Más de 500 swingers desembarcaron este viernes en la Terminal de Cruceros Quinquela Martín, listos para disfrutar de la ciudad de Buenos Aires. Se trata de los pasajeros del Azamara Pursuit, un barco que comenzó su recorrido hace nueve días en las costas de Río de Janeiro, siguió navegando hacia Uruguay y culminó su travesía en aguas argentinas. El crucero arribó alrededor de las 7 de la mañana en la Dársena A y partirá mañana, vacío, nuevamente hacia Brasil.
Este tipo de viaje es únicamente apto para mayores de 21 años y fue contratado por la empresa SDC (Seek, Discover y Connect), encargada de toda la organización. “Nadie sabía que era un barco de swingers. En su mayoría son mexicanos y estadounidenses, pero también hay alemanes y hasta argentinos, aunque son pocos”, explicaron fuentes de la Administración General de Puertos (AGP).
A bordo, los pasajeros pudieron gozar de fiestas eróticas, pool parties y talleres a cargo de expertos del sector.
En la entrada del Puerto estuvo Adriana, integrante de la cultura swinger desde hace 10 años, quien esperaba a una pareja de alemanes que bajó del Azamara. Según explicó la mujer, el primer contacto con el matrimonio europeo comenzó a través de un grupo privado de Facebook, exclusivo para aquellas personas que eligen este tipo de intercambios románticos. “Primero vamos a ir de paseo y después nos vamos a conocer nosotros. Espero que tengamos tiempo para todo”, se ilusionó.
“Si bien tenemos diálogo, únicamente nos conocemos por internet. Lo peor que puede pasar es que no nos gustemos, pero siempre tratamos de decirnos las cosas con delicadeza”, detalló, expectante, Adriana.
“Enamorarse es un riesgo que hay que correr, todos los días corremos riesgos en la vida”, sostuvo.
Junto a ella se encontraba Nahuel, un hombre que desde hace un largo tiempo llegó a un acuerdo con su esposa para tener encuentros sexuales con otras personas. “Con Adriana nos conocemos hace aproximadamente tres años, pero es mi amiga nada más”, aclaró.
Respecto a la práctica del “swinging”, agregó: “Es algo más natural de lo que parece, pero es cuestión de abrir la pareja y probar otras cosas. No me costó tomar la decisión, fue un acuerdo mutuo en mi matrimonio”.
Luego de pasar por migraciones y culminar con los trámites de ingreso al país, los pasajeros del exclusivo crucero swinger comenzaron a salir de la terminal en tandas, entre las 9 y las 10. Algunos decidieron volver a descansar al barco, mientras que otros optaron por recorrer la ciudad.
Con un estilo tradicional y sin salirse de la norma, el city tour de las parejas swingers estuvo a cargo de la compañía Furlong Incoming y comprendió a los barrios porteños de Recoleta, San Telmo y Puerto Madero. Además, el itinerario incluyó visitar la emblemática Plaza de Mayo, tomar clases de tango en La Ventana y pasear por el infaltable Caminito, en La Boca.
Sin embargo, al ser consultados por una posible visita a un club swinger de la ciudad, los pasajeros, entre risas, prefirieron no dar declaraciones y seguir su camino en silencio. “Hasta el momento no tenemos planeado asistir a ningún lugar de la comunidad, nos vamos a juntar en mi casa”, señaló Adriana.
El Azamara Pursuit es un crucero de tamaño chico y con poca capacidad. “Los cruceros pueden tener 3.000 metros, y este es muy chico, de alrededor de 100 metros. Por eso es caro”, indicaron desde AGP.
Con una duración total de 8 noches y 9 día completos, el viaje swinger comenzó en la ciudad de Río de Janeiro para celebrar fin de año. Luego, el barco continuó hacia el sur a Punta del Este, Montevideo, hasta llegar a Buenos Aires. Mañana volverá a su destino de origen para iniciar un nuevo recorrido.