de las problemáticas que uno de los más grandes dramaturgos argentinos de todos los tiempos, también autor de piezas como Mateo, Stéfano, El Organito y la apoteótica Relojero trabajó a lo largo de toda su producción.
Cremona, la historia de un italiano vendedor de golosinas y su vínculo con un puñado de inmigrantes de distintas nacionalidades que habitan en un conventillo, está de regreso en los escenarios locales de la mano del grupo El Malandraje, que forma parte del Circuito Interbarrial de Teatro y que se presenta este miércoles en La Comedia en el marco de los quince años de creación de este valioso espacio de experimentación teatral dependiente de la Secretaría de Cultura municipal.
El Malandraje funciona en el Distrito Centro. “El Circuito Interbarrial cumple quince años pero el grupo del Distrito Centro funciona hace tres; es uno de los más nuevos. En principio buscamos crear un elenco estable y a partir de allí comenzamos a experimentar con los materiales, un recorrido que siempre está asociado a lo que el grupo de vecinos tiene ganas de contar: los temas que los convocan, el imaginario colectivo que se empieza a construir. Por lo general, tomamos textos de autores clásicos: Shakespeare, Moliere y por supuesto Discépolo, como en este caso”, dijo a El Ciudadano la actriz, directora y docente Maru Lorenzo, quien tiene a su cargo la dirección de Cremona.
“Son materiales que sirven de disparadores pero el resultado siempre termina siendo una versión libre”, agregó Lorenzo acerca de esta experiencia que involucra a 19 vecinos y vecinas que eligen la actuación como un modo de expresión y al mismo tiempo de encuentro.
En este material se reconstruyen pequeñas historias de marginalidad, inmigración, desamparo, infidelidades y amores pasionales que se entrecruzan en el patio de un conventillo argentino.
“Cremona, el repartidor de estrellas, es el único que conserva la esperanza. Esta obra no es más que una mueca feroz de la miseria: la lucha de los pobres contra los pobres”, adelanta el equipo a través de un parte de prensa acerca de la obra en la que actúan: Miguel Cáceres, Ma. del Carmen Coletti, Ana María Alegre, Laura Ruiz, Graciela Maltaneres, Bibiana Bartolomé, Miriam Rosito, Salvador Procopio, Adrián Ciccero, Mario Pucheta, Naum Said, Sergio Gaitán, Shane Davolio, Diana Mariscuolo, Martina Giménez, Natalia Fonrrodona, Estefanía Hearn y Silvia Corteccia con escenografía de Guillermo Beccerra, asesoramiento en maquillaje de Yanina Vincent, entrenamiento vocal y musical de María Verónica Marchetti y dirección Maru Lorenzo, con la coordinación general de Gustavo Guirado, quien tiene a su cargo la dirección general del programa municipal.
Discépolo en el presente
“Una vez que tenemos el material, en este caso Cremona, empezamos a transitar ese universo y los actores van probando distintos personajes. Lo que buscamos, por lo general desde las improvisaciones, es acercar esos conflictos que atraviesan los personajes a la identidad que representa a ese grupo de actores, para luego dar paso a una tarea de dramaturgia y arribar a una versión de la obra, y finalmente al montaje”, expresó la directora acerca de esta propuesta cuyo elenco está integrado por vecinos y vecinas actores y actrices que van desde los 20 a los 80 años.
“Discépolo –profundizó Lorenzo– nos cuenta a nosotros como argentinos; es muy fácil verse identificado en sus personajes, conflictos e historias. Las obras de Discépolo nos permiten asociar rápidamente con partes de nuestra historia ya sea cercana como otras de aquellos que nos rodean”.
“Cremona transcurre en el patio de un conventillo; son muchos personajes, algunos que pueden adaptarse fácilmente. Es un texto de una gran belleza poética con una pregunta que es muy actual y que atraviesa toda la obra. Cremona, que es el nombre de este vendedor ambulante, pone en primer plano una pregunta que tiene que ver con la empatía, con ponerse en el lugar del otro. Es una obra escrita en el siglo pasado sin embargo esa pregunta sigue siendo muy necesaria en la complejidad de esta época que estamos viviendo”, evaluó Lorenzo.
Proyecto que crece
El Circuito Interbarrial de Teatro nació en 2004 con el objetivo de que sean los mismos vecinos quienes puedan subirse al escenario para interpretar sus obras. “Se trata de un programa de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario que funciona en cada uno de los Centro de Distrito donde se convoca a vecinos y vecinas de cada territorio a conformar un elenco propio”, dijo Lorenzo. Y finalizó: “Con ese elenco vamos trabajando en la elección, construcción y producción de una obra de teatro y con esa obra, una vez estrenada, circulamos por diferentes instituciones de la ciudad, entre otras, clubes, escuelas, geriátricos, bibliotecas populares, centros culturales y también teatros. El espíritu de este programa está en producir teatro por vecinos y para los vecinos”.
Para agendar
Cremona, de Armando Discépolo, con dirección de Maru Lorenzo, se presenta este miércoles, a partir de las 20, en el Teatro Municipal La Comedia, de Mitre y Ricardone, con entrada gratuita, por orden de llegada y hasta colmar la capacidad de la sala