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Un concurso municipal con historias para naturalizar lo trans

El Ejecutivo local recibió más de 80 historietas en una convocatoria armada para visibilizar a quienes se llevan la peor parte del colectivo LGTB. Armarán una antología a publicarse en abril. A diferencia de gays y lesbianas la tienen más difícil para conseguir trabajo

Lesbianas, gays, bisexuales (LGB), Lesbianas, gays, trans, bisexuales (LGTB), Lesbianas, gays, trans, bisexuales y queers (LGTBQ), Lesbianas, gays, trans, bisexuales, intersexuales (LGTBI). Cada tanto el colectivo de la diversidad sexual suma identidades y letras a la sigla. Para Martín Clapié, a cargo del Área de Diversidad de Rosario, lo trans sigue siendo de las formas menos contadas del colectivo y de las que más fantasías levanta en el imaginario social. “Son quienes tienen la expectativa de vida más baja y sufren el constante rechazo cuando van a buscar trabajo. Queremos contar esas realidades y también mostrar que son hacedores de arte y cultura”, explicó el funcionario a El Ciudadano sobre el segundo concurso de historietas latinoamericana de la Editorial Municipal. La convocatoria fue apuntada en exclusivo sobre lo trans y llevó a más de 80 realizadores de América a presentar trabajos. Después de una selección quedarán en un libro de antología, también disponible en la web, a publicarse en abril.

—En 2018 editaron Historieta LGBTI con 10 relatos ilustrados sobre diversidad sexual. ¿Qué los llevó a acotar la temática a lo trans?

—La coyuntura. Fue parte del diagnóstico que compartimos con la red latinoamericana de ciudad Arcoíris donde coincidimos que son las personas más vulneradas, más estigmatizadas y quienes más sufren violencia en un contexto donde el liberalismo económico se volvió también social. Prueba son las políticas nacionales y, ya pensando en América, el avance de Bolsonaro, por ejemplo. Hacer un producto cultural, en este caso una historieta, es una forma de aportar a la visibilidad de personas más afectadas.

—¿Cuál fue el resultado?

—Fueron 82 trabajos. Pudimos sumar muchos artistas trans que vienen trabajando en otros lenguajes a la convocatoria. También es una forma de mostrar a trans no sólo vinculados al trabajo sexual o la marginalidad, sino como hacedores de arte.

—¿Cuál es la principal demanda del colectivo trans en la ciudad?

—Trabajo. Es la principal violencia que sufren: la económica. A diferencia de los gays o lesbianas, que pueden avanzar en su desarrollo profesional sin tantos problemas como antes, la población trans es cuestionada por su capacidad solo por su género, como si definiera hasta la calidad de persona que es. La coyuntura de crisis económica y política hace que sean a quienes primero afectan. Pierden sus trabajos informales o changas, o los espacios de venta en ferias, por ejemplo, ya no les alcanza para llegar a pagar el alquiler o comer. El trabajo estable sigue siendo la mayor demanda.

—Existe el cupo trans en el empleo público. ¿Qué pasa en lo privado?

—Aún antes del cupo existía un programa para que las empresas y comercios de la ciudad sumen trans entre su personal de trabajo. A la par la Oficina Municipal de Empleo ayuda a capacitar en cómo acceder al trabajo, armar los papeles, prepararse para las entrevistas, entre otros puntos importantes. El programa de vinculación antes tenía una beca que bajaba de Nación donde le cubrían una beca a la persona a quien ingresaba a un trabajo como parte del incentivo a la empresa. Hoy es solo por el compromiso de los comerciantes y empresarios en el cambio cultural.

—¿Cómo impacta en la salud pública?

—Cada vez más trans se contactan con algún centro de salud pública. En muchos casos para ver cómo afrontar las consecuencias de haber utilizado aceites industriales para moldear sus cuerpos que les generaron con el tiempo infecciones y no pueden quitarse del todo. Es población que antes no llegaba al centro de salud porque moría. La expectativa de vida sigue siendo mucho más baja que el resto de la población y tiene que ver con la marginalidad a la que la sociedad somete al trans.

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