La presidenta Cristina Kirchner designó ayer al cura Juan Carlos Molina al frente de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), en una nueva señal de acercamiento a la Iglesia.
El gobierno finalmente decidió cubrir el cargo que había quedado vacante a partir de la renuncia de Rafael Bielsa en marzo pasado y lo hizo con un sacerdote proveniente de Santa Cruz y de buena relación con la mandataria.
El anuncio estuvo a cargo ayer del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien precisó que, por orden de la presidenta, Molina realizará una “amplia convocatoria” a “todas las organizaciones no gubernamentales”, entre ellas la Iglesia católica, para diseñar un plan de trabajo conjunto.
“Deberá hacer una convocatoria amplia, plural y democrática para todas las organizaciones que trabajan en todas las adicciones en general y en la drogadicción en particular”, explicó el jefe de Gabinete, y agregó que el “nuevo abordaje” que tendrá el organismo estará más vinculado al trabajo social que a la lucha de las organizaciones criminales.
Molina, que es asesor ad honorem de la ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner, comenzó a desempeñar su tarea territorial en Santa Cruz y mantiene una buena relación personal con la presidenta: en el funeral del ex presidente Néstor Kirchner fue uno de los que encabezó la ceremonia en Río Gallegos.
“Entendemos que desde la inclusión social educativa hasta las oportunidades laborales y el deporte, la recreación, la cultura y las expresiones artísticas de diferente manera, son las que verdaderamente nos permitirán recuperar a jóvenes, a adolescentes que han incurrido en adicciones de distinta naturaleza”, remarcó Capitanich al bajar la línea con la que se buscará trabajar junto a Molina.
Al respecto, el jefe de ministros anticipó que hoy mantendrá su primera reunión de trabajo con el sacerdote “para la asignación de los recursos presupuestarios y la fijación de metas en términos de organización y desempeño de la secretaría”.
El dirigente chaqueño precisó que el sacerdote recibió la dispensa del obispo de Río Gallegos, Miguel Ángel D’Annibale, a los efectos de “poder ejercer esta responsabilidad que le ha encomendado la señora presidenta de la Nación”.
“El padre Juan Carlos Molina es una persona de amplia vocación de servicio, de experiencia en el trabajo territorial, de una compenetración y una vocación de servicio hacia los más pobres”, lo elogió Capitanich en la Rosada.
Destacó también el trabajo realizado por el cura en “el Impenetrable chaqueño”, a través de la Fundación Valdocco, al que calificó como “una experiencia extraordinaria con casi 500 jóvenes que ha permitido una inclusión social educativa y un proceso de formación y de salida laboral”.
E hizo lo propio con la tarea que también concretó Molina “en la misión humanitaria en Haití y lo que ha hecho en la provincia de Santa Cruz, como provincia de origen de su trabajo”.
El sacerdote maneja la Fundación Valdocco, que gracias al programa de capacitación de jóvenes que realizó en el Impenetrable chaqueño fue convocado por Haití para replicar esa experiencia tras el devastador terremoto de 2009.
Molina, quien inició su tarea en Santa Cruz y es amigo personal de la ministra Kirchner, alguna vez fue calificado por Cristina Kirchner como uno de sus “curas preferidos” junto a Lito Álvarez, párroco de El Calafate.