Dos hombres llegaron el pasado martes a una concesionaria de Villa Gobernador Gálvez, dijeron ser haitianos y se mostraron interesados en tres autos. Pidieron un presupuesto en dólares y se fueron. Al día siguiente volvieron y le contaron al propietario del local que no podían confiar en nadie, que tenían mucho dinero proveniente de ayuda humanitaria y que con eso iban a pagar los autos y, quizás, comprar algunas propiedades. Para ello iban a usar ese dinero y al agenciero le dijeron que le iban a dar el doble de lo presupuestado. El jueves mostraron billetes de 100 dólares que estaban en parte tapados con tinta negra y, luego de pedir un plato, los lavaron con un líquido y los verdes quedaron al descubierto. Se fueron con la promesa de volver el viernes y comprar los autos. Finalmente ayer los dos hombres, que resultaron sudafricanos, fueron detenidos durante un amplio operativo montado en la concesionaria, donde llegaron con un bolso que tenía en su interior billetes “por valor de 750 mil dólares”, aunque en su mayoría eran papeles en blanco. De esta manera se supo que los dos compradores intentaron llevar a cabo el timo del negativo, una versión moderna del toco mocho, que se realiza en Europa.
“Parece un gran cuento, pero fue real”. Con esas siete palabras Ricardo, el dueño de la agencia Richard Automotores, ubicada en avenida San Martín al 1700 de Villa Gobernador Gálvez, comenzó a contar la estafa de la que pudo zafar luego de cuatro días inimaginables.
Todo comenzó el martes por la mañana, cuando llegaron dos hombres que dijeron llamarse Robert y Albert y ser oriundos de Haití, y estar interesados en algunos de los autos de la agencia. Ricardo los atendió sin sospechar nada y, de a poco, los dos hombres fueron apuntando su interés en tres vehículos. Los revisaron con dedicación, se sentaron frente al volante, preguntaron el kilometraje y luego pidieron presupuesto por los tres, pero que el mismo fuese en dólares. Ricardo lo entregó y los haitianos prometieron volver al día siguiente.
El miércoles la promesa se cumplió y Robert y Albert fueron nuevamente a la agencia de autos. Pidieron hablar directamente con Ricardo, quien los atendió en su escritorio, y entre charla y charla tomaron un café. “En un momento me dijeron que no tenían en quién confiar, y luego me piden hablar en un lugar privado”, relató el dueño de la agencia. Los llevó a una oficina, donde los dos hombres sacaron unos papeles que tenían sellos con la palabra “confidential”, notas en inglés y billetes de cien dólares. “Pero no eran billetes normales. Estaban semitapados, se veía solamente la mitad, porque el resto estaba tapado con tinta negra”, dijo el agenciero. Luego le contaron que la plata provenía de ayuda humanitaria que en realidad debía ir a Somalía y que ellos la tenían en el barco y que querían hacer negocios en la zona con ese dinero, comprar los autos y algunas propiedades.
Pensaron que habían ganado la confianza de Ricardo y se fueron diciendo que volvían el jueves. Como ocurrió 24 horas antes, se hicieron presentes en la concesionaria a media mañana y luego de tomar un café y le mostraron a Ricardo cómo blanquear los billetes.
Según el dueño de la agencia, pidieron un plato y en él pusieron dos billetes de los tapados con tinta negra y en el medio uno sin pintar. Luego de unos minutos de lavado, los billetes manchados quedaron limpios. Ahí le dijeron que para limpiar todos los billetes que tenían debían repetir esa maniobra, pero que le iban a comprar los autos a cambio del doble de lo pactado. Los billetes lavados se los dejaron a Ricardo y dijeron que en 24 horas volvían con toda la plata para limpiar y cerrar el negocio.
“Los billetes que me dejaron parecían reales”, reconoció Ricardo, quien ante esto terminó de decidirse y se dirigió a la sede de Prefectura en Rosario para realizar la denuncia. “Ahí fue la primera vez que escuché la frase «timo del negativo»”, reconoció Ricardo, quien en menos de 24 horas buscó en internet, leyó notas y vio decenas de videos de casos de timo del negativo, todos ocurridos en Europa.
En la mañana del viernes, personal de Prefectura vestido de civil, a cargo del jefe de Operaciones de Prefectura Zona Bajo Paraná, prefecto principal Claudio Mazziotta, montó un amplio operativo en la agencia de autos y esperó pacientemente que los supuestos haitianos fueran a comprar los autos. Minutos después de las 11, ambos se hicieron presentes, bajaron de un taxi con un gran bolso con rueditas y entraron al local. Fueron a verlo a Ricardo, ante quien abrieron el bolso, en cuyo interior había una especie de caja fuerte en cuyo interior dijeron que había 750 mil dólares. Pero el dueño de la agencia no los vio.
En ese momento irrumpieron en el lugar los prefectos vestidos de civil, quienes detuvieron a los dos hombres, que no eran haitianos sino que provenían de Sudáfrica y tenían residencia temporaria en Argentina. Ambos quedaron detenidos en la sede local de Prefectura, a disposición del Juzgado de Instrucción de la 10ª Nominación, a cargo de Patricia Bilotta, en turno durante la feria, imputados de tentativa de estafa.